“Paulina era el amor de mi vida”, declaró César Soto

“Paulina era el amor de mi vida”, declaró César Soto

Se conocieron algunos detalles de la declaración de la pareja de la víctima. Su testimonio dejó varias dudas.

César Soto. César Soto. ARCHIVO LA GACETA

“Niego el hecho del que se me acusa. Para mí todo esto es fantasía, soy inocente”, fueron las primeras palabras que salieron de la boca de César Soto después de haber sido acusado formalmente del crimen de Paulina Lebbos, ocurrido en febrero de 2006. “En su momento, a la persona que hacen referencia era el amor de mi vida. Era mi pareja en ese entonces, era la madre de mi hija”, indicó en su declaración como imputado el martes. Esas frases fueron como un deshago, ya que las enunció cuando el fiscal Carlos Sale le preguntó si consumía drogas y si tenía problemas de adicciones.

Soto, de 39 años, se presentó puntualmente en tribunales. Por primera vez declaró como imputado en la casa que ya lleva más de 15 de investigación. Ya dejó de ser ese joven delgado. Con sus 39 años, y con varios kilos de más, es un hombre que logró reconstruir su vida. Formó pareja con otra mujer con la que tuvo dos hijos. Se mudó de la zona del Parque 9 de Julio para vivir en el barrio Victoria 2, al sur de la ciudad. Sus ingresos también cambiaron considerablemente con el correr de los días. Pasó de ser mozo de un bar, a empleado legislativo y ahora es cuentapropista obteniendo un ingreso mensual de $20.000.

Tampoco es la persona que en su momento pudo costear hasta dos abogados para asumir el rol de querellante que le otorgó el ex fiscal Carlos Albaca, que espera ser enjuiciado por su actuación en el caso, pese a que siempre fue considerado como uno de los sospechosos de la desaparición y posterior homicidio de la estudiante universitaria.

Soto, según confirmaron las personas que presenciaron y que analizaron sus declaraciones, volvió a dejar más dudas que certezas. Por ejemplo, sin que nadie se lo consultara en la primera pregunta que le hizo el fiscal señaló: “No conozco a la persona que mencionó recién, creo que es Kaleñuk”. Se refería a Sergio Kaleñuk, ex funcionario provincial e hijo del ya fallecido secretario privado del ex gobernador José Alperovich. El acusado escuchó ese apellido cuando el fiscal le leyó la acusación en su contra. Según la imputación, él mató a Paulina y luego llamó a Kaleñuk para que lo ayudara a tapar el homicidio.

Las preguntas que le hicieron al ahora imputado tocaron varios puntos. Para entender mejor, se informará por partes:

El día previo

Soto reconoció que el 25 de febrero vio a Paulina y acordó que ella, después de ir a bailar con sus amigas a la sandwichería en la que trabajaba para regresar a su casa. Reconoció que al no llegar, él se fue a bailar y a tomar una cerveza con un amigo, al que no pudo identificar porque tenía miedo de contradecirse.  

- Fiscal: ¿Se comunicó con Paulina para avisarle que la esperaría al frente del Casino?

- Soto: No, no le dije que estaba ahí. Luego fui a mi casa para esperarla, lo cual nunca pasó porque ella no llegó a la casa.

- Fiscal: ¿Cómo iba a saber que estaba en un local bailable?

- Soto: Creí que iba ir al bar, y al no verme, se iría a mi casa.

- Fiscal: ¿No le dio curiosidad que ella no fue hasta su casa?

- Soto: No, porque pensé que iría a mi casa.

- Fiscal: Cuando llegó a su casa… ¿Qué vio?

- Soto: Nada porque no había nadie en mi casa. Llegué a las 7.

Los llamados

El imputado se puso firme al señalar que él llamó al teléfono fijo de la casa de la familia Lebbos para saber cómo estaba.

- Fiscal: ¿Siempre llamaba a la casa de Paulina?

- Soto: No. En ese momento yo siempre la llamaba al celular. Lo que no recuerdo es si la llamé al celular, porque no tenía celular.

- Fiscal: ¿Cómo se comunicaba antes con la señora Paulina Lebbos?

- Soto: con el celular que tenía, pero lo vendí.

- Fiscal: ¿A quién le vendió el celular?

- Soto: no recuerdo el nombre de la persona a la que vendí el celular.

Por otra parte, durante la etapa de instrucción, el imputado había asegurado que vendió el celular, pero sin su chip, al que prometió entregarlo en más de una oportunidad, pero nunca lo hizo.

Relaciones

Según la acusación de Sale, después de haber asesinado a Paulina, Soto se comunicó con Kaleñuk para pedirle que lo ayudara a deshacerse del cuerpo de la joven. Siempre según la hipótesis del acusador, entre ambos, la cargaron en un auto y la arrojaron en la vera de la ruta que conduce a Raco, lugar donde fue encontrada el 11 de marzo de 2006.

- Fiscal: ¿Vio alguna vez al señor Kaleñuk?

- No. Al señor Kaleñuk lo vi en su momento en el juicio y nada más, no lo conozco.

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