¿Cómo hacer para estudiar y jugar?

¿Cómo hacer para estudiar y jugar?

En Tucumán hay muchos casos de estudiantes-jugadores, y no sólo en el fútbol.

A LA SIESTA. Cisneros entrenándose por su cuenta, a la vuelta de su casa. A LA SIESTA. Cisneros entrenándose por su cuenta, a la vuelta de su casa.
27 Septiembre 2020

Lejos de las comodidades del fútbol de Primera (por qué no de Segunda también), de un sueldo fijo depositado en una cuenta, de los gimnasios en casa y el entrenamiento virtual desde el extenso patio de una casa grande, están muchísimos jugadores. No hay un juicio de valor aquí, una cosa no es mejor que la otra. Simplemente se trata de una realidad que es necesario ver y analizar. Entre ese grupo nutrido de jugadores lejanos a ese tipo de holguras está Carlos Roberto Cisneros. El volante central supo levantar el trofeo del Anual con Atlético en 2019 y hoy juega para Deportivo El Galpón de Metán, Salta. “Juega” es sólo una manera de decir, pues el Regional Federal (donde milita el equipo) aún está en las tinieblas de la incertidumbre. El escenario se repite en miles de jugadores de fútbol de categorías bajas y que termina paralizando a muchos de ellos. No es el caso de Cisneros, que en medio de tanta incertidumbre, le aporta sus propias certezas.

Como muchos otros jugadores en esa situación, Cisneros sabe que no puede vivir del fútbol, pero le gusta mucho jugarlo. Entonces hace otras cosas para seguir haciéndolo. Hace, en realidad, lo que muchos tucumanos también hacen: estudiar y trabajar. “Estoy en el último año de la carrera de diagnóstico por imágenes. Tomando las clases virtuales y a full con los trabajos prácticos”, le dice “Pico” a LG Deportiva.

Las clases y los exámenes no tienen un horario fijo, así que intenta hacerlos entrar en cualquier parte de una agitada agenda diaria. Con su computadora y su cuaderno, se sienta junto a la mesa del comedor de casa a estudiar la teoría y a ponerla en práctica.

En horario comercial, Carlos trabaja. Hace casi cuatro meses, complicado por las consecuencias de la pandemia de covid-19, Cisneros lanzó un emprendimiento propio con uno de sus concuñados: un negocio de limpieza. Desde las 9, muy puntual, con el barbijo bien puesto y una remera del negocio ubicado en Venezuela al 900, Cisneros deja el diagnóstico por imágenes detrás y comienza atender a los clientes. Se muestra sobrio y responsable con cada uno de ellos.

A la siesta se abre espacio para rellenar el sándwich de su día que se cerrará con el turno tarde del negocio (de 17 a 21, como manda el viejo horario comercial). En ese lugar, le dedicará tiempo a su amado fútbol. O al menos a lo que tiene que hacer para seguir: entrenarse duro.

“Estaba yendo a un gimnasio, pero luego cerraron y ahí tuve que improvisar en mi casa. Me entreno con bidones de agua, palos de escoba, algún banco... Tengo un par de conos y tortuguitas, y una pelota. Con eso trato de buscarle la vuelta”, asegura “Pico”. Y cuando no entrena en su casa de barrio Vial lo hace en la escuelita de fútbol infantil de Juan Carlos, su papá. El vínculo, más allá de ser importante como en cualquier relación padre-hijo, tiene un punto alto como el fútbol. Incluso cuando era chico, en ese contexto surgió el apodo que lleva hoy orgullosamente. Los amigos de Juan Carlos le vieron los mismos rulos que a Walter Pico, aquel volante de Boca de mediados de los ‘80 y comienzos de los 90’.

Y cuando no puede entrenarse en la escuelita, que por ahora no tiene clases activas por la pandemia, y tampoco en su casa donde vive junto a su familia, lo hace en un pequeño y modesto predio a la vuelta. Allí también pudo vérselo serio y puntual para comenzar su práctica individual. Vestido con la indumentaria de Atlético que le quedó de su paso por allí, entrenó el cuerpo pensando en que a los 30 años quiere seguir jugando al fútbol. Quizás a El Galpón sea difícil volver por todo esto. “No sé si volveré. Tendría que pensarlo. Sobre todo por el tema del estudio y el negocio. Si me sale algo aquí preferiría quedarme en Tucumán nomás”, reconoció.

Cisneros piensa en el fútbol, pero también en todo lo que lo rodea. Claramente él no es sólo un jugador de fútbol, o sólo un estudiante terciario ni tampoco un comerciante. Es todo eso y nada a la vez. Una persona con intereses diferentes que además, tiene que pelearla para seguir siéndolo.

¿Volver a Atlético pero para jugar en Primera? Sólo un sueño. Pero ya vemos que nada es imposible para “Pico”.

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