El 47% de los argentinos prefiere trabajar desde su casa la mitad del tiempo

Los desafíos de la pandemia dejarán huella en el mundo laboral. Los pro y los contra del teletrabajo, y dos mujeres que sobrevivieron para contarlo.

NUEVA COMODIDAD. La mayoría de los encuestados en el país optaron por elegir trabajar algunos días en casa y otros en la oficina. NUEVA COMODIDAD. La mayoría de los encuestados en el país optaron por elegir trabajar algunos días en casa y otros en la oficina.
25 Enero 2021

Si pudieran elegir, casi la mitad de los argentinos en relación de dependencia optaría por un sistema mixto de trabajo en sus casas y en la oficina cuando termine la pandemia de coronavirus. La conclusión se desprende de un estudio realizado en 34 países, en el cual también surge que el 19% preferiría seguir sólo desde sus casas, y un 6% desea volver al trabajo en el exterior de sus domicilios.

La investigación fue efectuada por Randstad, una agencia especializada en recursos humanos, que pone bajo la lupa, en forma semestral, los cambios en el mundo del trabajo en todos los continentes. “El 17% de los consultados argentinos elegiría una opción que le diera flexibilidad para cambiar con libertad sus horarios de trabajo, el 6% se inclina por un formato que le permita elegir cuándo trabajar desde el hogar y un restante 5% que si pudiera elegir, optaría por trabajar de forma remota desde cualquier lugar”, explicó Andrea Ávila, CEO de la empresa para Argentina y Uruguay.

La especialista explicó que si bien la inclinación mayoritaria por un formato mixto de oficina y home office es compartida tanto en el país como globalmente, la preferencia por esta opción es mucho más marcada entre los trabajadores argentinos, con 12 puntos por encima de la media global. Asimismo, precisó que se destaca la brecha de ocho puntos menos entre los que prefieren trabajar siempre en la oficina en este país versus el 14% que elige esa opción a nivel global.

“En momentos en que Argentina acaba de reglamentar parcialmente una ley de teletrabajo que está más orientada a la regulación que al impulso de esta modalidad laboral de gran potencial, los resultados de este estudio dan cuenta de la diversidad de preferencias en relación a los formatos de articulación del trabajo que surge por efecto de una mayor deslocalización del trabajo que la experiencia de la pandemia nos deja”, dijo Avila.

Cambios en el hogar

Antes de la irrupción del coronavirus en nuestras vidas, la mayoría de los trabajadores manejaba las exigencias del trabajo y de la vida personal de manera predecible. Sin embargo, la pandemia cambió por completo la dinámica y las rutinas laborales y personales y el estrés diario generado por los desplazamientos, y las tareas de oficina fueron reemplazados por el de las responsabilidades familiares ampliadas y las intrusiones del trabajo en el hogar.

“Nuestra vida familiar y laboral cambió de un día para el otro: con mi esposo fuimos notificados por nuestras empresas y pasamos de no vernos más que los fines de semana... ¡A compartir la misma mesa de trabajo entre los dos y con nuestros hijos, un niño y una adolescente! Tuvimos que hacer una buena inversión en nuestra casa, para adaptar y crear más espacios para el estudio y el home office, contratar un mejor servicio de internet, comprar dos computadoras portátiles, y también hubo que hacer muchísimos acuerdos para respetar espacios, los horarios, asignar nuevas funciones a cada uno…”, cuenta María Gabriela Luna, una empleada administrativa santiagueña, de paseo en Tucumán.

Dentro de las vicisitudes del día a día la profesional detalla: “A mi me desespera que mi esposo trabaje todo el día y vaya acopiando platos y tazas en la mesa del living, que ahora es su escritorio, y que nunca los levante o los lave… A mi esposo, en cambio, le molesta que veamos Netflix en su horario laboral porque pierde capacidad la internet, o le molestan las rutinas en las que él antes no participaba simplemente porque no estaba en la casa, y ahora sí… O sea, esto es una lucha de acuerdos constantes”, describe, con buen humor.

Para Eugenia Arias Paz, una diseñadora gráfica y mamá de tres hijos pequeños, la cuarentena la encontró en un pequeño departamento del que planeaba mudarse y en el que debió enfrentar las obligaciones laborales junto a su rol de madre. “El más chiquito está en preescolar, nos pedían que lo grabásemos con el celular mientras hacía dibujitos u otras actividades del jardín; mientras, mis otros hijos compartían computadora de a ratos, o celulares... Y todo esto, clases de gimnasia incluidas, estando en el departamento... fue un año muy estresante”, confiesa.

¿Estamos preparados?

El resultado feliz de este “experimento social laboral” descripto por Gabriela y Belén puede tener su razón de ser en las posibilidades de los trabajadores argentinos. Según el estudio de Randstad, el 80% de los encuestados en Argentina siente que tiene el equipamiento y la tecnología para afrontar la digitalización en su trabajo, a la vez que el 38% de los participantes de la muestra reconoce que le ha costado mucho aprender las nuevas habilidades demandadas por su trabajo para adaptarse a las exigencias de la pandemia.

Frente a un contexto en el que todo indica que a mediano plazo la actividad económica y el empleo seguirán impactados por la evolución de la pandemia, el Randstad Workmonitor da cuenta sobre las principales dudas, temores y expectativas de los trabajadores tienen en relación a las iniciativas y acciones de sus empleadores una vez que la pandemia quede atrás. Así, el 65% de los trabajadores argentinos quisiera una protección salarial en su trabajo luego de la pandemia, cifra que supera en 7 puntos porcentuales la marca registrada a nivel global, que se ubica en el 58%.

“Las medidas de emergencia implementadas durante 2020 por el Estado y las empresas han buscado sostener el empleo de la mayor cantidad de personas posible, morigerando el impacto de la recesión económica derivada de la abrupta caída de la actividad. Con esto en mente, y de cara a la reconstrucción que tenemos por delante, las expectativas y dudas que expresan los trabajadores serán la materia prima con la que las organizaciones deberán trabajar para fortalecer su cultura y recuperar la moral de su fuerza laboral cuando la pandemia quede definitivamente atrás”, concluyó Ávila.

Requerimientos para un teletrabajo exitoso: más equipamiento para trabajo remoto

El estudio que llevó adelante Randstad no se circunscribió a la esfera del teletrabajo. Al ser consultados acerca de los atributos, los valores o las iniciativas que esperan de sus trabajos pasada la crisis sanitaria, los argentinos mencionaron en un 58% la necesidad de más políticas de salud y protocolos de seguridad organizacionales. También destacaron la necesidad de entrenamiento y formación, y un seguro de salud, ambas con un 46%.

Otros ítems mencionados por los encuestados fueron: equipamiento y tecnología para el trabajo remoto (41%); seguridad laboral (37%);  transparencia en la comunicación (37%);  colaboración en equipo (30%); programas de asistencia al empleado como apoyo psicológico (26%); mayor seguridad (25%) y soluciones para los empleados como grupos de cuidado de niños durante la pandemia (14%).

Sobre el Randstad Workmonitor: relevamiento semestral

El Workmonitor es un relevamiento semestral, que realiza Randstad en 34 países del mundo entre Europa, Asia, América y Oceanía sobre las expectativas, estados de ánimo y comportamientos de los trabajadores. Además de la movilidad laboral, la encuesta aborda cuestiones como la satisfacción de los empleados y la motivación personal en relación al empleo, así como diversas temáticas vinculadas al mundo del trabajo en las organizaciones.
El estudio, se desarrolla a través de un cuestionario online sobre una muestra compuesta por personas de ambos sexos, de entre 18 y 65 años que trabajan en posiciones remuneradas bajo relación de dependencia (no autónomos) más de 24 horas por semana.
En Argentina, el estudio de campo del segundo semestre se realizó entre el 13 y 26  de octubre de 2020.

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