Un recorrido musical con humor en “Clowncierto poco cierto”

Un recorrido musical con humor en “Clowncierto poco cierto”

Que seis payasos y un guitarrista se reúnan encima de un escenario para ofrecer un recital de canciones famosas, es una invitación al desastre con una sola consecuencia: risas sin parar durante todo el show.

Esa es la propuesta de “Clowncierto poco cierto”, la creación musical que la Schola Ludus (la academia de formación de clowns que dirige Débora Prchal) presentará esta noche, desde las 21, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), donde los disparates, las desconcentraciones, las desafinaciones y los errores juegan a favor de la diversión. Los artistas están empeñados en alcanzar una excelencia que estarán muy lejos de obtener, como marca una técnica teatral donde reina el absurdo.

Sobre el escenario estarán Alejandra Jiménez, Alejandra Rojas Paz, Gabriel Argiró, Inés Haedo y Sebastián Rolfo junto a Prchal, que además es la directora del espectáculo. La música en vivo será aportada por Carlos Podazza (hijo).

Desde el diseño mismo, la propuesta sale de lo convencional, incluso de las propias rutinas de payasos. “Es un espectáculo musical, un recital de canciones interpretadas por los clowns de la Schola Ludus, quienes entre tema y tema van improvisando situaciones con el público”, adelanta Prchal.

Y Jimenez agrega: “hay amistad, amor, apasionamiento, historias de un aparente cotidiano pero en modo desopilante, presentadas a través de canciones, música y cuerpos, desde el corazón de estos payasos”. “Es un paseo por prados, quebradas y montañas donde nos encontraremos con vacas, gallinas y ricos manjares que pareciera te dijeran ‘coman, beban y diviértanse’, para terminar sentados frente al mar, colmados de juegos y risas”, añade.

Podazza deja momentáneamente de lado las seis cuerdas y aporta su visión. Aclara que “la música acompaña el rol fundamental que tienen los payasos en sus palabras y actuaciones, que pasan dinámicamente, y como pueden, por varios estilos como tango, folclore, joropo, cumbia y temas populares de los 70 y 80”.

Argiró se guarda para el final. “Es una invitación a que se rían de nosotros y con nosotros. Considero que no hay nada más bello que darnos la posibilidad de reír. La risa no solo oxigena el cuerpo; también oxigena el alma y nos predispone a percibir nuestras vidas de otra manera”, concluye, justo antes de que se abra el telón.

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