
LA GACETA/FOTO DE MATÍAS QUINTANA

Cada 1 de agosto, miles de tucumanos preparan una taza de té de ruda "macho" para beber en ayunas el primer día de agosto. Según las creencias populares, el octavo mes del año es un período signado por las enfermedades y las muertes; por tanto, para combatir esos males se prepara una taza de infusión por persona. Sin embargo, advierten que puede ser peligroso.
Liliana Mistretta, médica pediatra que actualmente se desempeña en el área de Telemedicina del Sistema de Salud, sostuvo que el consumo de té de ruda está totalmente contraindicado en la población infantil, así como la ingesta de cualquier otra de las infusiones que se denominan “folclóricas”: té de orégano, de guanábana, de anís estrellado, de tilo, ajenjo, entre otros que las mamás suelen dar a los niños por tradición.
“Sobre la ruda especialmente hay una creencia popular de que es positiva para prevenir los resfríos, además de que se cree que trae protección y buena suerte si se consume el primero de agosto, pero puede producir irritaciones estomacales, náuseas, vómitos, problemas en el sueño y dañar tanto el hígado como los riñones del niño”, afirmó.
La profesional aseguró que los té que se consumen por creencia popular llegaron en algunos casos a crear acidosis metabólica y a conducir a niños incluso a la terapia.
Respecto al consumo de este producto en mujeres embarazadas, Mistretta también lo desaconsejó, ya que sostuvo el mismo puede conducir al aumento de contracciones uterinas y del flujo sanguíneo, lo cual es perjudicial para el embarazo. “En el periodo de lactancia, independientemente de que el niño esté alimentándose con lactancia materna exclusiva o parcial, la mamá puede pasar los efectos de esta ingesta a través de la leche y generar irritación estomacal y espasmos en el niño”, advirtió.
“A lo largo de mi profesión cuando me desempeñé en terapia intermedia, tuvimos casos de acidosis metabólica. Afortunadamente hace mucho que no sé de estos cuadros, pero es importante advertir y educar a la población acerca de estos riesgos, especialmente a las madres jóvenes o primerizas que muchas veces reciben consejos de este tipo de tradiciones y costumbres, que pueden perjudicar a sus hijos”, concluyó.







