Terapistas, una lucha cara a cara contra el virus

Terapistas, una lucha cara a cara contra el virus

En esa actividad afirman que son pocos los profesionales en la materia. Reclaman más control para que se cumplan las medidas.

Imagen ilustrativa. Imagen ilustrativa.

No eran 300. Ni sus enemigos llegaban a los tres millones, como dice la leyenda. Pero la historia de Leónidas y sus espartanos siempre sirvió de inspiración a la hora de reflejar la valentía y el honor de luchar por lo suyo. Se sabe, más allá de comics y películas, que en realidad los griegos que resistieron el avance de las tropas persas en el estrecho paso de las Termópilas fueron unos 6.000, entre los cuales sí había 300 espartanos, liderados realmente por el rey Leónidas I. Y que el persa Jerjes deseaba conquistar la península Helénica para convertir su imperio en el más grande que se hubiera conocido, por lo cual había mandado 200.000 hombres a aplastarlos. La resistencia de los griegos duró tres días hasta que, dicen, los traicionaron y Los Inmortales, el grupo de elite persa, los rodeó y acabó con ellos. La resistencia, igual, sirvió para reagrupar las tropas helénicas y el reinado de Jerjes no duró luego más que un año. Hay en el mundo un grupo de médicos que son la última resistencia al avance de cualquier enfermedad, más allá de que hoy todo esté centrado en el coronavirus. Y esos son los terapistas. Son los de la última decisión. Son los griegos en las Termópilas tratando de evitar el avance del mal. No son ni más ni menos importantes que el resto del personal de la salud que desde marzo viene batallando contra un enemigo invisible. Pero son el último bastión de la resistencia. ¿Cuántos cree usted que hay en Tucumán de esos espartanos? Cincuenta. Sí, leyó bien. Cincuenta hombres y mujeres en la provincia son los únicos que están certificados para ese trabajo, más allá de que hoy, por la situación, reciban ayuda de otras especialidades. Y, lo dicen ellos mismos, están perdiendo la batalla.

Carlos Vizcarra es uno de ellos. Es el jefe de terapia del sanatorio Rivadavia y uno de los jefes en el Hospital Padilla. Y pide ayuda y conciencia. “La estamos pasando realmente mal. Yo salgo a la calle sólo para trabajar y ver pacientes. Vivo encerrado. Da bronca que no haya controles, que nadie haga nada. No ves un policía que haga respetar lo que se debe hacer, estamos acostumbrados a ser hijos del rigor. Al no haber controles es básicamente lo mismo. Pagamos el pato lo que estamos en la trinchera afectando pacientes, amigos, compañeros. Hay mucha gente internada, esperando resultados. Yo ahora estoy enfermo, tomando medicamentos, tratamos de ayudar a la gente que está en las terapias que no tiene tanta experiencia, pero van cayendo uno a uno”, asegura.

480 casos de covid-19 fueron reportados ayer en Tucumán por el Ministerio de Salud

Vizcarra advierte que la situación de los médicos es muy delicada. “Esto te agota mentalmente y físicamente. Nos hacemos los hisopados, pero los resultados demoran mucho. Te juega en la cabeza mal. Nos estamos jugando la vida. Yo soy muy cuidadoso, pero estamos muy expuestos”, reflexiona.


Pelea, en soledad

El problema con los terapistas es que son pocos. Además de la carrera de Medicina hay que hacer una especialidad. “En el país hay 1.800, en Tucumán 50 certificados. Los demás, los que colaboran, vienen de la clínica, de la cardiología, de la neumonología. Pero hay situaciones injustas. El que apenas entra gana lo mismo que el que se preparó otros ocho años. Aquí se iguala para abajo, no estamos bien pagados, deberíamos trabajar en un solo lugar, pero vamos de una guardia a otra, y no vivís como un millonario. Esta no es una especialidad que te dé dinero”, explica.

BIOSEGURIDAD. Médicos con elementos de protección personal (EPP). BIOSEGURIDAD. Médicos con elementos de protección personal (EPP).

Vizcarra tiene tres hijos a los que no ve, salvo por videollamada. “Hay muchos compañeros que se fueron a vivir solos, que deben buscar otros lugares para proteger a la familia”, indica. El profesional está muy preocupado por la situación. “En nuestro sanatorio estamos a nivel completo. Tenemos en terapia 15 camas y están todas ocupadas. Desocupamos una y tenemos dos para internar. El Padilla no es el hospital de choque, pero cuando el Centro de Salud, el del Este y el Avellaneda ya no den más comenzarán a llegar al Padilla, donde ahora saltó un pequeño foco. Hay algunos pacientes internados con positivos por las visitas que recibían”, relata.

Y reafirma las críticas hacia la sociedad: “los que están internados pueden ser padres, hijos, abuelos. La gente no toma conciencia en la calle. No hay controles. En marzo y abril, cuando la situación era más grave, eran muy estrictos, y ahora en pleno pico están todos en la calle”. “Entiendo que la gente tiene que laburar, que no tiene un mango, pero hay muchos que no creen lo que está pasando. Hace tres semanas atrás lo estábamos esperando a este pico, y no sé cuánto nos queda”, afirma. Y concluye: “nos falta conciencia social. Somos muchos los que nos enfrentamos a este virus cara a cara. Médicos, mucamas, radiólogos, kinesiólogos, enfermeros; el sistema se sobrecarga, uno se siente frustrado, exponemos la vida. Ojalá todos pudieran pensar en eso”. Aunque como los helénicos, van a dejar todo para defendernos del mal.


Estadísticas oficiales

Cómo está la situación en los hospitales

Según el parte oficial dado a conocer ayer por el ministerio de Salud, del total de pacientes internados a la fecha en el sector Público: 144 se encuentran internados en salas; 48 en Terapia Intensiva y 28 con asistencia respiratoria mecánica; mientras que en el sector Privado: 70 se encuentran internados en salas, 38 en Terapia Intensiva y 6 con asistencia respiratoria mecánica. El total de pacientes dados de alta a la fecha es de 1501.


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