Por Ricardo Reinoso
04 Octubre 2020
EN JAPÓN. Okinawa es célebre por la longevidad de sus habitantes.
Emotivo y sorprendente. Son los calificativos que está cosechando el documental “¡Que vivas 100 años!”, del argentino Víctor Cruz, que se estrenó en la plataforma Cont.ar y que hoy a las 22 se emitirá por la TV Pública. Fue filmado en tres lugares del mundo (Cerdeña, Costa Rica y Okinawa, en Japón) donde los pobladores se caracterizan por llegar a edades muy avanzadas: algunos viven más de 100 años, y llevan una vida muy diferente a la que es común en las ciudades. Muchos de ellos bailan, hacen tai chi, karate o se pasean en bicicleta con la misma vitalidad que pueden mostrar muchos jóvenes.
Cruz se dio a conocer con un filme de ficción, “El perseguidor” (2009), y luego obtuvo elogios de la crítica por su documental “Boxing club” (2012), disponible en la plataforma Cine.ar Play. En diálogo con LA GACETA, el cineasta comentó que tiene raíces tucumanas por parte de su abuelo paterno y dijo que su película motivó comentarios muy positivos.
“La gente me dice que el documental los hace conectar mucho con sus emociones y pensar en que hay otra vejez posible. Personas de 70 años que lo vieron, dicen que se llenan de energía viendo que hay otros mucho mayores que ellos, que todavía pueden vivir muy bien”, afirmó.
- ¿Cómo hace esa gente para llegar a una edad tan avanzada, en esas condiciones?
- Cuando les preguntamos, nos dijeron que tampoco saben. Decían que sólo Dios lo sabe. Una cosa en común que tienen esos lugares es que son muy espirituales. En Costa Rica y en Italia, muy católicos. Es mucha gente la que llega a los 100 años en estos lugares. Los investigadores del fenómeno hablan de que hay cuatro aspectos que tienen que confluir para la longevidad. Uno es la herencia genética, pero sólo influye en un 25%. El resto es el estilo de vida: tipo de alimentación, actividad física constante y moderada (por lo general trabajo de campo, en contacto con la naturaleza), y el aspecto social, los vínculos afectivos y familiares. En Italia, me decían que “para construir un centenario se necesita de todo el pueblo”. Tiene mucho que ver la contención familiar. Justamente, uno de los problemas graves en geriatría tiene que ver con el aislamiento de los mayores.
- Hay mucha gente que envejece bien físicamente, pero su deterioro es cerebral. ¿Por qué ellos llegan bien en lo neurológico?
- Ese es uno de los aspectos que no tengo muy claro y me lo planteé después. En esta gente se puede explicar que estén bien físicamente por su vida en el campo, muy sana. Pero no ví que tuvieran el hábito de la lectura ni ninguno otro que les ayudara a estimular la mente.
- ¿La genética de tu familia es de longevidad?
- Por mi rama familiar paterna, sí. Mi abuelo falleció a los 92 años. Pero por la materna, lo contrario. Vamos a ver qué lado de los genes me toca... Es una lotería (ríe). Mi abuelo, Víctor Federico Cruz, era de Tafí Viejo y después fue a Buenos Aires a trabajar como maestro pastelero. Recuerdo cuando de chico, a los nueve años, hice un viaje a Tucumán con mi familia a visitar a los parientes. Tengo un cariño particular a lugares como el Mercado del Norte. Y también me acuerdo de cuando me llevaron a San Javier. Me asusté mucho con la subida por ese camino tan empinado y tortuoso.
- Hiciste ficción, pero te inclinás por el documental.
- El documental me da la oportunidad de conocer gente, sus historias, y a mí me gusta mucho la gente. compartir tiempo y que generemos un vínculo. Los documentalistas decimos que al documental “hay que atravesarlo con el cuerpo”. Es una experiencia vital, que a uno lo modifica. Yo creo en lo colectivo. Ésta es una película feliz, con historias muy lindas, pero los documentalistas muchas veces contamos otras cosas que tienen que ver con injusticias o problemas a visibilizar.
- ¿Cuál es tu próximo proyecto?
- Estoy codirigiendo con Alejandro Vagnenkos otro documental sobre personas que llevan más de 50 años en pareja. Se titula “Dorados 50”. Va un poco también en la línea de “Que vivas 100 años”, pero a la par de esos, estos son “pibes” de 70 u 80 años, todos argentinos, de Buenos Aires. He filmado en el interior del país: “Un tren a Pampa Blanca”, en Jujuy, y en Neuquén, sobre una comunidad mapuche.
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