Políticas educativas para combatir la diabetes

Políticas educativas para combatir la diabetes

03 Agosto 2020

Es uno de los males de nuestro tiempo; se ha convertido en una de las principales causas de muerte y está relacionada con la obesidad y el sedentarismo. La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no elabora suficiente insulina o cuando el organismo no puede utilizar con eficacia la insulina que produce. Según la Organización Panamericana de la Salud, es la cuarta causa de muerte por enfermedades no transmisibles (infarto de miocardio, accidente cerebral vascular, cáncer, diabetes y EPOC) en América. La Organización Mundial de la Salud informa que las ENT ocasionan en conjunto cerca del 70% de las defunciones en el mundo. Casi tres cuartas partes de estos decesos y el 82% de las 16 millones de muertes prematuras o antes de los 70 años de edad se registran en países de ingresos medianos y bajos.

Hace pocos días, informamos que a medida que los casos de coronavirus se incrementaban en Estados Unidos, un nuevo estudio mostró que casi el 40% de las personas que murieron por covid-19, padecía diabetes. Entre los fallecidos menores de 65 años, la mitad tenía esa condición crónica. Las tasas de mortalidad por diabetes en ese país han crecido desde 2009 y han superado a la mayoría de las naciones industrializadas. Poner la diabetes bajo control se ha vuelto difícil porque la pandemia interrumpió las atenciones de salud regulares, la capacidad de hacer ejercicio y las rutinas de vida saludables. Muchos expertos advirtieron que la covid-19 representa un enorme riesgo para los diabéticos.

En diciembre pasado, LA GACETA divulgó datos de la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación en 2019: el 8,4% de la población tiene glucemia elevada o diabetes y el 66,1% padece sobrepeso u obesidad en la Argentina. Las formas más comunes son la diabetes tipo 1 y 2. La primera aparece por lo general en etapas tempranas de la vida y no se puede prevenir aún. En estos casos el organismo no produce insulina, por lo que debe ser administrada todos los días. Mientras que la diabetes tipo 2, la más frecuente, en muchos casos se puede prevenir o demorar llevando una vida saludable; afecta a adultos que presentan sobrepeso u obesidad y sedentarismo, entre otros factores. Cuadruplica el riesgo de tener un infarto o accidente; el exceso de glucosa en la sangre puede dañar los ojos, los riñones y el sistema nervioso.

Sería importante que desde la escuela primaria se inculcaran los principios básicos de la alimentación saludable (podrían organizarse talleres para padres) y se aumentaran las horas de la educación física. En abril de 2019, el nutricionista Francisco D’Onofrio dijo que uno de cada tres niños en edad escolar padecía sobrepeso u obesidad. “Esto los pone en riesgo en el futuro porque los predispone a que sufran enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión. También aumenta la probabilidad de que sufran problemas psico-sociales y sean discriminados. Se les está afectando principalmente el derecho al desarrollo pleno”, afirmó en la ocasión.

La educación es la mejor herramienta para prevenir las enfermedades, y si bien no se ha difundido hasta el momento en qué medida la covid-19 ha afectado a los diabéticos argentinos, sería importante que se diseñaran políticas públicas para combatir con mayor eficacia la diabetes.

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