“Pospongamos la Navidad”, es el ruego de un enfermero inglés

“Pospongamos la Navidad”, es el ruego de un enfermero inglés

Joan Pons fue voluntario para la vacuna de Oxford y ahora ayuda a inocular la de Pfizer. Habla del aumento de casos y una tercera ola.

PEDIDO. “Veo cómo aumentan los casos, por eso pido que no juguemos a la ruleta rusa con la salud, sólo por reunirnos un día”, dijo Joan. PEDIDO. “Veo cómo aumentan los casos, por eso pido que no juguemos a la ruleta rusa con la salud, sólo por reunirnos un día”, dijo Joan.

“Pido que pospongamos el festejo de Navidad. Que no juguemos a la ruleta rusa con la salud y que, por unas horas de reunión, arriesguemos la salud de todos. Propongo que, en agosto, hagamos un ‘festival de los abrazos’, una Navidad tardía, al aire libre, cuando la población vulnerable esté vacunada”. El ruego de Joan Pons es el de quien ve el aumento exponencial de admisiones en el hospital de la ciudad de Oxford, donde trabaja.

En junio -hace mil años si lo medimos en términos de tiempo pandémico-, Joan le contó a LA GACETA su experiencia como voluntario en la prueba de la “vacuna de Oxford”, desarrollada en la universidad de esa ciudad, para prevenir la infección con el nuevo coronavirus.

Ahora, como trabajador del Sistema Nacional de Salud de Gran Bretaña, es uno de los encargados de administrar la vacuna de Pfizer/BioNTech a la población vulnerable (adultos mayores y personal sanitario), en el hospital donde trabaja como enfermero.

“Es una sensación increíble, casi lloré cuando tuve la vacuna en mis manos -relató en un video que grabó para LA GACETA-. Después de meses tratando de parar la devastación que provoca este virus, por primera vez, la semana pasada, tuve esa enorme alegría”.

La euforia duró poco. La confirmación de que una nueva cepa del virus es responsable del aumento de casos de covid-19 en Londres y al sur de su zona metropolitana, ahora extendida a todo el Reino Unido, fue “como un jarro de agua fría”, dijo Joan: “Estamos en una carrera contrarreloj. Por un lado, la vacuna de Pfizer, y por otro lado este nuevo virus, que se contagia muy fácilmente”.

La comparación con un escenario de guerra se desliza con facilidad: “Estamos en plena batalla contra el virus, mientras esperamos que llegue la Caballería: las demás vacunas, la de Oxford, la de Moderna, a fin de año. Eso podría cambiar el escenario”.

Hasta ahora, se sabe que la mutación del virus que causa la covid-19 no es necesariamente más letal que la ya conocida, ni hay datos que indiquen que es inmune a las vacunas aprobadas o en desarrollo. Sí es preocupante que sea más contagiosa porque genera una demanda mayor al sistema de salud, que ya está bajo una gran presión.

Para colmo, se detectó otra nueva variante del coronavirus en personas que viajaron desde Sudáfrica. Son sólo dos casos, pero suficiente para que sonaran las alarmas. “Esta nueva variante es preocupante porque es aún más transmisible y parece haber mutado más que la (primera) nueva variante descubierta en el Reino Unido”. Todo ello abona el augurio de Joan: para el 26 de diciembre habrá un confinamien to completo en todo el país, que puede durar hasta en marzo, cuando ya toda la población vulnerable esté vacunada.

Otra variante: detectaron otra cepa con mutaciones

El ministro de Salud de Reino Unido, Matt  Hancock, confirmó que las dos personas en las que se detectó una nueva variante de la covid-19 (distinta de la que identificaron la semana pasada) están en cuarentena y que se impusieron restricciones de viaje desde Sudáfrica, de donde provenían los contagiados. Varias zonas de Reino Unido aumentaron los niveles de confinamiento, tras la aparición de la nueva cepa, un 70% más contagiosa que la conocida, y se teme que la cantidad de casos ponga más presión al sistema de saluld.

El factor humano: “la gente no tomó medidas para cuidarse”

Es cierto que esta nueva cepa es muy contagiosa, pero hay un factor humano que hizo difícil poner freno a la enfermedad, sostiene Joan Pons, enfermero en Oxford. “Apenas se relajó el confinamiento, la gente salió a las calles, a bares y restaurantes, sin mantener distancia, sin mascarilla”, lamentó. “En el hospital donde trabajo, y en todos los del Reino Unido, la cantidad de admisiones es enorme y la demanda subió exponencialmente”, contó, Según dijo, el pico de esta segunda  ola, con 700 muertos por día, equivale al pico de la primera. Para enero, “vamos a tener una tercera ola”, pronosticó.

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