“Acompañamos el dolor de la familia Riquel y de los vecinos de la niña asesinada con tanta violencia. También asistimos conmovidos y consternados con la forma de realizar justicia en manos de la gente. Tanta violencia es manifestación de impotencia ante muchas situaciones de abandono del Estado y del manejo de la Justicia”, comienza diciendo un comunicado del Arzobispado de Tucumán y el Equipo de Pastoral Social.
La entidad religiosa instó a llamar a la paz y la concordia y a convocar al diálogo con las instituciones para lograr una mejora social. “Pedimos a las autoridades de los tres Poderes del Estado trabajar para poder resolver con lucidez, responsabilidad y con acciones concretas los problemas de inseguridad, la violencia, la impunidad y la injusticia”, señala el clero.
Mensaje a los fieles
El comunicado de prensa se da por finalizado con esas reflexiones para la sociedad entera, pero además se amplía profundizando en un apartado para los fieles católicos.
“A la sociedad toda hacemos un llamado a la paz y la concordia, a la responsabilidad de la participación ciudadana para buscar el bien común y la solidaridad. A la Iglesia y todos los creyentes los invitamos a brindar el testimonio de nuestra fe y esperanza para fortalecer el amor fraterno, todos hijos de Dios, mediante el servicio de la reconciliación, el perdón y la caridad fraternal. El perdón lleva a la paz”, proponen en el Arzobispado.
En el Vaticano
Se cita en este documento un segmento del discurso del papa Francisco llamado Fratelli Tutti 227. En esa carta el sumo pontífice hace un llamado a la humanidad a aprender a perdonar para reducir la violencia en el mundo. “Cada violencia cometida contra un ser humano es una herida en la carne de la humanidad. Cada muerte violenta nos disminuye como persona. (...) La violencia engendra violencia, el odio engendra más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible”, recita el fragmento del mensaje papal que el arzobispado provincial elige como referencia.
Por último, monseñor Carlos Sánchez firma el documento oficial y deja una última reflexión: “Esta cadena de violencia se rompe con la verdad, la justicia y la fuerza del amor fraterno asumido y ejercido por todos, cada uno desde su realidad y responsabilidad. Que Dios nos llene de su paz y la Virgen de la Merced nos proteja con su ternura maternal”.