Pescadores aplauden la decisión de recuperar el lago San Miguel

El espejo es considerado como la escuela de la actividad.

Pescadores aplauden la decisión de recuperar el lago San Miguel
Gustavo Rodríguez
Por Gustavo Rodríguez 06 Octubre 2020

San Miguel es el nombre del sitio pesquero más cercano de la capital tucumana. Ubicado en el parque 9 de Julio, ese pequeño espejo fue la escuela de los grandes deportistas. El aula de distintas modalidades y el escenario de encuentros de apasionados que en más de una oportunidad quisieron salvarlo.

Miguel “Efemérides” Quesada, el multicampeón Miguel Saguir y el ya desaparecido ingeniero Francisco “Pancho” Delgado, pasaron gran parte de su infancia dando sus primeros pasos en la actividad. Pero ya adultos, con varias medallas colgadas en sus pechos, lo terminaron eligiendo para probar y calibrar equipos que luego utilizarían en otros destinos.

POSTAL FAMILIAR. El lago San Miguel desde hace décadas que es la escuela de pesca de la provincia. POSTAL FAMILIAR. El lago San Miguel desde hace décadas que es la escuela de pesca de la provincia.

Cuentan los más memoriosos que hasta la ex secretaría de Educación lo tenía en cuenta para uno de los encuentros anuales más esperados: el campeonato anual de pesca de mojarritas que se organizaba para la semana del estudiante en los 60.

En los últimos tiempos dos modalidades de pesca ganaron espacio en la provincia. Los cultores del bait y el fly, actividades que hacen culto a la devolución de piezas y al cuidado del medio ambiente, eligieron el lago para comenzar a aprender sus secretos a la hora de aprender tiros y elegir los señuelos acordes.

Muchos no lo saben, pero ese pequeño lugar también se transformó en la fuente de ingreso de al menos una decena de familias. El que vende cañas, bebidas, carnada, achilata y hasta juguetes de plástico para los niños impacientes. Eso lo convirtieron en un lugar especial que estaba al alcance de todos.

EL REY DEL LAGO. Un pescador muestra una de las tarariras que se capturaban años atrás. EL REY DEL LAGO. Un pescador muestra una de las tarariras que se capturaban años atrás.

Pero el San Miguel, con el correr de los años y la decidía de los funcionarios de turno, fue perdiendo su encanto. El abandono golpeó fuerte. Lo secaron una vez, hace casi tres décadas, para solucionar el problema de las filtraciones. La obra tardó meses y el lago revivió, pero no por mucho tiempo. En 2015 fue la última vez que se intentó hacer algo para rescatarlo de la indiferencia. Diego Lobo, otro famoso pescador, junto a dirigentes de otros clubes y Carlos Rivieri de la Dirección de Flora y Fauna, sembraron pejerreyes con la idea de reflotar la fauna ictícola del lugar.

Pero la iniciativa no prosperó. Los peces no sobrevivieron a la cantidad de pañales, botellas y bolsas que se abrazaban al imparable crecimiento de algas. Pero hoy hubo un revuelo en las redes sociales y en los grupos de pesca. Al enterarse de la decisión de recuperar el lago, según lo anunciado por la directora de Espacios Verdes Valeria Amaya, las esperanzas florecieron entre los deportistas. Todos recordaron los años de gloria, los tiempos del “Rey del Lago” y esperan ansiosos, que este no sólo sea un anuncio más para recuperar la escuela de pesca de la provincia.

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