De arreglar computadoras en Aguilares, a una empresa que desarrolla satélites

De arreglar computadoras en Aguilares, a una empresa que desarrolla satélites

El tucumano tiene la tarea de controlar las funciones del Saocom 1 B, lanzado el domingo desde Estados Unidos.

Hugo Rodríguez, de Aguilares a la Conae. Hugo Rodríguez, de Aguilares a la Conae.
03 Septiembre 2020

Se recibió de ingeniero en computación en la UNT en 1998 y, desde mayo de 2015 que trabaja mirando el cielo. Hugo Rodríguez dejó su Aguilares natal y está afincado en Falda del Cañete, cerca de Alta Gracia, en Córdoba, donde se encuentra el predio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Centro Espacial Teofilo Tabanera. Y por sus manos pasa una de las actividades centrales tanto del Saocom 1A como del flamante 1B que fue puesto en órbita el domingo: controlarlo.

“Estoy en el centro de control de la misión, desde ahí se maniobra y se opera el satélite. Hay antenas en todo el mundo, que en conjunto cubren toda la órbita del satélite. Vemos de tener en línea todas las estaciones, que los datos bajen para que puedan ser procesados. Entonces se entrega un producto o imagen que puede ser usada en agricultura, como para el INTA. Las imágenes tienen distintos valores, miden la salinidad del suelo, la humedad. Los Arsat son satélites de comunicación, que brindan internet, ancho de banda. El Saocom tiene fines científicos. Nosotros controlamos qué tiene que hacer, dónde tiene que sacar la foto, o si tiene que correrse de órbita, decirle subí, bajá, hacete a los costados…”, explica.

Pero, ¿qué sintió en el momento del despegue? “Fue una mezcla de emociones, una alegría enorme. Saber que después de todo el esfuerzo esto se pudo concretar. Pero la alegría fue controlada, sabíamos que no nos podíamos abrazar, estaba todo muy controlado. Pero reafirmar que estamos estamos a la altura en cuanto al compromiso y la calidad de otros países más avanzados presupuestariamente, científica y tecnológicamente. Hay muchas horas de trabajo, es genial, estoy muy orgulloso”, responde.

En medio de un país agrietado por la política, que Argentina lleve adelante este tipo de proyectos es maravilloso. Y Rodríguez no tiene dudas de que se debe profundizar ese camino. “La ciencia es la única manera que tenemos para no depender económicamente de otros países en cuanto a tener un producto de valor agregado. Es lo único que nos permite avanzar, no ser productores sólo de materia prima, sino darle valor a lo que sabemos, y tener una ventaja competitiva. Nos hace más ricos, no solo económicamente, sino a nivel cultural”, indica. Y agrega: “la ciencia la relaciono en educación, enseñe en Aguilares y en Concepción y es muy importante inculcar el deseo de aprender. Hay que mostrar que si uno se sacrifica, puede. Sin dudas que si yo tuviera que decidir en qué invertir, siempre lo haría en educación. En Aguilares hice desde service de computadoras hasta instalación de programas, y hoy estoy aquí en una empresa que desarrolla satélites. Las oportunidades de la vida te van llevando. Todo esto tiene una contra, como que no estoy con mi familia, desde febrero que no veo a mi hijo, pero uno tiene que estar dispuesto a hacer renuncias”.

Trabajar en medio de una pandemia es complicado para todos. “A nivel personal tuve que aprender a manejar no poder ver a mi hijo. Hay que entender que esto va a pasar pronto si todos hacemos las cosas bien”, reflexiona.

“Lo que me genera más emoción es que dentro de todo este momento pueda haber una buena noticia. Da esperanza. Lo único bueno que había en televisión el domingo era lo que pasaba en Cabo Cañaveral. Fue un motivo de mucho orgullo y un empuje para lo que viene, que va a ser mejor”, asegura Rodríguez.

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