El colibrí simboliza el norte y la sabiduría

El colibrí simboliza el norte y la sabiduría

Reportaje fotográfico. Por Franco Vera

27 Septiembre 2020

En la cosmovisión andina, cada una de las cuatro direcciones (sur, oeste, norte, este) está vinculada con un animal de poder arquetípico que representa e inspira determinados valores. Cada uno de ellos irradia una vibración de energía diferente. Son: serpiente (sur), jaguar (oeste), cóndor y águila (este) y colibrí (norte)

El colibrí (Q’enti en lengua quechua) representa la sabiduría de cada experiencia, tanto buena como mala, nos advierte sobre la capacidad de cambiar de dirección en nuestro vuelo cuando lo deseamos y simboliza el coraje de embarcarse en un viaje épico (cada año los colibríes migran de Brasil a Canadá, un viaje aparentemente imposible para aves de su tamaño). El colibrí está asociado al alma y al Hanaq Pacha (“mundo de arriba”).

La esperanza de vida para el colibrí es, a menudo, muy corta, la mayoría no vive más allá de un año de vida y, a lo sumo alcanzan los cuatro años.

Es común verlos danzar al viento, en cualquier lugar de Tucumán, sobre las flores de distintas especies de plantas ya arboles con flores, Los colibríes se alimentan del néctar de las flores y son polarizadores importantes, especialmente de flores con corola de forma tubular. Al igual que las abejas, pueden calcular la cantidad de azúcar de una flor y pasar por alto las que no son adecuadas a sus necesidades.

La Nicotiana glauca, denominada popularmente palán palán, cuyo arbusto crece descontrolado en todo el territorio de la provincia, es una fuente exclusiva de néctar, sus flores amarillas abundantes son testigos privilegiadas del desfile de incansables y diminutas aves que cuando proyectan la luz del sol desprenden colores tornasolados verdes, azules y dorados.

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