“En pandemia a la universidad le corresponde aportar soluciones”

“En pandemia a la universidad le corresponde aportar soluciones”

Mariela Ventura, coordinadora del Centro de Atención Psicológica, sostiene que es tiempo de reafirmar el liderazgo social de las instituciones. Desafíos que se les presentan a los psicólogos.

REGRESO A LA PRESENCIALIDAD. Hay nuevos protocolos para el CUAP, que funciona en el parque 9 de Julio.  REGRESO A LA PRESENCIALIDAD. Hay nuevos protocolos para el CUAP, que funciona en el parque 9 de Julio.

“Con un rol proactivo en el marco de las políticas públicas, orientado a procurar soluciones”. Así visualiza Mariela Ventura el deber ser de las universidades en situaciones de emergencia, como la pandemia que atravesamos. “Es importante que en momentos de crisis las instituciones puedan reafirmar su liderazgo social”, sostiene.

Entre esos aportes, que van construyéndose en cada carrera, en cada cátedra, en cada instituto de investigación, a Ventura le toca coordinar el Centro Universitario de Atención Psicológica (CUAP). El servivio a la comunidad que brinda la Facultad de Psicología de la UNT trabajó a distancia durante 2020 y vuelve, protocolos mediante, a la atención presencial.

Ventura (doctora en Psicología, profesora titular de la Facultad e investigadora) recorrió el espinel de demandas que fueron encontrando a lo largo del año pandémico y buceó a la vez en otras aristas de la profesión. Por ejemplo, sobre el papel que les cabe a los psicólogos en tiempos de coronavirus y cómo están respondiendo al desafío.

- Mucho se habla del desgaste sufrido por los médicos desde el inicio de la pandemia. ¿Cómo es en el caso de los psicólogos? ¿Cuáles son los diferentes desafíos que deben afrontar?

- Las pandemias tienen efectos psicológicos muy importantes sobre la población, derivados de la percepción de incertidumbre, confusión y sensación de urgencia que generan, por lo que estamos de acuerdo en que no es sólo una cuestión biológica. Los psicólogos hemos cumplido un papel fundamental durante este acontecimiento acompañando, escuchando, de esa manera contribuyendo a la disminución de la ansiedad y resolución de conflictos; con una llamada contenedora ante una sentimiento de angustia, temor o soledad, o la muerte de un ser querido o varios en una misma familia; además de la imposibilidad de los rituales para hacer un duelo normal.

- ¿Se nota el crecimiento de la demanda?

- Sí, se ha notado un incremento, sobre todo en grupos vulnerables. Personas sin recursos económicos o sociales, discapacitadas, ancianos que viven solos o con escaso soporte social, niños o adultos que viven en hogares conflictivos y personas con psicopatología previa afrontarán peor las consecuencias y restricciones de la cuarentena y del confinamiento. También en los casos del personal de salud, el miedo al tener que exponerse al agente infeccioso, y que de alguna manera terminará repercutiendo en la familia, el incremento desaforado del ritmo de trabajo, con la consiguiente aparición de la fatiga y el cansancio extremo

- ¿Qué cambios cree que puede disparar la pospandemia tanto en la relación con los pacientes como en el ejercicio de la profesión?

- Una de las cuestiones que ha dejado muy marcada la pandemia es la percepción de la cuestión del tiempo: salimos del paradigma de lo eterno y sólido, y nos percatamos de su liquidez, como dice Bauman, con esto de no poder planificar, vivir el presente sin mucha previsión. Y en relación al espacio, advertir que teníamos el mundo a la mano y hoy el más próximo es el más importante de cuidar y mantener (el hogar, el entorno, la familia; su clima interior, sus relaciones, su armonía). Creo que se le ha dado un espacio prioritario a la terapia, del que antes no se era muy consciente.

- ¿Qué aprendieron los psicólogos?

- Que la terapia puede tener otras modalidades, no sólo cara a cara y el diván; a salirnos de esos encuadres rígidos y aceptar que con la virtualidad también se pueden tener buenos efectos y sostenerse. La pospandemia va a dejar niveles preocupantes de estrés y angustia psicológica, lo que sugiere la necesidad de establecer programas de apoyo e intervención posterior y específica. Se están viendo estados y conductas que pueden dar pie a problemas de salud mental, incluidas reacciones de angustia (insomnio, ira, miedo extremo a la enfermedad incluso en personas no expuestas) y de comportamientos riesgosos (como mayor uso de alcohol, tabaco y sustancias, y también aislamiento social). Además, trastornos de estrés postraumático, de ansiedad, depresión y somatizaciones. Estos últimos síntomas y la necesidad de intervenciones terapéuticas son igualmente recomendables para los niños.

- ¿Qué rol debe cumplir una universidad pública en un contexto como el que nos toca?

- Un rol proactivo en articulación con los distintos ministerios que intervienen (Educación, Salud), desarrollando acciones como partícipes indispensables de las políticas públicas. Creo que a la universidad pública le corresponde desarrollar elementos y dispositivos que puedan aportar soluciones, desde cada una de las carreras y disciplinas. Es importante que en momentos de crisis como estos las instituciones puedan reafirmar su liderazgo social, el poder de dar respuestas que de alguna manera frenen la incertidumbre y con ello, la angustia. Por ejemplo, el poder adaptarse a las épocas y continuar las clases o las atenciones con los nuevos dispositivos, y desarrollar el año académico con sus clases, cursos, servicios, casi sin variaciones en esta nueva normalidad

- ¿Qué otras estrategias puede implementar una Facultad como la de Psicología en un tiempo de pandemia e incertidumbre?

- Educar para construir ciudadanía, porque está visto que la pandemia también se combate siendo un ciudadano responsable.

Campo de acción

La Facultad de Psicología estableció una línea telefónica gratuita para recibir y atender consultas diarias de los tucumanos. Hay que dirigirse al 0381-153003220 y la secretaria hace la derivación al servicio y psicóloga pertinente. Los que atienden son psicólogos graduados. Ventura explicó en detalle lo experimentado durante 2020 y anticipa cómo trabajarán de aquí en más.

- ¿Cómo analiza la experiencia de la atención a distancia que instrumentó el CUAP durante la pandemia?

- Fue muy positiva. Salimos a cubrir esta necesidad al comienzo, en un panorama muy incierto que nos tomó a todos de sorpresa. En abril de 2020 implementamos el Programa de Atención Psicológica para personas en situación de aislamiento y problemáticas vinculadas con la pandemia, y duró todo el año. El objetivo fue generar un espacio de escucha. Hemos tenido que aggiornarnos y se comenzó a atender ya sea por llamada común o videollamada, y en algunos casos por Zoom o Google Meet (grupales). Además funcionaron los servicios de adolescencia, de niños, adultos y el de violencia. También se implementó un servicio de contención e intervención para personal y equipos de la Salud a través de voluntarios, docentes, tutores y egresados.

- ¿Cuáles son las virtudes y defectos del sistema?

- La atención online funciona y muy bien, porque se sostiene lo fundamental que es la voz y la mirada en transferencia. También es cierto que muchas veces la cuestión de mantener la privacidad de la sesión y encontrar el lugar adecuado para hacerlo es algo que se incorpora como una desventaja.

- ¿Fueron cambiando los temas a medida que transcurrieron los meses? ¿O las consultas giraron básicamente sobre lo mismo?

- Por lo general las problemáticas consistían en crisis de angustia, ansiedad, temor, por diversas causas y problemas vinculares en el grupo familiar, o bien en los mismos sujetos. Al principio, por el encierro e incertidumbre, miedo al desabastecimiento, luego también por el temor a la pérdida del trabajo, pérdidas económicas, miedo al futuro. Luego, en la medida que los casos fueron creciendo surgió el temor a la enfermedad, a la muerte de un ser querido, o la propia, o a contagiar a un ser querido. Los padres y madres vieron modificados sus roles y tareas habituales, lo que también generó estrés y ansiedad.

- ¿Cómo fue en los casos de violencia?

- Consultaron mujeres derivadas por instituciones, organismos gubernamentales y ONG que trabajan con el tema. Los casos aumentaron y además se agravaron los ya existentes, potenciados por la convivencia ininterrumpida en épocas de aislamiento. También se pudo ver que el trabajo de la mujer se vio sobrecargado, porque además de trasladar el trabajo a su casa debía ocuparse de las tareas del hogar, y de la escuela de sus hijos. Hubo consultas por las dificultades en los vínculos con los niños, pero lo más grave fueron situaciones de mucha violencia a nivel de pareja. La virtualidad nos permitió llegar a mujeres que vivían lejos, pero también puso en evidencia la diferencia en el acceso a la tecnología o internet.

- ¿Cómo se preparan para volver a la presencialidad? ¿Cómo será el sistema de atención?

- Se confeccionó un protocolo para prevenir la circulación de la covid y garantizar la salud de todos desde el ingreso controlado al CUAP, con toma de la temperatura y disposición de todos los elementos sanitizantes y desinfectantes de rigor (alfombra, barbijos, alcohol, guantes de látex, etc.). Los escritorios disponen de mamparas de acrílico y se respeta la distancia necesaria de un metro y medio, al igual que en las sillas de la sala de espera. Sólo en caso de los niños se puede asistir acompañados.

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