Cuidemos nuestro comportamiento social

Cuidemos nuestro comportamiento social

Reuniones, discusiones, consultas y análisis. Surgen entonces los protocolos que aprueba el Comité Operativo de Emergencia, que le dan lugar a todo aquello que antes de la pandemia eran cuestiones comunes. Y antes de liberar actividades, lo básico: pedir a la gente prudencia, conciencia, responsabilidad, respeto.

Hay imágenes e informaciones que se pueden ver diariamente en todas las plataformas de LA GACETA en las que ni prudencia, ni conciencia, ni responsabilidad ni respeto parecen formar parte de algunos sectores de la población. ¿Es que deben suceder hechos lamentables, cuando no trágicos, para que afloren estos valores en cada uno de los que quebrantan las normativas? Definitivamente no.

En Monteros hubo, en pocas horas, una muestra de nuestro comportamiento social. La noticia de dos vecinas venidas desde Buenos Aires, infectadas por covid-19, produjo inquietud. En poco tiempo, la confesión de una de ellas en redes sociales de haber atendido al público en esa condición en el salón de ventas que poseen, encendió las alarmas de la ciudad. Surgió entonces la tensión y el miedo al contagio comunitario. Hubo hisopados, confirmaciones de que la situación no había pasado a mayores y algún alivio. En el medio, hasta los negocios no abrieron y el boca a boca de acusaciones y prejuzgamientos funcionó a toda máquina. El intendente Francisco Serra aseguró: “Cuando en lo particular no se respetan las medidas vigentes, ocurren situaciones como la que nos tiene en vilo ahora” advirtió. Y cuando parecía que las aguas se aquietaban, imágenes de un encuentro multitudinario por un partido de fútbol en el barrio Ñuñorco, desbaratado por la policía, volvió a poner a la “Fortaleza del Folclore” en la mira pública.

Esto del fútbol de aficionados es otro rasgo de nuestras debilidades. No autorizado aún, es como una olla a presión por la masividad de sus convocatorias. En un informe publicado en LG Deportiva, se pudo leer sobre los efectos físicos y psicológicos que genera la prohibición de su práctica en los tiempos que corren. Pero también se puso de manifiesto la proliferación de partidos, incluso de campeonatos, en varios puntos de la provincia. Y que sólo en ocasiones la policía actúa.

Esa actitud de efectuar reuniones públicas masivas sin respetar la normativa de no más de diez personas, sean por deporte o por diversión, o privadas, sean por encuentros familiares o de amigos, es una transgresión en crecimiento que parece habérseles escapado de las manos a las autoridades.

Sea por confianza personal a que nada puede suceder, o porque directamente no interesa tomar en cuenta los pedidos efectuados por los organismos de control, todos los días -y principalmente los fines de semana- se vulneran las medidas sanitarias. Vale aquí recordar consejos, sugerencias y advertencias de quienes conocen de los efectos de una pandemia sobre una población. Uno de ellos, Luis Medina Ruiz, secretario médico ejecutivo del Sistema Provincial de Salud: “En la provincia no se detectó circulación comunitaria de virus, pero nos tenemos que seguir cuidando”.

Desde que todo esto empezó en marzo, el país atravesó por distintas etapas. La economía se fue deteriorando, la paciencia de la población se fue minando. Las idas y vueltas fueron constantes. Hay provincias que decidieron un desconfinamiento, días después, ante la aparición de casos, ordenaron dar marcha atrás. No obstante, ante esta nueva normalidad que llegó para quedarse, nadie debe olvidar cuidar la salud. Y que, pensando en el futuro, no es tiempo para relajarse.

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