Ellos también quieren salir en la foto

Ellos también quieren salir en la foto

Laura Ortiz es la creadora de un emprendimiento que se dedica a fotografiar mascotas. “Whiskys” compartidos, ladridos y consejos.

BIEN ABRIGADO. Es común que para las fotografías los dueños vistan a los animalitos y los peinen. BIEN ABRIGADO. Es común que para las fotografías los dueños vistan a los animalitos y los peinen.

“Necesito que te quedés quieto. Así, mirá a la cámara. Con este ángulo sale perfecto. Otra vez, cambiemos de gesto. A ver... con el perfil apuntando para el costado… Listo, ya casi terminamos”, indica Laura Ortiz mientras los disparos de luz brotan de su cámara.

Esta no es una sesión convencional. Delante suyo, el modelo no necesita actualización de carnet; y mucho menos pretende celebrar un asunto importante. Al contrario, puede que lo único que le interese sea rascarse la oreja en paz.

Tener una mascota reconforta, en especial en situaciones límite en las cuales se mezcla la ansiedad con las malas noticias. O puede que se vuelvan un motivo de diversión al ver sus meteduras de pata. “Son parte de mi familia”, se atreven a afirmar algunos. Entonces, ¿qué pasaría si transgredimos un escalón más y dejamos que ellas también tengan sus propias fotos?

ATENTOS. Hay que lograr que te siga con la mirada.@hokee.fotografiademascotas. ATENTOS. Hay que lograr que te siga con la [email protected].

“El amor es una palabra de cuatro patas” fue -en síntesis- la reflexión que llevó a Laura a incursionar en un oficio curioso: ser fotógrafa de mascotas. Autodidacta desde hace cuatro años, solía asistir a bodas o cumpleaños como segunda cámara para practicar sus habilidades. Al hacer una review, desconoce cuando apareció la idea apareció, pero un día internet le mostró la especialización y arrancó.

“Hace tiempo quería incursionar en la fotografía de mascotas; aunque al final siempre tenía algún casamiento, fiesta o cumpleaños por cubrir. Durante la cuarentena los eventos se cancelaron y entonces lo decidí. Varias amigas me prestaron sus perros para que experimente y hace un mes arranqué. Él fue mi primera víctima”, comenta. Enrollado en un extremo del sillón, Choco (un caniche caramelo que practica el estado zen) apenas suspira como respuesta.

La magia ocurre en el garaje de su casa, lleno de soportes y rollers que despliegan fondos blancos, negros y celestes. También hay una caja con decenas de moños y accesorios coloridos para aquellos cuidadores que buscan fotografías temáticas. Como las de Champagne y sus dos ruludos cachorritos; capaces de dormir mientras una hamaca con hojas secas los mece.

Podríamos pensar que una selfie es igual, entonces, ¿por qué llegar tan lejos y soñar con pugs embelesados por coronas de flores? “Las fotos poseen un valor real solo para la persona que siente un vínculo con esa mascota; es clave haber experimentado ese amor. Quienes las vean podrán decir que son hermosas, al igual que con cierta publicación de ropa o de comida. En cambio, el cuidador ve un extra distinto”, asegura.

PACIENCIA. Esperar hasta que hagan un lindo gesto.@hokee.fotografiademascotas. PACIENCIA. Esperar hasta que hagan un lindo [email protected].

La mayoría de sus clientes son mujeres jóvenes (que a veces llegan equipadas con disfraces o ropa); y al tratarse de cierto “capricho” los animales son de raza. Aunque también hay excepciones que enternecen el corazón.

En colaboración con la fundación “De patitas a la calle”, Laura quiere fotografiar mascotas rescatadas que viven desde hace años en los refugios. Ella ofrece el espíritu artístico, y los ojos brillosos de Ramón -un mestizo buenudo- hacen el resto.

Para que las estrellas peludas le presten atención, la fotógrafa hace una suerte de sketch con gestos faciales, ruidos u onomatopeyas. Sumado al menú de carnes, salchichas, quesos y snacks de petshop que almacena para “casos de emergencia”.

Motivos y límites

Además de mostrar extensas lenguas y domar pinschers, hay oportunidades en que el lente captura la esencia de familias numerosas. Ese es el caso de Gini Röhmer Litzmann, quien llegó al estudio envuelta en correas. El recuento fue de dos personas (con su novio, Ignacio) y cuatro canes: Junior (el mestizo), Oliver, Otto y Piki (la dama).

“Al margen de cuidarlos y hacer que sean felices, nunca debemos olvidar que las mascotas son diferentes a nosotros. Es fundamental que hagan cosas de su especie. No es bueno para ninguna de las partes ‘humanizar’. Al contrario, las mascotas que ejercen sus funciones naturales -y a la vez cuentan con la protección humana- son animales equilibrados y felices”, explica la médica veterinaria.

Ambas saben que las críticas sobre los límites abundan. “Esto no se trata de estar ‘locas‘ porque hablamos de las mascotas como hijos. O de que tenemos algún problema psicológico por llamarnos madres. Las consideramos parte de nuestra familia. Las cuidamos con el amor de una madre, pero respetando su naturaleza”, sintetiza la fotógrafa mascotera.

Laura tiene la teoría de que, con tantos ruidos absurdos y ladridos, su vecina debe considerarla como la versión tucumana de La loca de los gatos (“The Simpsons”). A mitad de la entrevista, prefiere que las imágenes hablen por sí mismas. Y así, arranca a mostrar su portfolio.

En él aparecen Ciro (un salchicha de mirada penetrante) y Milo, de ojos saltones y engalanado con un moño rojo.

Gajes

-¡Qué bonitos!

-¿Vos crees que esto es fácil?, cuestiona teatralmente.

“En una sesión me mordieron la cámara por acercarme demasiado. También hubo una reunión en que sentí cierta tibieza en la zapatilla. Y al observar vi la pis; hecha intencionalmente porque le re acertó. (¿La venganza por el flash?)”, enumera los gajes de su oficio.

Esas cosas la divierten; y afirma que para ejercer este oficio es indispensable una conexión con los pichichos. Además de tener paciencia y empatía. “Es un camino de ida. Vi documentales sobre los orígenes de las razas, intenté implementar métodos de adiestramiento y, en la etapa de edición, sonrío al ver las caras de los perros. Me imagino lo que dirían por sus gestos”, revela Laura. 

Consejos para fotografiar mascotas

- Llevala a dar un paseo o jueguen juntos por un buen rato. Lo importante es que se canse de antemano.

- No la forcés a que vaya a la locación que querés. Es mejor adaptarse al sitio donde ya se encuentra cómoda.

- Encontrá el juguete, snack o sonido que mejor llame su atención. Mostráselo fuera de cámara para que te siga con la mirada.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios