Mascotas y discapacidad: historias de cariño y superación

Mascotas y discapacidad: historias de cariño y superación

En los últimos siete años, S.O.S Felinos Tucumán logró rescatar y dar en adopción a casi 900 gatos. Pero si encontrarles un hogar es complicado, la situación se hace todavía más si añadimos un tercer punto a la ecuación: la discapacidad.

Basta con dar un corto paseo por la ciudad para comprobarlo: la cantidad de animales que viven en las calles es preocupante, y requiere de forma urgente campañas de concientización y medidas estatales. A esto se suma el trabajo de rescatistas, fundaciones animalistas y refugios que intentan revertir el abandono y lograr que más mascotas encuentren un nuevo hogar. La situación no es nada fácil y se complica si añadimos un tercer punto a la ecuación: la discapacidad.

En los últimos siete años, S.O.S Felinos Tucumán logró rescatar y dar en adopción a casi 900 gatos. “Entre ellos pasaron gatitos que perdieron un ojo, con ceguera de nacimiento o que tuvieron que ser amputados. Hubo por igual gatos sordos y otros que no sobrevivieron. También es una cuestión de nuevas generaciones de veterinarios. En casos en los cuales antes se recomendaba la eutanasia, hoy podemos evaluar la posibilidad de llevar una buena calidad de vida”, comenta Verónica, una de las encargadas de cuidar la colonia.

Entre sus miembros se encuentra Gema, una minina con una distintiva manchita negra en sus bigotes. “La encontramos cuando tenía cinco meses, en ese entonces apenas respiraba del dolor y no movía sus patas. Visitamos a tres traumatólogos y cada uno nos dio opciones diferentes (algunas muy caras) y ninguna garantizaba que ella volviera a caminar ya que tenía desplazadas dos vértebras en una zona complicada. Al final, decidimos no avanzar con la cirugía y encarar varios meses de rehabilitación”, explica.

Apenas se levanta, la rutina de Verónica arranca por atender a Gema. “Hay que ayudarla a hacer pis por lo menos tres veces al día, aunque come y toma agua sola. Entre los cuidados, debemos bañarla más seguido y cortarle y cepillarle el pelo porque hay lugares en los que no puede acicalarse”, agrega.

De dos a tres veces a la semana también tocan 10 minutos de fisio casera, con flexiones y elongaciones en sus patas traseras y masajes en los músculos para controlar la atrofia. “Quien busque adoptar debe pensar que no siempre el gatito pequeño, peludito y bonito es el perfecto para su familia. Hay felinos que tienen algunos 'defectos' a la vista, pero son por completo manejables y solo es cuestión de un poco de voluntad y mucho amor. Como cualquier animal, los gatos desconocen de discapacidades. Ellos se adaptan a la ceguera, a la sordera, a tener una pata menos… no saben que les falta algo. Simplemente viven y sobreviven con lo que tienen”, reflexiona.

Poder felino

María del Pilar González conoció a Arty en noviembre de 2019, cuando su estado distaba mucho de la adorable (y pomposa) silueta color blanco y caramelo que es ahora. A los cuatro meses él fue abandonado en una caja y atacado por un perro. “Al leer su historia no pude menos que ponerme a llorar. Arty sufrió la pérdida de una pata trasera (desde la articulación con la cadera), por lo que colocarle una prótesis es imposible”, explica.

“¿En qué me metí?” fue lo primero que pensó Pilar al darle la bienvenida e integrarlo a su peculiar manada: compuesta por Cleo (una bulldog francés súper territorial), Segundo (sobreviviente de las inundaciones de Lamadrid) y Fellini (otro gato).

“Arty es muy llorón. Si hay una puerta entreabierta durante la noche él chilla para que lo hagamos pasar. Nunca entra sin permiso así que nos hace levantarnos solo para abrirle. Durante el día va y viene por la galería, y es veloz cuando quiere correr. Él no tiene límites a la hora de jugar, lo único que adaptamos en casa fue colocar un rascador con altura para que suba y baje de la cama”, asegura su humana.

Preciosa

Hay ocasiones en que las redes sociales se vuelven un aliado, y es así -con un posteo de difusión urgente- como arrancó el primer contacto entre Ana Soraire y Preciosa. Luego de dos años y medio de convivencia, lo que queda es recordar.

La caniche fue abandonada en un cementerio y estuvo a punto de morir deshidratada y por un shock hipovolémico debido a la falta de atención. “Ella quedó tuerta por causa de una bichera y tenía cataratas en el otro ojo. Decidí adoptarla porque me conmovió leer su situación. Quería darle una segunda oportunidad con la atención que merecía. Nunca me importó su discapacidad, sólo quería que viviera en un buen hogar”, afirma.

El temor inicial y aquel cambio de ambiente se logró superar con paciencia. “Ella es muy tranquila, no le gusta jugar con la gente ni con otras mascotas, pero disfruta que la acaricien. Todas las mañanas le limpio y pongo unas gotas en sus ojos y, con la alimentación, me encargo de calentar polenta con menudos o arroz con pollo para las mañanas y las tardes-noches”, detalla Ana, también a cargo de un perrito anciano que solía deambular por su barrio.

Sin contar a Preciosa, el Club Mascotero de Aguilares tiene actualmente a seis perros “discas” (término con que se los denomina) en hogares adoptivos. “Lo que vemos con mucha frecuencia es la ceguera parcial o total en varios animales. Tal es así que tenemos cuatro canes con esta condición y hasta un caballo (de 30 años) al que llamamos Abuelito. Él fue uno de los últimos equinos que retiramos de unos carreros debido al maltrato y la falta de atención veterinaria. Gracias a la intervención de la Comisión de derecho animal -del Colegio de abogados del sur- conseguimos su tenencia. En estos momentos Abuelito vive pleno en un campo donde recibe cuidados especiales”, describe Nelson Jalib Elías, miembro de la agrupación.

Careycita

Hace unos tres años, María Belén Guzmán se mudó frente a un galpón abandonado, o casi… dado que entre los matorrales un día encontró a nueve gatitos (hermanitos). Esa camada incluía a Careycita.

“El diagnóstico fue que tenía úlceras en los ojos a causa de una rinotraqueitis (por no estar vacunados) y -tras unos meses en tránsito- se la operó para sacarle uno de sus ojitos. Después de esa cirugía tremenda (dolorosa y con una recuperación difícil) la alojamos en mi casa hasta buscarle un nuevo hogar”, rememora la estudiante de psicología. Cosa que nunca sucedió.

De aquella época, Belén recuerda que hizo malabares entre la facultad y su trabajo para atenderla. “No tenía fuerzas suficientes para ir a su caja de piedras y había que darle de comer en la boca seis veces al día. A veces pasaba mucho tiempo fuera y cuando volvía, ella me pedía con maullidos y señas que le ponga las gotitas porque le ardía”, añade.

Este año Careycita perdió totalmente la visión y otra mudanza hizo que se interpongan nuevos desafíos en su camino, como unas escaleras... “Vivía rodando -afirma Belén-. Ella camina más lento que los demás y si se asusta seguro choca con algún objeto, pero su GPS mental y sus bigotes le sirven de sensor. La única adaptación que debí hacer es colocar tela metálica en las ventanas para evitar que se pierda”. Aunque su personalidad sea muy disímil a la de un gato explorador.

¿La segunda precaución? evitar correr muebles o hacer cambios en las habitaciones. “A pesar de haberme dado las peores mordeduras de mi vida, hoy es la gata más cariñosa que tengo. Antes sentía culpa al ausentarme mucho tiempo de casa sabiendo que ella sufría, pero todo terminó por acomodarse y Careycita ya no siente dolor”, asegura reconfortada.

“La experiencia de adoptar un gatito discapacitado o con cualquier limitación es una experiencia única. No hay que tenerle miedo porque ellos aprenden a vivir así. Tal vez necesitan ayuda, pero el agradecimiento y la conexión que se crea es única”, asevera.

Espacios para información

En muchas ocasiones, los animales callejeros deben acarrear con las secuelas que dejan los accidentes de tránsito, la violencia física y/o la desatención de sus cuidadores. “Cada uno -desde su lugar de dueño responsable o de rescatista- puede promover el cuidado responsable de la salud de los animales que decidimos adoptar. Generar espacios para informar a la población es primordial, se debe tomar conciencia sobre la dignidad, los derechos y atenciones que merecen los animales con discapacidad”,  interpela Elías.

GEMA. GEMA.
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