Los días mágicos de Argiró en Mendoza

Los días mágicos de Argiró en Mendoza

El ciclista recuerda su consagración en la prestigiosa Vuelta, concretada hace 10 años

DE TODO UN POCO. Las imágenes remiten al gran logro de la carrera deportiva de Álvaro en tierras cuyanas; a sus días en España y a uno de sus mentores, su papá Víctor. DE TODO UN POCO. Las imágenes remiten al gran logro de la carrera deportiva de Álvaro en tierras cuyanas; a sus días en España y a uno de sus mentores, su papá Víctor.

El ciclismo tucumano, a lo largo de su historia, tuvo figuras que lo hicieron trascendente a nivel nacional. Están los casos de José “Flaco” Fernández, Argentino “Negro” Varela y Efraín Quiroga. Ellos escribieron gran parte de las páginas de gloria, y son un espejo para cualquiera de los chicos que diariamente se suben a su bicicleta para desarrollar la actividad que los apasiona.

Esa posta que dejaron aquellos inolvidables maestros, en las últimas dos décadas la tomó Álvaro Argiró. Y lo hizo con una jerarquía que le permitió rápidamente ganarse un lugar entre los mejores pedalistas, primero de la región y luego enfrentando con autoridad a los más capacitados del país.

Álvaro viene de una familia de ciclistas -su abuelo Antonio y su padre Víctor compitieron con buen suceso- y se dio el gusto de darle a nuestro ciclismo la victoria más importante de los últimos 40 años: ganó la 34ª edición de la “Vuelta de Mendoza”, en 2010. La competencia, de nivel internacional, es una de las cuatro pruebas más prestigiosas del calendario argentino.

El tucumano, Juan Pablo Dotti -que lo escoltó en la clasificación individual- y Juan Gaspari fueron los integrantes del equipo que representaba a la Municipalidad de Guaymallén. Ese domingo 21 de marzo de 2010, Argiró le dio vuelo al sueño que acunaba desde cuando junto con su padre subía el cerro San Javier.

-¿Cuándo te convenciste de que podías ganar la vuelta?

- A tres kilómetros de la llegada de la última etapa. Es que hasta ese momento la competencia no tenía un dueño absoluto y en el último tramo hubo varios con posibilidades de ganar. A la décima etapa llegué como líder individual, con cinco segundos de ventaja sobre Dotti. La tensión que viví hasta llegar a la meta fue tremenda: llegamos juntos, pero con la incertidumbre de que otro competidor podía descontarme la diferencia. Tardé varios minutos para conocer la clasificación. Recién entonces festejé por haber logrado el sueño máximo de mi carrera.

- Se dijo que tuviste todo para ganar la Vuelta de San Juan y quienes manejaban el equipo ordenaron que ganara Dotti. ¿Qué hay de cierto con esa versión?

- Es verdad. Cuando tenía todo para ganar, los dueños del equipo me hicieron frenar. En esa época era diputado Sergio Uñac, que hoy es el gobernador de San Juan. Y él le pidió al jefe del equipo que quien tenía que ganar era Dotti, que estaba corriendo para equipos de esa provincia. Hasta hoy no alcanzo a comprender la actitud de mis otros compañeros, que de una forma deliberada o no me terminaron perjudicando.

-¿En que te sirvió la etapa europea que tuviste de 2002 a 2008?

- Fue decisiva, porque me capacitó para competir al mejor nivel cuando regresé. En España integré destacados equipos, y corrí en varios países. Fue una experiencia inigualable; me di el gusto de tener adversarios que estaban en la última etapa antes de acceder al profesionalismo. La experiencia es similar a la de un piloto que va a correr a Europa para hacer méritos para llegar a F-1.

- ¿Y luego que pasó?

- En 2009 me fui a competir a México contratado por un equipo profesional. En 2010 regresé al país y gané la vuelta. En 2011 me fui a correr a Chile. Entre 2012 y 2013 me radiqué en San Juan y corrí para uno de los mejores equipos de esa provincia.

-¿Por qué dejaste de competir a los 29 años?

- Si tengo que ser sincero, mi idea era correr hasta el presente, pero con el correr de los años el ciclismo ya no era prioridad. Supe que había llegado el momento de decidir mi futuro. Como ya iba a la Facultad, me di cuenta de que me iba a ser imposible hacer las dos cosas en forma simultánea. Además, ya había sufrido varias lesiones. Elegí y dejé de correr. También sentí que ya había logrado en este deporte todo lo que había deseado y era la hora de centrar mi atención en estudiar Psicología (N.de la R: hoy cursa el quinto y último año), y además ayudar en el negocio familiar.

- Un futbolista dice que deja la actividad cuando ya no tiene el fuego sagrado necesario para entrenar y jugar ¿Te pasó a vos?

- Sí. Puede pasar por allí la cuestión. Es que también luego de toda una vida arriba de la bicicleta, ya me daba un poco de miedo salir a pedalear a la ruta. No sentía la adrenalina de mis comienzos. También me llevó a tomar la decisión la falta de confianza para encarar proyectos deportivos. Es imposible entrenarte cuando estás cargado de dudas. Lo que quiero dejar bien en claro es que no fue una medida caprichosa. La fui elaborando durante un tiempo, hasta que me di cuenta de que había llegado el momento de decir adiós a la competencia oficial.

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