“Tucumán es primer productor mundial de limón; la producción no puede depender de la lluvia”

“Tucumán es primer productor mundial de limón; la producción no puede depender de la lluvia”

El experto en riego Gustavo Aguilar consideró clave que se invierta en esta práctica; en especial para frutales.

IMPORTANCIA. Según Aguilar, el riego asegura la cosecha, dando mayor calidad y cantidad de fruta para exportación.    IMPORTANCIA. Según Aguilar, el riego asegura la cosecha, dando mayor calidad y cantidad de fruta para exportación.
27 Marzo 2021

El riego en los montes frutales aporta un gran beneficio al cultivo, en calidad y en sanidad. Debido a ello, el productor debe continuar con su esfuerzo para invertir en equipamientos y para ampliar la zona de riego: el éxito productivo y comercial no puede depender del comportamiento de las lluvias; sobre todo si se tiene en cuenta el comportamiento irregular y errático de estas en los últimos años.

Así lo consideró el especialista en riego Gustavo Aguilar. “A lo largo del tiempo, la agricultura fue incorporando mejoras dentro de los sistemas tradicionales de cultivo, con nuevas técnicas de trabajo. Y de esta evolución no escaparon el riego y su manejo. Actualmente el riego localizado es la innovación más importante en cuanto al tratamiento del agua; para los frutales, en particular, y para otros cultivos, en general”, puntualizó.

Recordó que este concepto ya lo defendía el experto en riego localizado -ya fallecido- Shlomo Armoni hace más de 30 años, cuando visitó la provincia durante la década del 90. “Fue uno de los pioneros en la instalación y en las enseñanzas sobre el manejo del riego localizado en los montes cítricos del NOA. Este técnico visionario y destacado profesional visitó muchas veces Tucumán y la región, para seguir de cerca la incorporación del riego localizado en muchas fincas; y dio consejos muy claros y útiles, tanto para su instalación como para posterior manejo”, contó Aguilar.

Añadió que Armoni logró que muchos de los productores que instalaron equipos de riego tengan una gran previsibilidad en la respuesta de sus árboles frutales a la floración, al cuajado y a la producción final de los frutos.

“La década de la convertibilidad fue el período en el cual se trabajó mucho desarrollando la difusión de la tecnología; y luego siguieron muchos años de crecimiento en el área del riego. Por supuesto que dependiendo mucho de las variables económicas, crediticias y climáticas”, indicó Aguilar.

El especialista explicó que el riego en nuestra provincia resulta fundamental para muchos cultivos. “Todos sabemos que la primavera en Tucumán y en el NOA, además de ser muy seca, viene acompañada de elevadas temperaturas, que provocan un fuerte estrés hídrico y térmico en las plantas cítricas, justo en uno de los momentos de mayor requerimiento hídrico que abarca la floración y el cuajado de los frutos”, recordó. Y subrayó que la demanda evapotranspirativa de los cultivos durante esa época alcanza valores alarmantes. “El riego localizado constituye una práctica cultural de efectos notables en la determinación del volumen de fruta; tanto en calidad como cantidad”, argumentó.

A renglón seguido citó al fallecido José Luis Foguet, padre de la limonicultura tucumana. “Él decía que no debíamos hablar de aumento de la producción, porque el mayor impacto para el productor que riega adecuadamente es cualitativo y no cuantitativo. Aseguraba que el productor tendrá mejor calidad de fruta, mayor rendimiento en empaque y mayor cantidad de fruta para exportación”, recordó Aguilar, y explicó: “esto se debe a que con los equipos de riego bien manejados se regulariza la floración y el cuaje permite un aumento de los calibres y de la calidad final de los frutos para exportación”. En ese sentido, lamentó la falta de suministro de agua en cantidades suficientes al cultivo en el NOA. “Provoca una falta de previsibilidad en el resultado de la floración, con caída de flores y de frutitos, y con una menor producción, que incidirán negativamente en la próxima cosecha”, precisó.

Advirtió que la sequía primaveral en la obtención de calidad de fruta de exportación resulta preponderante. “Al tener agua disponible en esta estación la floración es uniforme, y por consiguiente, las pulverizaciones correspondientes se pueden hacen en tiempo y forma, lo que elimina mucho el efecto enfermedades fúngicas y mejora porcentaje de frutas de exportación. Tal es el mayor o más claro efecto del riego en Tucumán”, afirmó.

Consideró que los períodos de sequía no deberían existir en las plantaciones de los frutales que se exportan: “no deberían sufrir estrés de ningún tipo, ya que estos, por más corto que sea, reducen la cantidad y la calidad final de la cosecha”.

Contó que un estudio realizado por técnicos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) determinó que, en base a la distribución de las lluvias en Tucumán y a los valores de evapotranspiración mensual, existe un período con marcado déficit hídrico. “Esta falta estacional de agua concuerda con la época crítica de floración y cuaje”, advirtió.

Contó que Foguet y Salvador Campo (ex técnicos de la Eeaoc), determinaron con datos de entre 1965 y 1972 que sobre un total de 96 meses se debió haber regado en Tucumán durante 57 meses. Esto significa que algunos años el riego habría sido algo clave para asegurar la cosecha, y no sólo un complemento para aumentar la producción. Tucumán es el primer productor mundial de limón; la producción no puede depender de las lluvias”, finalizó Aguilar.

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