¿Cómo se mantiene la cadena de frío de las vacunas?

¿Cómo se mantiene la cadena de frío de las vacunas?

Dudas luego de la polémica que se generó por el traslado de las dosis contra el coronavirus a Tucumán.

SPUTNIK V. Operarios trasladan la vacunas. FOTO COMUNICACIÓN PÚBLICA. SPUTNIK V. Operarios trasladan la vacunas. FOTO COMUNICACIÓN PÚBLICA.

Casi que se convirtió en tema de Estado en el que, para variar, opinamos todo aunque muchas veces lo máximo que sepamos es cómo se carga de agua una cubetera para ponerla en el freezer. Pero en realidad, y hablando en términos científicos, ¿cómo se mantiene la cadena de frío de las vacunas en general? La pregunta surgió luego de una polémica generada por los datos que arrojó un datalogger de temperatura conectado a una computadora que mostraba los grados a los que, presumiblemente se había mantenido la Sputnik V a su llegada a Tucumán. El monitor alertaba que en cierto momento del traslado habían estado a 5,5 grados centígrados cuando, esta vacuna, debe resguardarse a - 18°. La versión fue rápidamente descartada por miembros del área de Salud y de la propia empresa transportadora, pero la duda quedó flotando.

“Es casi imposible que se haya roto la cadena de frío. Todos los que trabajan con este suministro lo hacen de manera profesional y están acostumbrados”, indicó Aída Torres, directora del Centro de Estudios Infectológicos y Vacunación.

Pero, vamos por partes. ¿Qué es una cadena de frío? La Organización Panamericana de la Salud la define como “un conjunto de normas y procedimientos que aseguran el correcto almacenamiento y distribución de vacunas a los servicios de salud desde el nivel nacional hasta el nivel local. La cadena de frío está interconectada con equipos de refrigeración que permiten conservar las vacunas a las temperaturas recomendadas para mantener su potencia”. Y la pregunta más importante, entonces: ¿Cuál es la temperatura de almacenamiento de las vacunas? La misma OPS responde: “Dependiendo del tipo de la vacuna hay dos rangos de temperaturas para el almacenamiento de las mismas: Vacunas que son sensibles al congelamiento deben almacenarse a temperaturas entre 2°C a 8°C. Las vacunas producidas con cepas víricas y/o liofilizadas pueden almacenarse a temperaturas entre -15°C y -25°C”. Esto último es lo que pasó por ejemplo con la Sputnik, pero Torres, basada en su experiencia, advierte que eso cambiará. “Ahora debe ser trasladada y conservada a menos de 18 grados, pero con el tiempo va mejorando la composición química y se vuelven más estables, por lo que dentro de poco, como el resto de las mayoría de las vacunas, podría guardarse entre 2 y 8 grados”, explicó. 

“Cuando las vacunas son fabricadas, los laboratorios son bastante cuidadosos y se las conservan a temperaturas bajas pero luego que se desarrollan las fases van cambiando las estructura y se pueden hacer más manejable la conservación”, agregó. Y ejemplifica: “al principio las antigripales era un tormento. Se debían guardar a menos de 20 grados, pero ahora es entre 2 y 8 grados. Cambia con el tiempo”. La especialista asegura que el desafío de la cadena de frío es tener transportes, heladeras y grupos electrógenos en condiciones. “Eso es lo que hay que cuidar, pero se confía en quienes lo hacen. Es muy difícil realmente que a esta altura se rompa la cadena de frío en una vacuna”, aseveró.

Normas generales de conservación de vacunas

- Guardar las vacunas de modo que permitan la circulación del aire, dejando espacio entre las cajas y evitando que éstas toquen las paredes interiores del refrigerador. Se recomienda que las bandejas donde reposan las vacunas sean de malla metálica o con perforaciones en su base, para evitar la acumulación de humedad en las bandejas.

- El freezer debe descongelarse siempre que la capa de hielo acumulada en el congelador supere los 5 mm de grosor. Una excesiva acumulación de hielo disminuye la capacidad refrigerante del aparato

- No colocar vacunas en la puerta del refrigerador. En este lugar, la temperatura es muy inestable.

- No abrir y cerrar el frigorífico muchas veces a lo largo de la jornada, ni dejar mucho tiempo abierta la puerta. Comprobar que ésta quede bien cerrada.

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