Un tucumano llega al tribunal electoral decisivo de la Nación

Un tucumano llega al tribunal electoral decisivo de la Nación

El Presidente envió al magistrado N°1 de este distrito a uno de los cargos más codiciados. Bejas pasó de haber sido descartado por el macrismo a quedarse con una silla en la Cámara Nacional Electoral.

EL POSTULANTE ELEGIDO POR EL PRESIDENTE FERNÁNDEZ. Daniel Bejas en el Juzgado Federal N°1 local. la gaceta / Foto de Matias Quintana EL POSTULANTE ELEGIDO POR EL PRESIDENTE FERNÁNDEZ. Daniel Bejas en el Juzgado Federal N°1 local. la gaceta / Foto de Matias Quintana

La historia es un trompo que cae donde y como se le antoja. Esos giros del destino están por llevar a Daniel Bejas, juez federal N°1 de esta provincia, a la Cámara Nacional Electoral, el tribunal con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que controla la renovación de autoridades políticas del Congreso y del Poder Ejecutivo de la Nación. Si el Senado aprueba la designación firmada por el presidente Alberto Fernández, Bejas se convertirá en el primer tucumano que integre ese estrado de tres miembros y quizá el más poderoso después de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esto ocurrió dos años después de que el ex mandatario Mauricio Macri descartara su ascenso y de que arreciaran los rumores de que iba a jubilarse.

El cambio de Gobierno acaecido en 2019 definitivamente favoreció a Bejas, quien ocupaba el segundo lugar en la terna liderada por Alejandra Marcela Lázzaro y que cerraba el postulante Hernán Ricardo Gonçalves Figueiredo, ambos secretarios de la Cámara Nacional Electoral (el postulante Alberto Ángel Elgassi estaba en la lista complementaria). En el año previo a las elecciones, el justicialismo congeló los nombramientos de jueces en el Senado. Ello paralizó la cobertura del sillón vacante en la institución a cargo de los camaristas Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera así como la de otros 200 despachos en todo el país, entre ellos seis de Tucumán. En enero, Fernández retiró los pliegos que había mandado Macri a la Cámara Alta -y que estaban parados allí- a los fines de evaluar de nuevo los nombramientos. Así fue cómo resucitó el anhelo de Bejas de recibir una promoción.

La contrapartida de esa suerte es el caso de Vanessa Lucero, a quien el ex jefe de Estado pretendía convertir en defensora pública oficial ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán. Ayer trascendió que Fernández descartó la idea de que una mujer rompa la hegemonía masculina en la Defensa Pública Federal y se inclinó por el tercero en la lista, el candidato porteño Mariano Gabriel Galetta. Tanto el ascenso de Bejas como el descenso de Lucero alientan la hipótesis de que el Presidente no está dispuesto a respetar las opciones de su antecesor. Son noticias desalentadoras para los otros elegidos de Macri en esta jurisdicción: Edgardo López Herrera y Martín Abdala para la Cámara Federal de Apelaciones; José Manuel Díaz Vélez para el Juzgado Federal N°3; Agustín Chit para la Fiscalía Federal N°3 y José María Sacheri para la Defensoría Pública de la Víctima. Por el contrario, las vicisitudes de Bejas y de Lucero entusiasman a los ternados vetados para esos cargos por la administración anterior. Las definiciones serían inminentes.

El acceso del juez federal N°1 corona una carrera que empezó en 2005, cuando los camaristas actuales del Tribunal Oral, Gabriel Casas y Carlos Enrique Jiménez Montilla, propusieron su nombre como vocal ad hoc y la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura de la Nación lo aceptó. En 2007, el mismo comité colocó a Bejas al frente del despacho que hoy ocupa, aunque con la calidad de subrogante. En 2010, la ex presidenta y hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner le otorgó la designación en propiedad en la unidad judicial federal con competencia en la fiscalización de las elecciones nacionales en Tucumán, puesto que ahora quedará acéfalo. Antes de la magistratura, Bejas se había desempeñado como apoderado del Partido Justicialista. En el ejercicio profesional, donde se inclinó por el derecho laboral, fue abogado de las empresas del ex gobernador y hoy senador (con licencia) José Alperovich. El juez ayer prefirió no hacer comentarios sobre su promoción con mudanza incluida.

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