Cartas de lectores
Plaza Urquiza Plaza Urquiza LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI

- Plaza Urquiza

En un radio de muchas manzanas de nuestra ciudad, muy densamente pobladas, quedan escasos espacios verdes. Cerrada por largo tiempo la plaza Independencia, hacia el Norte solamente quedan las plazas Alberdi y la Urquiza. A esta última quiero  referirme. Es muy frecuentada, por adultos, jóvenes y niños. De hecho, antes de la pandemia, los niños disfrutaban de juegos infantiles, hoy cerrados. Es un lugar de mucha belleza, con árboles espléndidos, que proporcionan sombra, anchas veredas que permiten la circulación de caminantes, paseantes, trotadores, y hasta ciclistas o patinadores que aprovechan esos espacios. También es importante la cantidad de cafés, bares, restaurantes frente a la plaza, sobre las dos calles posibles: Santa Fe y 25 de Mayo. Esto, porque las otras dos cuadras corresponden al colegio Nacional  y a la avenida Sarmiento. La plaza tiene explanadas amplias, que se utilizan o se utilizaron con distintos propósitos: para clases públicas de ejercicios físicos, para actos culturales, musicales y hasta para ferias de diversos productos. Y tiene dos estatuas importantes, una de Urquiza y otra del célebre Jorge Luis Borges, detalles que hacen a este paseo de mucho interés y atractivo. Bueno, pero hoy las cosas no están nada bien en este exclusivo espacio verde. La plaza luce como abandonada. La suciedad invade todos los espacios, se acumulan hojas y hasta ramas caídas de los árboles por la sequía y el viento, no hay quien limpie nada. Hay muchas baldosas flojas, rotas o hasta inexistentes, y, ahora viene lo peor: se ha convertido en un inmenso “patio de tierra”. Esto, porque no existe pasto en  ningún sector de la plaza, a lo que se suma la falta total de riego y la permanente presencia de una gran cantidad de perros, mascotas que la gente lleva para que corran por los tierrales de la plaza. No tengo nada contra las mascotas, pero no parece adecuado que se las pueda soltar a que invadan todos los espacios, ensucien y pisoteen las mínimas plantas que quedan. Que sus propietarios las tengan con sus correas, sin soltarlas y paseen todo lo que quieran,  cuidando de levantar las suciedades cuando los animales hagan sus deposiciones. Y no hubiera sido tan dificultoso para la Municipalidad cuidar que exista césped, regando, sembrando pasturas de invierno y no haber dejado que se convierta en este inmenso patio de tierra apisonada, uno de los pocos lugares que los habitantes de esta ciudad podríamos disfrutar. Y estos males, sumados a las limitaciones que nos impone la pandemia, agravan, sin duda, la ya escasa posibilidad de recreación que tiene la gente.

Omar Assaf  


- Plus

Esta pandemia trae aparejadas consecuencias que nos hacen reflexionar: ¿Por qué los médicos aumentan cobros como el plus? Ante enfermedades que muchos sufren cobran como si fueran grandes eminencias en un país que está pasando una situación económica crítica. ¿Qué derecho los protege para que cobre cifras descabelladas ? Previsión Social tendría que parar esta práctica impune.

Carlos Rubén Ávila


- Provocación

El lunes pasado hubo mucho viento. Sólo la vereda y el patio de mi propiedad quedó así. Frecuentemente me veo obligada a levantar una variedad de basura o botellas desparramadas de la misma, o lavar orina en la entrada de la casa por quienes se encargan de hacer “inteligencia “ en la cuadra. Cumplen horarios, tienen turnos rotativos, “delivery”, consumen bebidas caras, últimamente veo caras nuevas. La probabilidad de infectarme es alta y ni la Municipalidad ni las fiscalías investigan este tipo de denuncia. Este abandono del Estado provoca a su vez que nos arreglemos como podamos. Mientras tanto, el Gobierno me pide que me quede en casa.

Cristina Brahim

Matheu esquina pasaje O’Higgins - San Miguel de Tucumán


- Los necesarios

Bielsa tildó de inservibles a los medios de comunicación que atentan contra los principios familiares y los de la educación. Quienquiera  lo haya visto o escuchado podría suponer que refiere a periodistas sin méritos suficientes para criticar de “todo un poco” y/o, a los supuestamente especializados en temas deportivos de manera contundente y aturdidora. Una decidida coincidencia con él, me acude cuando ocurren hechos como el desagradable caso policial, en el que un grupo de falsos rugbistas asesinó  cobardemente a un chico indefenso… Fue entonces el festival de cierto periodismo con su peculiar y odioso idioma, el que se empeñó en denigrar a mi deporte. Acaso es que nunca vivieron la hermosa experiencia de curiosear la esencia de un club de rugby, de verlo nacer, crecer con jóvenes muy juntos que van aprehendiendo la vida de relación, creciendo junto a sus familias… Enamorados de sus “ídolos”, sus cracks y muy particularmente de sus “necesarios”, que no son otros, sino los que modesta y humanamente construyen el club con sus presencias permanentes, seres sencillos que sin ellos, ese pedazo de encanto de hechura, sería una triste utopía. Mis respetos y mi pena por la apresurada partida de este complejo y desequilibrado mundo de este muchachito de mi gran equipo de rugbiers tucumanos, Gonzalo “Chalo” Fanjul, cuando aún cursaba materias necesarias, aunque ya era avezada persona de nuestro deporte.

Carlos Valdez


- Hasta siempre, Quino

Para quienes gozamos durante año de los personajes de Quino y sus personajes, la desaparición física de este gran creador fue como un mazazo traicionero que dolió y duele en lo más profundo. Si tuviera que atrevidamente describir a Quino con su Mafalda diría: es un resumen de la obra de grandes cómicos del mundo  que con sus actuaciones en cada película dejaban un mensaje similar. Carlos Chaplin, Luis Sandrini, Cantinflas y el Chavo del 8 -por solo mencionar a algunos- siempre mostraron una fina crítica de las duras vivencias de los humanos, particularmente de los seres más vulnerables, esos que encontramos en cualquier lado del mundo, en cualquier religión, en cualquier partido político y, sin dudas, que son el fiel reflejo de las injusticias de la humanidad. Decir hoy que estamos dando un adiós a Quino es un atrevimiento; seguirá vigente a través de los años  y por ello deseo fervientemente que sea una voz de reclamo en la conciencia de quienes tienen la obligación de dirigir los países.

Luis César Urtubey

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