Cartas de lectores

- Coronavirus

El panorama en Tucumán sobre la covid-19 es desalentador; lamentablemente la gente no toma ningún tipo de prevención al respecto en la vía pública, no usan barbijos, no toman distancia entre personas en las colas bancarias, rapipagos, tarjetas, obras sociales, comercios varios, entre ellos, el cierre de dos Hiper por el fallecimiento de un cajero, contagiado por el coronavirus. O sea que las variantes están encendiendo las luces rojas por la pandemia. Tenemos también el caso de la doctora taficeña Olga Fernández, que desgraciadamente está con el virus; en este caso no estoy de acuerdo con el escrache que ella recibió alrededor de su domicilio privado. Por empezar, la directora del Hospital Padilla, como todos sus colegas médicos, personal de enfermería, anestesistas, de limpieza, vienen denodadamente trabajando a destajo con la presencia de este virus invisible y son vulnerables al contagio; no veo el motivo de molestarse a que ella por sus propios medios acuda a realizarse con urgencia los estudios de rigor. Señores, tenemos que ser cautos y respetar a las personas infectadas, tenemos que extremar las medidas cuidándonos entre todos; como va la cosa creo yo que hay que retroceder a la Fase 1. La gente no entiende, no miden las consecuencias y estamos caminando para atrás, mis amigos. Dios nos proteja.

Daniel Francisco Leccese


- Empresas privadas

¿Cuántas empresas privadas subvenciona el Estado? Ingenios azucareros, empresas de ómnibus, institutos educativos. Me pregunto, entonces, ¿cuál es la salida?, si estos establecimientos solicitan fortunas para funcionar y después no son solventes y tienen que pedir dinero al Estado para pagar a su personal porque no alcanza. Esto se evidenció cuando no estábamos en riesgo pandémico y ahora estamos en crisis. Ese es el tema; mañana seguro habrá otro motivo; hoy se pueden declarar en quiebra; estamos sufriendo todos en esta injusta situación y vemos que somos incapaces de mantener con esfuerzos propios.

Carlos Rubén Ávila



- Accidentes de trabajo

Los firmantes queremos que la Superintendencia de Riegos del Trabajo (SRT) nos brinde una respuesta acorde a nuestra condición de trabajadores que han sufrido accidentes en su ámbito laboral. Como muchos, hemos recibido el alta médica de la ART y desde marzo la Comisión 01 (Tucumán) no se digna a brindar una respuesta y trabajar de manera correcta y coherente. Trabaja y funciona según su parecer y no la Ley. Está en juego nuestra salud. Los firmantes, pese a tener fecha de junta médica asignada para determinar incapacidad, la misma no fue concretada, fue suspendida sin dar mayores explicaciones (según la Agente Policial que atiende en la puerta de la SRT). Exigimos que se respete nuestro derecho a que el Estado brinde respuesta a los trabajadores. Entendemos la situación de la pandemia, no obstante a nivel nacional, la SRT ha aprobado rigurosos protocolos médicos y de seguridad para que pueda funcionar la SRT, y así no dejar sin servicios a los trabajadores, inclusive su labor fue declarada como un servicio crítico, esencial e indispensable (Boletín Oficial del 26/06/20).

Raúl Albarracín, César Javier Aybar, Marcelo Mario Fernández y Luis Pedro Rodríguez

Manzana A - Casa 22 - Barrio Francisco de Asís - Alderetes


- Doctor Amenábar (I)

Acompañando el deseo de un reconocido lector de LA GACETA por la pronta recuperación del doctor Amenábar (carta “Doctor Amenábar I”, de Javier Ernesto Guardia Bosñak, 02/09), siento que debo expresar mi disidencia con las molestias expresadas por él. Realmente no estaría encontrando la supuesta crítica elitista que realiza el médico, ni la parte donde defiende a la gestión del ex presidente Mauricio Macri. La carta solo expresa, justamente, su descontento con la situación del país y la falta de futuro que él percibe. La educación argentina tiene la bondad de ser gratuita, pero (salvo excepciones) no es para nada de calidad fuera de los niveles universitarios. Esto se pone en evidencia en el ingreso a estos últimos establecimientos. Las facultades de todo el país se ven obligadas a tener que dictar y evaluar contenidos básicos necesarios para que el alumno pueda empezar una carrera universitaria con los conocimientos esenciales para las materias de primer año. Por ejemplo, Ciencias Económicas (facultad a la que pertenezco) debe dictar en este cursillo temas de álgebra y comprensión de textos propios del nivel secundario por la preocupante cantidad de alumnos que, en el sentido estricto de la frase, salen de este nivel sin poder entender lo que leen. La grandeza de la educación pública de un país, como bien lo planteó uno de sus ideólogos, el Teniente General Julio Argentino Roca, en su segundo mandato presidencial, no reside en la cantidad de universitarios que produzca, ya que estadísticamente son pocos los que en definitiva acceden a la misma, sino en los conocimientos prácticos y útiles para la vida laboral y social adquiridos en las enseñanzas primaria y secundaria, que abarcan, a diferencia de la universitaria, a prácticamente todos los argentinos. A mis 22 años de existencia creo que soy miembro de la juventud de este país y realmente no interesa si el mensaje del doctor Amenábar es desalentador para nosotros o no. Ya estábamos desalentados sin siquiera haber leído esa carta. Entre mis amigos y conocidos, cuyas edades van desde los 17 a los 25 años y recorren todas las clases sociales, somos pocos, por no decir ninguno, los que vemos un futuro tangible en nuestra República. Sería bueno, quizá, que los adultos dirigentes que vienen comandando este país a base de populismo, demagogia e ineptitud desde hace décadas, y sin distinción de color político, dejando una pobreza del 40% pre pandemia y una inflación futura esperada de +50% anual (y en alza), reflexionen y tomen conciencia de que si la esperanza de la juventud está destruida, y esta toma la triste decisión de emigrar buscando horizontes más claros, no importará cuántos IFE, planes sociales, impuestos, discursos, reformas fiscales, pasadas de curso, leyes, decretos, emisión monetaria, acuerdos con acreedores, etc. ofrezcan, realicen o impongan; la Nación carecerá totalmente de un porvenir, siquiera, alentador.

Víctor Yaser Morales



- Doctor Amenábar (II)

Con respecto a las cartas que criticaban al Dr. Jesús Amenábar (infectado en cumplimiento de su deber), quiero decirles a los autores que el apellido Amenábar es parte de la rica historia de la medicina y en especial de la cirugía tucumana. Comenzó con el Prof. Dr. Alfredo Amenábar, eximio cirujano, formador de cirujanos y Médico con mayúscula; cuantas veces se lo veía aparecer en las madrugadas del Centro de Salud, llamado por algún colega por un caso de extrema complejidad, sin preguntar quién era el paciente, y entrar al quirófano intentando salvar una vida; ejemplo de entrega al prójimo y parte de una Generación Dorada (robo el término a la sección deportes), de la cirugía tucumana. Sus hijos, el Profesor Alfredo y Jesús han seguido sus pasos, formándose y formando profesionales. A ellos vaya mi reconocimiento y gratitud.

Eugenio Segundo Lobo



- Doctor Amenábar (III)

Escribo esta misiva por todo el revuelo que se armó con el Dr Amenábar, al cual no conozco personalmente pero comparto mucho de lo que dijo en especial a los jóvenes argentinos. Con respecto a la carta del Sr. Guardia Bosñak (carta 02/09), no  coincido con lo que dice, porque muchos adolescentes me dijeron de su propia boca que desean irse de este país a trabajar de lo que sea afuera y cumplir sus sueños; tengo muchos contactos con gente joven a la cual yo  le instigo a que estudie idiomas para que puedan cumplir sus metas en una nación estable tanto política como económicamente. Tuve la suerte de poder ir a países extranjeros y ver otras realidades; tienen problemas, sí, pero no tienen la grieta que hay acá, que día a día se profundiza más, con fanatismo, muestras de odio, de mentiras, de sadismo, lo cual no genera progreso; al contrario, genera retroceso, de parte de Macri, de parte de kirchneristas, de parte de periodistas, de parte de funcionarios y actores de TV. Esto parece un circo de mandatarios donde todos se culpan entre ellos y no llegan a nada, mientras el sistema de salud está colapsado por la pandemia del coronavirus, la economía está en un nivel crítico peor que Siria. Ningún presidente desde el retorno de la democracia pudo poner de pie de nuevo a este lugar. ¿Cómo un joven no va a querer emigrar a otro sitio donde estudie y pueda trabajar de lo que  estudió y no estar haciendo changas como estamos haciendo todos acá? ¿Está mal, Guardia Bosñak, el progreso de una persona? ¿Que las mentes brillantes de Argentina estén afuera como el caso del gran músico Daniel Baremboim, Lionel Messi, Marta Argherich, y científicos argentinos que están en la NASA? El gran artista Héctor Zaraspe, nacido en Aguilares, fue uno de los mejores coreógrafos que triunfó en el mundo y en Estados Unidos. ¿Por qué en vez de empujar a los adolescentes a buscar nuevos horizontes quieren, con su visión falsa de imperialismo o de traidores a la patria negarle sus aspiraciones al que quiere irse de Argentina, dado que no le da lo que busca? La decisión está en cada uno de nuestros pibes; ellos son los que van a elegir en su vida si apostar a esta nación que tan difícil es poder trabajar o buscar el porvenir en Europa, Canadá, Estados Unidos o algún lugar donde muestren sus cualidades , trabajen y sus frutos sean exitosos. Estudiar inglés, portugués  no está mal. El orden y el progreso llevan al hombre a lograr sus metas. Sin esfuerzo no se logra nada en la vida. Los jóvenes deben seguir  el camino de la verdad y la justicia, no el de la falacia.

Fernando Esteban Saade



- Plan Remediar

Algunos funcionarios y militantes mencionan el “Plan remediar” con tanto énfasis como si fuera el equivalente a la “toma de la Bastilla” de la revolución francesa; lo repiten tanto que van a terminar creyéndolo. El programa siguió funcionando durante el gobierno anterior, con los mismos altibajos, con los mismos remedios y con los mismos faltantes de siempre. Pero todos los gobiernos entregaron fármacos en los hospitales públicos, con las limitaciones presupuestarias que existían antes y que existen ahora. Durante la dictadura militar hacíamos recetas en papel de almacén (donado por los comercios) y entregaba el remedio la única empleada de la farmacia. El “Plan remediar” reemplazó ese papel por una costosa planilla, tamaño A4, de buena calidad y a dos colores (el dueño de la imprenta todavía festeja) y el paciente concurre a la farmacia donde lo atienden tres empleadas por turno (antes alcanzaba con una). A esto habría que agregar a las “autoridades del plan remediar” con oficinas, secretarias, y posiblemente vehículo y chofer (esa es la forma en que combaten la desocupación). Es cierto que durante el gobierno militar había menos provisión de medicamentos, pero en esa época teníamos una desocupación del 5% y la pobreza no superaba el 8%; los que vinieron luego la multiplicaron; como siempre, primero crearon el problema y luego encontraron la solución. Como nota de color quisiera agregar que el personal de los hospitales usa esa costosa planilla a dos colores, dividida en 4 pedazos, para hacer pedidos de análisis, estudios radiográficos etc. Es más útil en este sentido que para lo que fue creada, la realidad es que nadie llena a conciencia esas planillas para pedir medicamentos, porque recetar un ibuprofeno demandaría media hora de trabajo administrativo.

Ovidio Pérez Cleip


- Respeto a los viejos

Anteayer me encontraba sentado en la vereda cuidando de mi nieto que andaba en su bicicleta, en momentos en que pasó un muchacho ya bastante mayor, físicamente como un armatoste, hablando por celular supuestamente. Llevaba puestos auriculares, por lo que no se le veía el móvil. Cuando pasó frente a mí, dijo en voz alta para que yo escuchara: “si, está confirmado, el viejo tiene corona, así que ya va a partir”. Y unos metros más adelante, dijo algo más en voz baja que no llegué a escuchar y lanzó una risotada. Al ratito nomás volvió caminando sobradamente, me miró, murmuró unas cosas que no le entendí y siguió su camino. Yo me sentí tentado a preguntarle si era cara o careta la que llevaba puesta, porque tenía un barbijo que le tapaba media cara. Pero sus ojos le delataban su pensamiento “canchero”. Sé que habrá quienes piensen que me hice la película de lo acontecido, pero yo soy un hombre de 62 años y tengo la barba blanca y tupida, y todavía me doy cuenta de las cosas. Es archisabido que los mayores de 60 años, estamos en grupo de riesgo por la Covid-19. Por eso y por no ser la primera vez que me sucede algo similar, es que pensé que este muchacho me quiso tomar el pelo. Y creerá que por ser viejo no merezco respeto ni estando en la puerta de mi casa. Esto, para muchos de mi edad en adelante, es indiscutible. La falta de respeto a los viejos, es mayor cuando más viejos son. Luego, me vinieron a la memoria dos cosas: una, cuando una vez un vendedor en el centro, ofrecía voceando “a dos pesos la espinaca”. Yo me detuve y le compré a una señora que estaba a su lado, que me vendió dos atados por tres pesos. Apenas seguí caminando, el muchacho gritó: “a un peso el atado de espinaca”. Y otra, una frase que dice: “No hay nada más divertido para un hombre advertido, que ver a un estúpido querer pasarse de vivo”.

Daniel E. Chavez
Pasaje Benjamín Paz 308
San Miguel de Tucumán

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