Compañeros o rivales, pero en familia

Compañeros o rivales, pero en familia

Padres e hijos que compartieron cancha o pista durante sus carreras consideran que cumplieron un sueño

Compañeros o rivales, pero en familia

El hecho es una de las “figuritas difíciles” de conseguir, como se dice en el barrio, cuando se empieza a practicar un deporte. Ganar un trofeo, conquistar un título importante, jugar en un estadio emblemático, suelen ser sólo algunas de las situaciones que un deportista desea vivir. Bien abajo en la lista, asomará una particularmente especial: compartir cancha con un hijo. 

La escena no es común, principalmente, por la probable diferencia de edad entre los familiares y, consecuentemente, distinta categoría en la que padres e hijos competirán. 

Es por ello que quienes pudieron estar al mismo tiempo en una cancha, pista o cualquier escenario en el que practiquen un deporte consideran que cumplieron un sueño, casi impensado siendo compañeros o rivales, pero siempre en familia.

LOS REGINATO

Compañeros o rivales, pero en familia

Miguel, “Miguelito” y Andrés compiten en el rally provincial y son compañeros en los Old Virgins.

Miguel

“Sólo puedo decirle gracias a Dios por compartir equipo desde hace seis años con mis hijos en los Old Virgins. La última vez que lo hicimos, fue en el Seven de Tafí del Valle. Un gran recuerdo”.

Miguelito

“Somos una familia muy unida y nos ayudamos en todo, pero cuando nos subimos al auto sólo nos interesa ganar. Papá estaba tercero, nos hace entrar en razón que era el último prime y que era mejor que vayamos despacio para hacer podio. Y así fue, sólo que el aceleró y ganó”.

Andrés

“Es una cosa rara. Sólo los que compartieron el deporte con la familia lo sienten, pero no sé si lo sabrán explicar”.

LAS BARRIONUEVO

Ángela y su hija Maia juegan en Monteros Voley.

“Es una experiencia única y muy difícil de explicar, pero lo mejor es cuando tomamos el bolso y nos vamos al club: sabemos que es nuestro momento de adrenalina, risas, miradas, festejos y una que otra lágrima ya sea de alegría o de desahogo”. Palabras de Ángela.

“El partido que más recuerdo es una final contra Fundarte. La cancha estaba llena, yo jugaba de opuesta y mi mamá de punta receptora; jugamos todo el partido. Me dieron el premio a la mejor jugadora, estaba toda mi familia y el abrazo con ella fue interminable. Me sentía muy segura jugando con mi madre, porque además de ser la más experimentada, era mi mamá”. Palabras de Maia.

LOS JUÁREZ

Compañeros o rivales, pero en familia

Cristian y su hijo Joaquín fueron los atacantes de Central Córdoba en el hockey masculino del certamen local.

“Fue un sueño  cumplido poder jugar con mi hijo. Sentí muchos nervios. Lo mejor de todo es que jugamos de delanteros. El primer gol que hizo en Primera fue por pase mío y me saltaron las lágrimas.  Realmente, no había sentido esa sensación antes”, dijo Cristian.

LOS GALLARDO

Pablo y Tomás compitieron en la Segunda Categoría en squash

Pablo

“El último partido que jugamos es el que no me olvidaré jamás: me ganó y bastante bien. Fue muy superior en todo aspecto. Nunca me hubiera imaginado tener que enfrentarlo dentro de una cancha. Cuándo me ganó, me encantó”.

Tomás

“El triunfo global se lo lleva mi papá. Para mí enfrentarlo, significó saber que progresé. Yo comencé en Quinta Categoría y él ya jugaba en Primera o Segunda. Fueron partidos casi iguales al resto, pero con un poco más de presión. La relación queda medio tensa durante el día porque había ‘relajadas’ de por medio, pero después todo bien”

LOS AGÜERO

Marcelo y ‘Marcelito’ compitieron en Elite del torneo local de ciclismo.

Marcelo

“Esperaba el momento de correr con él. No veía las horas de que llegara ese día. Nunca hubo rivalidad porque siempre corrí con la intención de enseñarle y pudo ganar muchas carreras”.

Marcelito

“Siempre corrimos en contra porque estuvimos en equipos distintos. A veces no es muy lindo porque puede haber una escapada en la que vaya él y yo no quiero hacer ninguna macana. Es como un respeto que le tengo. No pasa nada en la relación, todo queda perfecto y cada uno hace su carrera, siempre queriendo estar adelante. Sí, cuando llegábamos juntos hacíamos como un equipo, nos colaborábamos, pero definir a matarse, nunca”.

LOS MOLINUEVO

Compañeros o rivales, pero en familia

Juan Manuel compartió equipo con su papá, Tristán, histórico jugador de rugby en Huirapuca

Tristán

“Fue en 2017. Él tenía 17 años. En ese partido teníamos pocos pateadores. La idea era que yo salga en el segundo tiempo y entre por mí, pero se dio un partido estratégico y terminé jugando en mi posición y él de wing. Fue una linda experiencia contra Cardenales porque terminamos ganando un partidazo.

Juan Manuel

“Compartir cancha con mi ‘viejo’ fue algo muy lindo. Creo que es algo que a todo jugador le gustaría”.

LOS FERNÁNDEZ

Carlos y Carlos Manuel coincidieron en Huracán BB jugando la Liga B.

Carlos Manuel

“Tenemos 23 años de diferencia. Nunca se me cruzó por la cabeza que podría jugar con mi papá. Tenía más ansiedad de entrar a jugar que nervios y presión. Si fuera por mí que juegue siempre, así sigo aprendiendo de él”.

Carlos

“Nunca se me pasó por la cabeza compartir equipo con mi hijo y en el club que amo. Fue algo hermoso salir campeón. Por momentos, me ponía un poco nervioso por él, pero sin dudas fue la frutilla del postre de mi carrera”.

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