Ávila definió su voto y va contra la Reforma Judicial

Ávila definió su voto y va contra la Reforma Judicial

La diputada nacional del alfarismo adelantó que tampoco dará quórum. Sostiene que el proyecto no acerca la Justicia a la gente y que afecta la gobernabilidad.

DEFINICIÓN. Una reforma aprobada sin consenso no tiene legitimidad, sostuvo la parlamentaria. la gaceta / foto de alvaro aurane DEFINICIÓN. Una reforma aprobada sin consenso no tiene legitimidad, sostuvo la parlamentaria. la gaceta / foto de alvaro aurane

Los medios nacionales la ubicaron en las listas de “los diputados buscados” por el oficialismo para convencerlos de que apoyen la Reforma Judicial, que está en condiciones de ser debatida esta semana en el Senado. En la Cámara Alta, la media sanción está prácticamente garantizada, pero en la Cámara Baja el “poroteo” no le da certezas aún al Gobierno, porque hay una veintena de parlamentarios que no definieron su posición. Ahora hay una menos.

La diputada Beatriz Ávila votará contra el proyecto impulsado por el oficialismo. La referente del Partido por la Justicia Social anticipó ayer a LA GACETA, además, que tampoco contribuirá a dar quórum. “El oficialismo debe conseguir la mayoría para sesionar”, manifestó. En el “no” de la tucumana hay argumentos técnicos y razones políticas. Comienza por estas últimas cuando se le pregunta por qué, tras haber dejado el espacio de Juntos por el Cambio y haber acompañado leyes del Gobierno, ahora no respaldará esta norma.

“En primer lugar, más que leyes del Gobierno, apoyé leyes de gobernabilidad. Alberto Fernández iniciaba su mandato en un contexto económico y financiero complicado por un endeudamiento externo que se tomó sin que pasara por el Congreso. En ese marco, promovieron una declaración de emergencia económica y una moratoria: me pareció correcto darle a la nueva gestión herramientas para gobernar”, explica. “Además, me pareció coherente: en el Concejo Deliberante de la capital, oficialistas y opositores le brindaron al intendente (Germán Alfaro, su esposo) instrumentos para administrar en la crisis”, puntualizó.

Ávila entiende que, por el contrario, el proyecto de Reforma Judicial, lejos de contribuir a la gobernabilidad, conspira contra ella. “Cuando el país se queda sin gobernabilidad, los que pagan los platos rotos somos los argentinos. Y el lunes salió mucha gente a las calles a protestar, entre otras cosas, contra esta iniciativa. Una reforma sin debate ni consensos previos, aunque consiga los números en el Congreso, no tendrá legitimidad. Apoyamos la gobernabilidad en la Nación porque buscamos eso mismo en San Miguel de Tucumán. A veces, hay que contribuir a la gobernabilidad votando contra lo que quiere un gobierno”, sentenció.

Esa definición la lleva a la otra parte de la respuesta. “En segundo lugar, yo no me fui del interbloque. Lo que hicieron fue eyectarnos. En 2017, cuando era Cambiemos, nos sumamos como el monobloque del Partido de la Justicia Social, en el que nos mantenemos hoy. Pero el año pasado, nos cambiaron las reglas. Nos dijeron que ya no admitían monobloques y que debíamos absorbernos en la bancada del PRO, de la UCR o de la Coalición Cívica. Me opuse porque tenemos un partido propio, que cuenta con el apoyo en las urnas de radicales y de peronistas y de macristas y de seguidores de Elisa Carrió. Somos un partido plural y eso está a la vista en la composición del bloque del Concejo Deliberante, de la bancada de la Legislatura y del gabinete municipal. Así que nos quedamos en el monobloque en el que llegamos: haberme ido a la UCR, al PRO a la Coalición Cívica o al peronismo hubiera sido desleal. Fue Juntos por el Cambio el que se fue a un extremo. Y el nuestro no es un partido de extremos”, sostuvo.

En particular, la inclusión de la figura de las “presiones mediáticas” en el dictamen de la Cámara Alta, a instancias del senador Oscar Parrilli (no figuraba en el proyecto original), es otra objeción insalvable. “Mi profesión, antes de dedicarme a la política, fue el periodismo. Y como legisladora impulsé una ley de acceso a la información pública que el gobierno (de José Alperovich) hizo que no prosperara. No puedo avalar nada que levante la menor sospecha de condicionar garantías fundamentales como la libertad de expresión”, afirmó.

En general, la diputada sostiene que la Reforma Judicial que impulsa el Gobierno dista de la “agenda judicial” de los ciudadanos. “Acercar la Justicia a la gente pasa por dar respuestas contra la inseguridad y por dar soluciones en materia de salud, de familia, de trabajo y de protección al consumidor. Este proyecto, en cambio, se enfoca en Comodoro Py, donde no se tramitan los pequeños casos vinculados con una familia. Ahí se tratan los grandes casos: corrupción, delitos económicos, contrabando, narcotráfico. Son materias muy delicadas, que ni siquiera atañen a toda la clase dirigente sino a una elite, y cambiar esas estructuras no puede hacerse sin un acuerdo amplio”, diferenció.

Discurso único: cuestionó la falta de autocrítica del macrismo

“Cuando nos sacaron del interbloque, lo que también estaban haciendo era desalojar la autocrítica. Porque así como apoyamos medidas del gobierno anterior, manifestamos nuestras objeciones. Lamentablemente, así como en el Frente de Todos hay voces fanatizadas, también las hay en Juntos por el Cambio. No soy amiga de ningún ‘discurso único’”, aseveró Beatriz Ávila. La diputada, justamente, opinó que esa falta de miradas críticas hace caer a Mauricio Macri en errores como los de irse a Europa cuando Argentina enfrenta lo peor de la covid-19. “A los políticos, la gente nos marca el ritmo de vida. Frente a la pandemia, nuestro lugar es aquí, al lado de los ciudadanos. No es en las playas del Mediterráneo, creyéndose que se puede conducir un espacio a 17.000 kilómetros de distancia”, condenó.

Encrucijada: criticó que Fernández cambiara su discurso

“Alberto Fernández está en una encrucijada: sin Cristina (Kirchner) no puede gobernar, pero sólo con ella no alcanza”, diagnostica la diputada del Partido de la Justicia Social. Aunque le concede la disyuntiva, Beatriz Ávila considera que el Presidente ha decepcionado a muchos argentinos que creyeron en su discurso de campaña en el que se presentaba como un dirigente moderado. “Ahora se encuentra absorbido por el sector más radicalizado del oficialismo. Y su discurso ha cambiado. Recuerdo que había dicho que si los argentinos debían salir a la calle para marcarle errores y reclamarle cuestiones, tenían el derecho y también el deber de hacerlo. Ahora dice que no va a escuchar a los que gritan… La grieta es la fuente de muchos de los problemas actuales. Hay que salir de ella”,  consideró.

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