No se sabe si Fito Páez llegará a conquistar el espacio, pero ya cautivó al público virtual

No se sabe si Fito Páez llegará a conquistar el espacio, pero ya cautivó al público virtual

El músico rosarino presentó su nuevo disco en un show impecable y de alto nivel. Los Grammy.

VOLÁTIL. En una hora y media de show sonaron, muy bien,17 canciones.   VOLÁTIL. En una hora y media de show sonaron, muy bien,17 canciones. TELAM

El domingo a la noche Fito Páez se lanzó a “La conquista del espacio”, tal el nombre de su esperado disco, desde el Movistar Arena, en vivo y vía streaming.

Como en todo concierto, había que presentarse -por pantalla- media hora antes. Una vez ubicado el público en el living de su casa, la cuenta regresiva marcó los minutos de espera con un inquietante fondo de sonidos del espacio.

El telón virtual se abrió con el tema “La conquista...”. De traje turquesa, Páez ocupó el proscenio y la banda se instaló en segundo plano. Estas posiciones se mantendrían hasta el final del show, así como la impactante puesta en escena, concebida con un telón de fondo-led de delicadas imágenes temáticas, reales o de diseño, que mostraban desde el espacio exterior hasta un eclipse total de sol; desde el Monumento a la Bandera de su Rosario transformado en nave espacial hasta un colorido Circo Beat.

Desde el primer minuto, luces en semipenumbra fueron creando y recreando climas. El sonido, ajustadísimo, hizo posible escuchar en detalle las letras, a la par de cada solo de la banda, cosa que no suele suceder en un estadio y en vivo. Y el despliegue de cámaras que permitía hasta girar alrededor del cantante.

En el tercer tema Páez tomó posesión de su piano, escondido en el único objeto blanco e importante en el escenario, que semejaba el puente de una nave espacial.

Las composiciones, cuyos nombres aparecían como crédito cinematográfico, iban fluctuando en atmósferas y se sucedían con el estricto tiempo entre uno y otro, sin aplausos. De todos modos en las casas no se reprimieron palmas, cánticos ni pogos: cada performance fue más notable que la anterior.

Los responsables: por un lado, la sólida banda que acompaña al rosarino integrada por Diego Olivero en bajo, Gastón Baremberg en batería, Juan Absatz en teclados, Gastón Baremberg en batería, y Juani Agüero en guitarras, con Florencia Villagra, debutante en coros con buenas armas vocales; por otro lado, y en primerísimo plano, la madurez del artista Páez, capaz de demostrar que si extrañaba el griterío del público no se notó, y tal vez lo favoreció el control y el cuidado de notas, matices y dinámicas.

Fue inteligente el recorrido se los temas: mostró los mejores “hijos nuevos” del disco que presentaba, como “La conquista...”, “Las cosas que me hacen bien”, “Maelström” y “La canción de las bestias” (nominada a la mejor canción pop/rock en los Grammy Latinos). Y ahondó en su repertorio de hits, aggiornados en arreglos, como para recordar una originalidad y una fuerza rockera que son su marca.

Sorprendente fue la artista invitada: Nathy Peluso demostró, en canto y danza, que “Yo vengo a ofrecer mi corazón” puede ser aún más bello que los conocidos.

A los 90 minutos Fito empezó a agradecer, en especial a los enfermeros y a los médicos, y a despedirse. Instó: “hay que pasar un tiempo, nada más”; “hay que acompañarse”; “ayudemos al otro, ahora un poco más”. Y explotó una vez más con “Mariposa Technicolor”, como bis. Las leds escribieron una frase de Kenzaburo Oé, “Despertad, oh jóvenes de la nueva era”, y los créditos se sucedieron con sonido de aplausos y coro de público. En casa, la adrenalina y la emoción contenidas se fundieron en palmas a la distancia. Es improbable que Páez conquiste el espacio, pero lo esperan el 19 en la gala de los Premios Grammy, con tres nominaciones, y varios shows en vivo desde escenarios de distintos países.

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