¿Sabías que...?: la extraña muerte de Esquilo

¿Sabías que...?: la extraña muerte de Esquilo

Esquilo fue un autor griego al que se considera como el fundador de la tragedia, un género teatral originario de la Antigua Grecia e inspirado en los ritos y representaciones sagradas de los pueblos que habitaron esa región y Asia Menor. Era el género dramático por excelencia de los griegos. Esquilo, que nació en Eleusis hacia el 525 a.C., vivió en una época de grandeza para Atenas. Participó en los dos grandes triunfos griegos sobre los persas, Maratón (490) y Salamina (480). Tras ellos comenzó con su obra, una de las más famosas fue Los Persas, escrita hacia el 472 a.C. Como buen griego que se preciaba de ser, en alguna oportunidad debía consultar al Oráculo de Delfos, y lo hizo. Cuando consultó sobre su futuro la respuesta fue categórica:“Morirás aplastado por una casa”. La historia del hado nefasto presentado ante el autor de “La Orestíada” y “Los siete contra Tebas” no tenía muchos visos de realidad, pero en la Antigüedad estas cosas de la futurología no se tomaban a la ligera, así que resulta completamente creíble. Por entonces se visitaba al oráculo y se le tomaba la palabra, se abrían las vísceras de las reses, se desconfiaba de las aves que aparecían a la izquierda del camino -de ahí viene la palabra sinistrum-, así que si el pronóstico de su muerte es la caída de una casa, lo más prudente es no tener casa, evitar los techados, las cuevas e incluso las copas de los árboles: mejor una vida errante y “homeless” que una muerte humillante en plena hora de la siesta. Por ello decidió abandonar la ciudad y se mudó al campo para evitar el aciago presagio. Sus últimos días los vivió en la isla de Sicilia y mientras se encontraba en Gela murió de manera increíble. Un águila dejó caer la tortuga que llevaba en su pico, la que golpeó en la cabeza pelada de Esquilo, y eso lo mató. El ave habrá creído, tal vez, que era una roca que rompería el caparazón del quelonio. Su muerte fue así, casi no quedan dudas, pero la verdad sobre el abandono de su ciudad quizás no se haya debido totalmente al presagio. Después de la creación de su trilogía “La Orestíada”, probablemente la mejor de sus obras, se volvió muy impopular entre su pueblo. Esto se debió al hecho de que en“Las Euménides”, la última de las tres obras, expresó abiertamente sus tendencias y raíces aristocráticas, algo que la mayoría de los atenienses no apreciaba. Decepcionado por la reacción hostil de sus compatriotas, decidió marcharse a Sicilia.

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