Costa le pidió a Alperovich que lo ayude

Eduardo Costa no se queda quieto. El judoca tucumano quiere aprovechar el entusiasmo que generaron los Juegos Olímpicos para motorizar sus proyectos y provocar un cambio de mentalidad en el deporte nacional. Uno de sus objetivos es trabajar con los chicos de la calle, y le envió una carta al gobernador José Alperovich en la que solicita su respaldo para esta iniciativa.
"No necesito su ayuda económica", puntualizó Costa en el mensaje a Alperovich, ya que el reclamo apunta a que le permitan trabajar en las instalaciones de algún complejo deportivo, dependiente de la Provincia o de la Municipalidad. "No quiero pedir dinero, porque un pobre no le puede pedir a otro pobre", recalca.
El judoca destacó que las experiencias que tuvo hasta el momento con los chicos pobres fueron positivas. "Me tocó enseñarles a jóvenes que se encuentran en una situación de alto riesgo social -detalló-. Les brindé contención, les transmití una disciplina y la respuesta de los chicos fue excelente".
Costa denunció que el judo argentino compitió en Atenas con una llamativa falta de organización y de recursos. Para que no se repita esa situación, propone algunos cambios de fondo. Entre ellos, figura la creación de una Asociación de Deportes Olímpicos, integrada por la Secretaría de Deportes de la Nación, el Comité Olímpico Argentino y un grupo de patrocinadores privados. De allí surgiría la financiación para auspiciar al deporte de alta competencia.
Mañana, Costa mantendrá una reunión con Claudio Morresi, secretario de Deportes de la Nación, mientras que el fin de semana aparecerá en los programas de TV "Trato hecho" (con Julián Weich) y "Operación Chiche" (con Chiche Gelblung).

CARTA AL GOBERNADOR
Este es el texto de la misiva que le envió Eduardo Costa a José Alperovich. También llegaron copias a la Municipalidad de la capital y a la Subsecretaría de Deportes de la provincia.

Estoy preocupado por la situación de inseguridad en la que viven esta provincia y esta Nación. La causa no es otra que la falta de educación, de trabajo y de contención que sufren los niños y los jóvenes. Quiero colaborar, desde mi ubicación de deportista; contener con deporte a la masa de niños y jóvenes, futuros pilares del país, o futuros delincuentes, si no son tratados correctamente. Deseo enseñar gratuitamente a todos aquellos jóvenes y niños que, sin recursos y sin destino, deambulan por las calles y por los campos de esta provincia y de esta Nación. "Mente sana en cuerpo sano" dice el adagio; no hay más que aplicarlo. Entre los deportistas que formamos la familia del judo argentino estamos dispuestos a entregarnos por esta causa, que es su problema, nuestro problema y el de las futuras generaciones. Si no lo atacamos desde el origen, cada vez será mayor. La solución no está en hacer más cárceles, leyes más fuertes, ni con represión más dura. El problema nace, se incuba y crece desde la niñez y juventud no contenida, y es ahí a donde apuntamos. En los recientes Juegos Olímpicos de Atenas, los países que obtuvieron mayor número de medallas fueron los más desarrollados, y también los más pobres (Cuba, China, etc.). Es en esos países donde el deporte es casi una obligación, como metodología de contención a la posible delincuencia. Los que hacemos deportes sentimos una noble causa y nos enorgullecemos desde niños. Yo soy un ejemplo de ello, al haber nacido en una villa y haber dedicado mi vida al deporte. Pero otro problema aqueja, que es la falta de medios para desarrollar al deporte. Aquí aparece la discriminación entre el que puede y el que no puede. No quiero pedir dinero, porque un pobre no puede pedir a otro pobre. Quiero que me ayuden dándome un lugar como el Complejo Ledesma, que está prácticamente abandonado, para poder desarrollar desde allí un proyecto deportivo, de expansión, divulgación y extensión del deporte. Empresas del medio, nacionales, extranjeras y la prensa me acompañan en este proyecto. Señor Gobernador: usted y yo nos hemos comprometido moralmente con esta provincia y con esta Nación, y hemos apostado fuerte a ellas. Sería fácil huir hacia otras regiones donde las propuestas económicas son importantes, pero: ¿quién se ocupará de los que no pueden huir? Sólo nosotros, luchando desde adentro, lo haremos. No necesito su ayuda económica; sólo le pido que colabore con las instalaciones de que disponen la provincia y/o la Municipalidad, para poder ayudar a esa niñez y a esa juventud abandonadas. Yo, personalmente, y el equipo de judocas que me acompañan estamos a su disposición, gratuitamente, para su custodia personal o para quien usted indique, en el momento que considere oportuno. Estamos altamente entrenados para ello. Creo que una mano lava la otra.(Por Eduardo Costa, judoca olímpico)