Jugando al desconfío

Las agujas del reloj electoral en la oposición corre a una velocidad mayor que cualquier otro. La avanzada de los intendentes puso en vilo a Juntos por el Cambio. Algunos dirigentes han expresado públicamente su descontento con Mariano Campero (Yerba Buena) y con Roberto Sánchez (Concepción) por la intención de conformar un nuevo espacio, más allá del que orgánicamente existe. Otros referentes remarcaron, en privado, que no ven la hora de que lleguen las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para enfrentar al tándem de jefes municipales, apadrinados por el ex ministro de Hacienda de la Nación, Alfonso Prat-Gay. Particularmente, en el radicalismo sobrevuela un rumor que ya corporizaron y que señala que Campero quiere estar en la nómina de postulantes a diputados y que Sánchez sería incluido en la de candidatos a senadores. Todo esto en el marco del denominado Frente Tucumano para el Cambio, no reconocido por los otros aliados y correligionarios.

Uno de los que salió a contestar esta estrategia ha sido el ex diputado radical Alfredo Neme Scheij, que ha expresado abiertamente que se opone a cualquier intento de alianza con Fuerza Republicana, más específicamente, con el apellido Bussi. “Queridos y entrañables amigos: los convocó a una íntima reflexión; hay sumas que restan, sobre todo cuando son contra natura y hasta acá, lo único que consiguieron fueron levantar las acciones del señor (Ricardo) Bussi en los considerandos de sus financiadores, como potencial elemento disociador del arco opositor”, escribió el cardiólogo en una carta abierta a los intendentes. La respuesta del camperismo no se hizo esperar. El gabinete en pleno del Municipio de Yerba Buena, tildó a Neme Scheij de ex alperovichista y le recordó su paso por “Participación Cívica”, en el que funcional al peronista Julio Miranda y dejando del lado al radical Rodolfo Campero, a través del denominado “Pacto del Parque”.

El cisma interno en el radicalismo es tal que los dirigentes históricos de ese partido consideran que ya hay un frente armado, Juntos por el Cambio, que no requiere de otra estructura para reunir consensos entre los opositores. “Se subieron al caballo antes de tiempo”, dijo uno de ellos, mientras miraba las fotos que los intendentes y Prat-Gay se sacaron este fin de semana en Tafí del Valle.

José Ascárate no pudo despejarse de las vacaciones. Y, desde medio de los cactus, ha dicho que los dos intendentes del Oeste juegan a ser candidatos en 2021. ¿A quién le están entregando la responsabilidad de las intendencias para las que los eligieron? ¿O son candidaturas testimoniales y para quién testimonian?, se preguntó. El legislador les reclamó a Sánchez y a Campero que terminen sus mandatos para los cargos que fueron elegidos y luego piensen en candidaturas.

Sebastián Salazar está entre la espada y la pared. Pero el intendente de Bella Vista ha preferido quedarse en El Mollar antes que hacer ruido en aquella foto del asado nocturno en Tafí del Valle. Otra pata de “la mesa de los municipales” ha quedado afuera por decisión propia. Germán Alfaro, lord mayor de la Capital, no quiere hacer aún sus movimientos y dice que toda jugada preelectoral es prematura en tiempos de pandemia. Su asesor radical, José Avignone, se preguntó cómo es posible querer reunir a todo el arco opositor a la gestión de Juan Manzur sin el intendente capitalino dentro de ese esquema. “No hay que ser demasiado profundo en política para darse cuenta de que le están haciendo el juego al Gobierno provincial y al propio Bussi”, recalcó el ex concejal.

Avignone cree que, detrás de la movida de un posible nuevo frente opositor, está la amplia y generosa mano de la Casa de Gobierno. Hay quienes recuerdan que Yerba Buena y Concepción han sido dos de los municipios tucumanos más beneficiados en el reparto de obras con financiamiento federal durante 2020. También que Prat-Gay ha cosechado una excelente relación con el propio Manzur. Siendo ministro macrista, el economista ha venido a Tucumán para reunirse con todo el arco productivo a pedido del gobernador. El mandatario tiene un buen recuerdo de Prat-Gay, quien le ayudó en varias ocasiones a abrir puertas en el difícil mercado financiero internacional.

El diputado José Cano calla públicamente. Pero tira espuma por la boca cada vez que alguno de sus dirigentes le pregunta qué hacer ante la movida de los intendentes. Cano cenará el viernes con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que llegará a esta ciudad en las clásicas visitas interfamiliares. Cuentan que el diputado está furioso y que ha deslizado un comentario hacia la convocatoria de Campero a conformar un amplio frente opositor. “Cómo nos invitan a través de los medios, si saben que orgánicamente hay un frente, que se llama Juntos por el Cambio, y que ellos mismos han aceptado integrar”, dicen que argumentó.

Los conflictos internos en la oposición son seguidos por Manzur y por el vicegobernador Osvaldo Jaldo como esas telenovelas de extensos capítulos que se extenderán hasta agosto y que, tal vez tenga una segunda temporada hasta octubre, cuando las urnas los convoquen a los comicios parlamentarios. En el oficialismo señalan que ya compraron pochoclos para mirar desde la tribuna lo que sucederá en la oposición. A Manzur le queda una materia pendiente: saber si es que impulsará o no la suspensión de las PASO. El miércoles, en Chilecito (La Rioja) esa cuestión puede definirse, con el presidente Alberto Fernández como testigo. Mientras tanto, las internas seguirán calientes.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios