La seguridad de los pilotos

La seguridad de los pilotos

Radiografía de la Fórmula 1.

La seguridad de los pilotos

Lewis Hamilton logró la victoria el pasado fin de semana en Bahrein, pero la noticia deportiva terminó en segundo plano debido a lo accidentada que fue la carrera. En la primera vuelta, Roman Grosjean cruzó el Hass con la punta del Alpha Tauri conducido por el ruso Daniil Kvyat y se estrelló con el guardarrail a 221 km/h. Explosión y fuego. Bandera roja y tensión absoluta. Pasaron 28”8/10 que dejaron helada la sangre de todos aquellos que lo vieron. Fue uno de los accidentes más impactantes de la historia de la F-1. Las imágenes recorrieron el mundo: el monoplaza partido al medio, los médicos actuando al límite y el piloto escapando de las llamas. Afortunadamente Grosjean sólo obtuvo algunas quemaduras en sus manos y tobillos. Fue trasladado en helicóptero a un hospital y dado de alta el miércoles. Rápidamente, asomó la palabra milagro. Tras semejante impacto y explosión, el piloto francés, podría haber quedado inconsciente en medio de las llamas. Sin embargo no fue así. Se mantuvo consciente todo el tiempo y pudo escapar del auto por sus propios medios. ¿Fue un milagro?

El halo: Jules Lucien André Bianchi más conocido como Jules Bianchi, fue un piloto francés de que corrió en F-1 con el equipo Marussia. El 5 de octubre de 2014 en Suzuka, durante el GP de Japón, sufrió un terrible y desafortunado accidente que encogió el corazón de la F-1. Chocó con una grúa que atendía a otro auto ya fuera de carrera. Tras nueve meses en coma, el 17 de julio de 2015 falleció en Niza. La FIA decidió retirar el número del francés, el 17, pero su recuerdo nunca será retirado. Fue la última víctima de la categoría y su accidente aceleró el trabajo de implementación de un elemento que hoy ya ha salvado unas cuantas vidas: el halo. Fabricado en titanio e implementado con forma de Y en la parte superior de los autos de 2018, fue posiblemente el elemento clave que salvó a Grosjean, al evitar que las hojas del guardarrail pegaran en su cabeza. Su obligatoriedad entonces provocó tantas reservas como unanimidad. Tan es así que el propio Romain, en 2017, declaró acerca de su implementación: “el halo va en contra del ADN de la F1”. El domingo, después de la carrera y desde el hospital, confesó que de no haber sido por el halo no estaría con vida.

La célula de supervivencia: Es la cabina donde se sienta el piloto y funciona como el último elemento de protección en caso de impacto. Es capaz de soportar el peso de un colectivo de larga distancia y no quebrarse. En el accidente de Grosjean, se separó del tanque de combustible que estaba ardiendo (algo que no ocurría en los años 80) pero se mantuvo intacta. Quedó entera en un choque a 221 km/h y unos 56 de Fuerza G. Funcionó a la perfección. Quizás sea necesario recordar que la F-1 es un deporte de extremo riesgo. Cada fin de semana los pilotos ponen su vida en juego. Sin embargo, al margen de las creencias de cada quién, más que milagros hay mucho estudio y compromiso en cómo mejorar la seguridad de los pilotos. Siempre debe ser así: primero la seguridad, después del espectáculo.

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