Diabetes: crean células productoras de insulina que son transplantables

Diabetes: crean células productoras de insulina que son transplantables

Un equipo médico estadounidense logró no sólo que las células produzcan la hormona sino que el cuerpo del receptor no las rechace.

ESPERANZA. Si se prueba la acción de las células y que son seguras, no harán falta inyecciones de insulina. ESPERANZA. Si se prueba la acción de las células y que son seguras, no harán falta inyecciones de insulina.
21 Agosto 2020

Científicos del Instituto Salk, en Estados Unidos, han logrado generar, mediante tecnología de células madre, los primeros grupos de células pancreáticas productoras de insulina humana capaces de eludir el sistema inmunológico, según publicaron en la revista ‘Nature’. Estos grupos de células con “protección inmunitaria” controlaron la glucosa en sangre sin fármacos inmunosupresores una vez trasplantados en el cuerpo.

“La diabetes tipo 1 es una enfermedad difícil de manejar con medicamentos -recuerda Ronald Evans, autor principal del estudio-. Esperamos que la medicina regenerativa en combinación con el escudo inmunológico pueda marcar una diferencia real”.

La diabetes tipo 1 es una afección de por vida que es difícil de controlar, incluso con dispositivos automatizados que administran insulina. Los trasplantes de islotes beta pancreáticos (grupos de células que producen insulina y otras hormonas) del tejido del donante pueden proporcionar una cura, pero requieren que los pacientes tomen medicamentos inmunosupresores de por vida, que conllevan riesgos graves.

Durante décadas, los investigadores han buscado una mejor manera de reponer las células pancreáticas perdidas. Ahora, el trasplante sin dispositivos de células productoras de insulina como estas nos acerca un paso más hacia la curación de la enfermedad, informa DPA

Obstáculo superado

En un estudio anterior habían tenido un problema: las células beta derivadas de células madre producían insulina, pero no la liberaron en respuesta a la glucosa, ya que simplemente tenían poca potencia, según Evans. Su equipo descubrió un interruptor genético llamado ERR-gamma que cuando se gira, “turbo-carga” las células. “

Cuando agregamos ERR-gamma, las células lograron la energía que necesitaban para hacer su trabajo -explica Michael Downes, científico senior de Salk y coautor de ambos estudios-- Estas células son sanas y robustas y pueden administrar insulina cuando detectan niveles altos de glucosa”.

Parte fundamental del nuevo estudio fue desarrollar un modo de hacer crecer células de tipo beta en un entorno tridimensional que se aproxime al páncreas humano. El equipo descubrió que una proteína llamada WNT4 podía activar el interruptor de maduración impulsado por ERR-gamma. Esta combinación de pasos generó grupos de células funcionales que imitan los islotes humanos: los llamados organoides similares a islotes humanos (HILO).

Luego el equipo abordó el tema del rechazo inmunológico. Inspirado por los éxitos de los medicamentos de inmunoterapia para el cáncer, el equipo demostró inicialmente que la proteína PD-L1 protege las células trasplantadas.

“Al expresar PD-L1, que actúa como un bloqueador inmunológico, los organoides trasplantados pueden esconderse del sistema inmunológico”, señala Eiji Yoshihara. quien desarrolló un método para inducir PD-L1 en HILO con pulsos cortos de la proteína interferón gamma. Cuando se trasplantaron a ratones diabéticos, estos HILO inmunoevasivos les proporcionaron un control sostenido de la glucosa en sangre.

Faltan varias fases

“Es el primer estudio que demuestra que los HILO pueden protegerse del sistema inmunológico sin manipulación genética -explica Downes-. Si podemos desarrollarlo como terapia, no harán falta inmunosupresores”.

Pero, advierten, es necesario realizar más investigaciones antes de que este sistema pueda avanzar a ensayos clínicos.

Los organoides trasplantados deben probarse en ratones durante períodos más largos para confirmar que sus efectos son duraderos. Es necesario trabajar más para garantizar que también sean seguros de usar en humanos. “Ahora tenemos un producto que potencialmente podría usarse en pacientes sin requerir ningún tipo de dispositivo”, concluye Evans.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios