Tensión y final abierto

La primera semana de marzo fue políticamente turbulenta y dejó una polvareda que cubrirá el escenario durante algunas semanas. El oficialismo y la oposición se movieron al ritmo del año electoral. El capítulo más fuerte en el ámbito nacional tuvo como protagonistas al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta Cristina Fernández ante el Congreso y la Justicia. Mientras que, en el plano local, la fuerte interna entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo volvió a la superficie, y se llevó puesta la tregua que mantenían desde hace meses. En los sectores disidentes también hubo novedades relevantes.

Estrategia nacional

El discurso del titular del Poder Ejecutivo en el Congreso, con tono beligerante y electoral, fue el primer acto. Alberto Fernández abrió el año legislativo cuestionando en duros términos a la Justicia, a su desempeño y a sus “privilegios”. “El Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano”, consideró y anunció que se avanzará con la conformación de un Tribunal de Garantías para limitar a la Corte. Le pidió a diputados y senadores que controlen, y se “ocupen” de lo que está ocurriendo con la administración de justicia.

El segundo llegó de la mano del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que cuestionó en su cuenta de Twitter el accionar de la Justicia en relación a la prevención de los femicidios. Se reunió también con Néstor García, el padre de Micaela, la estudiante de 21 años asesinada en 2007 por un violador condenado que había sido beneficiado con la libertad condicional.

El tercero tuvo como protagonista a Cristina Fernández. En el contexto de la causa conocida como “Dólar futuro”, la vicepresidenta criticó a la Justicia; dijo que los jueces contribuyeron a que Mauricio Macri ganara la presidencia y los acusó de ser responsables “de lo que pasa en la economía”.

Hubo un cuarto: el senador ultra k Oscar Parrilli reactivó la propuesta para la creación de una comisión bicameral que fiscalice a los jueces.

Todos estos episodios forman parte de una obra que se llama “cómo imponer una agenda y desplazar la atención de la opinión pública”. El Gobierno logró con esta estrategia discursiva que el foco se corriera del escándalo por la distribución de las vacunas a la Justicia. ¿Por qué? La Nación reimpulsa el tratamiento de la reforma judicial en el Congreso. Con media sanción en el Senado, pretenden que se trate en Diputados. El Gobierno quiere que la ciudadanía escrute a la Justicia y que el proyecto llegue al recinto con aval social. Están convencidos de que podrán revertir la idea que está instalada: que tiene como objetivo lograr impunidad y nombrar jueces afines.

¿Se quiebra?

Tras un verano de calma, la interna en el oficialismo provincial pasa por el momento de mayor tensión institucional. Cuando apenas transcurre el segundo año de la segunda gestión de Manzur y Jaldo, la confrontación por la sucesión reverdeció.

La excusa es un hecho que habitualmente no representa demasiada tensión para los oficialismos: la elección del defensor del Pueblo. El manzurismo apoyaba la continuidad de Fernando Juri Debo y el jaldismo promueve al parlamentario Eduardo “Lalo” Cobos. Esta semana Juri Debo fue excluido en la elaboración de la terna y el camino quedó libre para el legislador. Mañana por la mañana se votará la propuesta, que llega envuelta en acusaciones de traición y enojos.

El fuego cruzado entre la Casa de Gobierno y la Legislatura fue incesante durante el fin de semana. Cuentan banca a banca para saber quién llegará a los 26 votos necesarios. Sucede que la elección del ombudsman se logra mediante la mayoría absoluta (la mitad más uno del total de escaños, que son 49).

El viernes a la noche encontró al gobernador en su despacho haciendo llamados sin parar. Quienes pudieron estar cerca comentaron que nunca lo vieron tan molesto con Jaldo. De acuerdo con algunas versiones aportadas por varias fuentes, Manzur sostendría que su vicegobernador se habría comprometido a que sería Juri quien quedaría en el puesto. En esa negociación, dicen, se habría pautado que, a cambio, el gobernador asumiría el costo político de aceptar la renuncia del ahora ex juez Francisco Pisa duramente cuestionado por su accionar el caso del femicidio de la docente Paola Tacacho. De esta manera, explicaron, la Legislatura evitaría pasar por otro proceso de juzgamiento, como el que destituyó a Enrique Pedicone, y se correría del centro de las críticas por este tipo de asuntos.

En Muñecas y Sarmiento descartaron de plano esta información, y reiteraron que no hubo un pedido del gobernador por Juri Debo hasta último momento, cuando ya se había lanzado Cobos a la carrera.

Los allegados a Manzur dan por descontado que en la vereda de enfrente están los votos de los cuatro legisladores que llegaron por el alperovichismo y de algunos miembros de los sectores de la oposición.

En cambio, la noche encontró a parlamentarios afines a Jaldo en un asado en una casa de los Assán. Que la sede haya sido esa cayó mal en el Ejecutivo, porque contaban con el apoyo de la “Marea Verde”, que integran el secretario de Saneamiento, Carlos “Alito” Assán y sus hijos Carlos (legislador) y su hija Sara (concejal capitalina).

Trascendió que hubo varios dirigentes, sobre todo de la oposición, que recibieron llamados de ambos sectores. Los teléfonos del Municipio capitalino, por ejemplo, sonaron por consultas por los tres votos del Partido por la Justicia Social (PJS).

Hasta el cierre de este artículo, en el jaldismo se jactaban efectivamente de tener los números para designar a Cobos gracias al compromiso de algunos aliados. Prometieron, además, sorpresas en la votación. Mientras que en el manzurismo sostenían que no habrían logrado sumar más que una docena de avales y mantendrían la idea de abstenerse. No sienten que la terna los represente ni que sea del oficialismo. Fueron tajantes: se apoya a Manzur o se es oposición. Al menos hasta ayer, reconocían que Cobos reuniría las adhesiones. En la Casa de Gobierno tenían incluso el dato de quién asumiría en su oficina una vez que se mudara a la Defensoría: la tercera en su lista, Maia Martínez, ex comisionada comunal de El Naranjo y El Sunchal. También comentaron que tenían entendido que Enrique Raúl Aragón, el segundo, quedaría trabajando en la Legislatura.

¿Qué pasará si no se logra un acuerdo y el bloque mayoritario vota dividido? “Se romperá”. Es la respuesta que dieron desde ambos espacios. En esta interna, sin embargo, ya hemos visto antes cómo cualquier ebullición se neutraliza en cuestión de horas. Sobre todo porque hay funcionarios y dirigentes que ven como una pésima señal una ruptura tan temprana en la gestión. Si bien reconocen que las tensiones subterráneas existen desde finales del primer período de la dupla, creen que es una enorme desinteligencia llegar a este punto de rispidez y más a meses de una elección de medio término. El final permanecerá abierto.

En campaña

El radicalismo sigue muy de cerca lo que sucede en el peronismo. Un eventual quiebre beneficiaría a toda la oposición. El espacio que lideran José Cano y Silvia Elías está en plena campaña. El diputado y la senadora compartieron en estos días una foto en sus redes con el ex presidente, Mauricio Macri. La imagen, en la que también está el diputado Domingo Amaya, fue tomada la semana anterior en la quinta Los Abrojos. El dirigente mantiene una relación fluída con Cano y Elías, por sus roles en el Congreso. En el encuentro, Macri habría rescatado la importancia de mantener la unidad de Juntos por el Cambio a toda costa y se habría mostrado confiado en que esa alianza recuperará el poder en 2023. El armado considera que los Fernández no terminarán en buenos términos su relación política porque ve un avance gradual del cristinismo más duro. En cuanto a la confección de las listas para las parlamentarias habría sugerido que deben estar integradas por miembros confiables, que luego no se muden de bancada.

Otro sector de la UCR, que integran los intendentes Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción), se mostró más cerca que nunca de Fuerza Republicana, el partido de Ricardo Bussi. La alianza electoral, con la mirada puesta en 2023, estaría sellada.

El PJS mira todos los movimientos con atención. El capitalino Germán Alfaro, presidente del partido, ya mandó a los radicales a resolver sus internas antes de comenzar a charlar sobre la conformación de un frente para este año. Hubo un concepto que repitió tanto en el discurso de relanzamiento del partido como en entrevistas con LA GACETA que llamó la atención tanto en el oficialismo como en la oposición. Palabras más, palabras menos, Alfaro expresó que está cansado de ser opositor. En la oposición consideraron que se refirió a que pretende conformar una alternativa de poder real. En el peronismo gobernante, que les hizo un guiño para el 2023.

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