01 Marzo 2021
CON MARADONA. Freddie Mercury invitó al 10 a subir al escenario durante una de las canciones.
El paso de Queen por la Argentina en el verano de 1981 marcó un antes y un después. Esto porque se trató de la primera banda de rock internacional que visitaba el país con un show de esta naturaleza (antes habían estado Carlos Santana, Joe Cocker y The Police), lo que trajo aparejado la incursión de la llamada industria musical que comenzó a ver a Sudamérica como un mercado interesante.
Queen presentó una idea de show espectacular que no se conocía en el país.
El grupo se reunió en la casa del dictador Roberto Viola (unas semanas antes que asuma como presidente de la Nación) e invitaron al escenario a Diego Maradona en el último concierto de la gira. El futbolista subió luego de ser presentado por Freddie Mercury, quien vestía una camiseta de la Selección: "Quiero presentarles a un amigo de ustedes: Maradona." Así apareció el ídolo nacional para presentar una de las grandes canciones de Queen. Esta sería la única vez que Queen visitaría nuestro país con su formación original.
No son pocos los analistas que observan que el gesto del jefe militar tendía a ganarse a un sector de la juventud (algunos temas de Queen habían sido censurados).
El grupo inglés llegó en su mejor momento, en el marco de la gira de su disco “The Game”, acompañado de un despliegue técnico sin precedentes para el público local. Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor convocaban multitudes en cada uno de sus shows con sus poderosos hits como "We Will Rock You", "Somebody to Love", "Love of my Life" y "Bohemian Rhapsody".
Fueron tres presentaciones en la cancha de Vélez Sarsfield, una en el estadio "Mundialista" de Mar del Plata y otra en Rosario, en el "Gigante de Arroyito".
Con un escenario impresionante para un estadio de fútbol, (que se tuvo que armar y desarmar para llevar en camiones a Mar del Plata y Rosario); fue el primer gran rock de estadio en el país.
Desplieque técnico
El legendario Billy Bond, responsable de la llegada de Queen a Sudamérica, quedó impresionado por el despliegue de los equipos técnicos.
Tanto interés causó que hubo una transmisión de los conciertos por Radio Rivadavia y Canal 9; y el seguimiento de la prensa de las andanzas del grupo por nuestro país con visitas al Italpark y cenas en Los Años Locos, entre otras actividades, recuerda la agencia Télam.
Según precisó en su momento Alfredo Capalbo, "el costo más grande de toda la gira" no fue el cachet de la banda, sino el alquiler y traslado de un cable gigante, que era de SegBa y que fue de vital utilidad para que la banda británica pudiera ejecutar su arte arriba del escenario sin contratiempos. Los escenarios fueron otro de los temas en el que Queen marcó un antes y un después: el montaje de las enormes estructuras tubulares demandaban entre 20 y 25 días. La logística para traer al país los equipos que formaban parte del show también fue otro dato que impresionó a los productores locales: desde Japón salieron en dos Boeing 707 "560 reflectores, siete grúas para ocho parrillas lumínicas de 80 reflectores cada una, 125 bafles columnas de sonido", mientras que desde Los Ángeles se mandaron por barco "ocho columnas para sostén de techo con peso de 30.000 kilos". El escenario tenía 70 metros, había 400 cajas de sonido de una tonelada cada una, luces, dos grabadores de 15 pulgadas en donde estaba la parte de ópera de “Rapsodia Bohemia” y 50 técnicos que en pocas horas armaron todo, recuerda el productor Capalbo.
Las increíbles puestas en escena y los shows internacionales se volvieron habituales en los `90 en el ámbito local, pero solo volverían a repetirse con los Rolling Stones.
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