Historias detrás de la Historia: una dura condena que no despejó las dudas

Historias detrás de la Historia: una dura condena que no despejó las dudas

El caso Brito (última parte).

LA JOVEN VÍCTIMA. Cecilia Brito tenía 18 años cuando fue brutalmente asesinada. LA JOVEN VÍCTIMA. Cecilia Brito tenía 18 años cuando fue brutalmente asesinada.

En Tucumán, en materia de investigación criminal, todo puede pasar. Todo caso tiene un final abierto y, muchas veces puede ir acompañado por una dosis de polémica. Y eso es lo que sucedió con el juicio por el crimen de Cecilia Brito, la joven de 18 años que fue abusada sexualmente, desfigurada a golpes y asfixiada hasta morir. Los autores recibieron una dura condena, pero la sentencia no pudo despejar varias dudas. Interrogantes que aún no tienen respuestas.

El último día de marzo de 2016 se inició el debate. El tribunal estuvo integrado por Raquel Asís, Elena Grellet y Carlos Jesús Pellegri. Los acusados del crimen fueron William Roger Doldan y Luis Alberto Aguilar. También estaban acusados de encubrimiento agravado Brahian Burela y José Aguilar (padre del principal sospechoso) y por encubrimiento simple Luis Tello, Carlos Alberto Burela, Julia Ester Correa, Daniel Fernando Quiroga y Griselda Carrizo. Todos los imputados llegaron al juicio en libertad, ya que se habían vencido los plazos para continuar detenidos.

Se desempeñó como fiscal de Cámara Enrique Rojas; contó con la colaboración de Miguel Varela, que había comenzado a investigar la causa como auxiliar fiscal y cuando asumió como titular de la fiscalía requirió su elevación a juicio. “A lo largo de mi carrera había intervenido en muchos casos, pero este me movilizó muchísimo por su gravedad. Me parecía conveniente estar presente durante el debate porque podía aportar muchos detalles”, comentó a LA GACETA. La actual jueza de Instrucción Carolina Ballesteros, como defensora pública, asistió a Doldan. Mientras que José Felipe Vignolo, a los Aguilar.

LOS CONDENADOS. Luis Aguilar y William Doldan durante una de las audiencias. LOS CONDENADOS. Luis Aguilar y William Doldan durante una de las audiencias.

Según la acusación, Doldan y Aguilar habían secuestrado a Cecilia cuando caminaba sola por una calle de La Cocha. La llevaron hasta la casa del primero donde la golpearon y abusaron salvajemente. Después, en la camioneta del padre del segundo, la trasladaron hasta una cancha de fútbol. La abandonaron pensando que estaba viva, pero antes de retirarse, la víctima se quejó y ellos volvieron a su lado. Allí le llenaron la boca y la garganta de pasto seco, lo que provocó que se asfixiara. Antes, se había descartado otra hipótesis que tenía como protagonista a Diego “Chaveta” Ledesma, ex pareja de la joven. Fue el primer detenido por la causa. Estuvo tres meses en prisión, pero quedó libre al conocerse que los resultados de las pericias genéticas no lo incriminaban.

Polémicas

El juicio estuvo cargado de polémicas, entredichos, insultos y amenazas. El tribunal, con Pellegri a la cabeza, tuvo que ser inflexible para poner orden en las audiencias. A Burela le tuvieron que poner una custodia policial permanente porque venía siendo amenazado por los principales imputados.

Se sabía que Doldan y Aguilar eran hombres “pesados” de La Cocha. Durante años taparon todas sus andanzas amenazando, golpeando y cometiendo todo tipo de abusos para asegurarse el silencio de sus víctimas. Pero nadie se imaginaría que utilizarían las mismas estrategias durante el debate. Fuentes judiciales indicaron que fue el mismo juez Pellegri quien advirtió la situación y le sugirió a la parte acusadora que hiciera un planteo inédito. Los fiscales tomaron el guante y pidieron que a los dos acusados del crimen y a José Aguilar se les dictara la prisión preventiva, ya que con su conducta ponían en peligro el normal desarrollo del debate. Los magistrados no dudaron en aceptar la petición.

LA JOVEN VÍCTIMA. Cecilia Brito tenía 18 años cuando fue brutalmente asesinada. LA JOVEN VÍCTIMA. Cecilia Brito tenía 18 años cuando fue brutalmente asesinada.

“Había muchos testigos que se les notaba la cara de espanto cuando se sentaban a declarar. Preferían salir de la sala procesados por falso testimonio antes que hablar en su contra. Una vez que quedaron presos, todos comenzaron a recordar lo que habían visto”, comentó Varela. “Y ojo que no sólo fue contra las personas, durante el juicio con mi colega recibimos un montón de mensajes intimidatorios enviados por terceros”, agregó.

El actual titular de la fiscalía de Homicidios del Centro Judicial Concepción contó otro detalle que se produjo cuando el psiquiatra forense Jorge Díaz fue lapidario contra Doldan y Aguilar al considerar que tienen comportamientos psicopáticos, sin ningún tipo de sensibilidad o sentimiento de culpa ante una práctica violenta. “Doldan se paró como un resorte y le gritó: ‘¿qué decís vos?’. Intentó incorporarse, pero fue rápidamente reducido por el hombre que lo custodiaba”, relató.

Pero si algo le faltaba a este juicio, era la pata política. Los acusados habían señalado en varias oportunidades que los parientes del intendente de La Cocha habían tenido participación en el hecho. Por esa razón, Leopoldo “Pumita” Rodríguez, que en esos momentos era titular del PE municipal de esa ciudad, fue citado a declarar. Pero lo hizo su padre, Leopoldo “Puma” Rodríguez, porque había llegado una citación a su casa y tenía entendido que era para él. Después de aclarar el error, explicó que su hijo estaba de licencia porque había viajado a Brasil y que no sabía cuándo regresaría. Y nunca declaró.

Burela era el testigo clave en la causa. Delante los jueces, el joven comenzó a declarar que había sucedido. “Estábamos en una fiesta y cerca de las cinco me pidieron que suba a la camioneta y, luego de tomar unas cervezas, nos fuimos a un boliche”, dijo. También relató que cuando transitaban por la calle San Martín, se encontraron con la chica a la que invitaron a subir al vehículo. “Ella no quería subir. Entonces William la abrazó, la metió adentro y nos fuimos a su casa”, indicó. En ese lugar la joven intentó resistirse a entrar a una habitación. “Entonces Doldan le dio una patada y la lanzó al interior”, agregó.

“Ella gritaba y parecía que la querían asfixiar. Después de un rato se calló y salieron Doldan y Aguilar de la habitación para decirme que no debía decir nada, porque si no me iban a matar”, continuó el testigo. “Salieron con Cecilia atada de pies y manos con trapos. La pusieron detrás de la camioneta y salimos rumbo a la cancha del Barrio Ejército Argentino. Ahí la arrojaron entre unos matorrales”, agregó. Burela recordó que cuando Doldan y Aguilar regresaban a la camioneta advirtieron que Cecilia se movía e intentaba gritar. Regresaron y comenzaron a patearla.

“Después los vi a ambos cortar pastos que le arrojaron sobre el cuerpo de la chica. Luego volvieron al vehículo y pusieron música. En todo momento me repetían que no debía decir nada porque si no me iban a matar”, apuntó.

El testimonio de Burela, el de otras personas, y otros indicios como los pelos encontrados en la camioneta de Aguilar que macro y microscópicamente eran similares a la víctima y la W con letras góticas escrita en la frente de la víctima de su propia sangre (Pellegri está convencido que fue un sello de Doldan) fueron pruebas suficientes para condenar a Doldan y a Aguilar a prisión perpetua. A Burela lo encontraron penalmente responsable del delito de encubrimiento agravado, pero la pena debía ser impuesta por un juez de Menores, ya que tenía 17 años cuando sucedió el hecho. Los otros imputados, fueron absueltos, pese a que los fiscales le habían pedido penas de entre tres y cinco años. Pero el caso no se cerró.

Ballestero y Vignolo, los defensores de los dos principales acusados, no se mostraron conformes con el fallo. Cuestionaron duramente la investigación y criticaron que se hayan impuesto penas tan duras sin tener pruebas consistentes. Basaron sus críticas en cuatro puntos:

1- Burela rompió el silencio después de haber llegado a un acuerdo con el fiscal Edgardo Sánchez. Según los profesionales, le ofreció una imputación menor a cambio de que contara todo lo que sabía sin tener en cuenta que podría haber tenido alguna participación en el hecho. Dijeron además que no se tuvo en cuenta los antecedentes que lo revelan como una persona violenta y que “difícilmente se haya conmovido si hubiera visto el crimen”.

2- Los defensores criticaron además que no se haya profundizado la investigación en contra de “Chaveta” Ledesma, el primer imputado en la causa. También llevaron al debate un dato que sorprendió a propios y a extraños: el ex novio de la víctima había sido procesado por una causa de abuso sexual en Mendoza.

3- Ballestero y Vignolo coincidieron en señalar que ninguna de las pericias genéticas que se hicieron dieron positivo para Doldan y Aguilar. “No hubo pruebas científicas en su contra”, explicó el profesional.

4- El doctor Gustavo Penacino, una inminencia en materia de análisis genético, envió a la Justicia un informe clave: haciendo una comparación de estudios de ADN de casos de abusos sexuales, identificó a la línea paterna de un posible autor del crimen de Cecilia. No era de ninguno de los acusados, sino de un tal Isaías Moisés Ledesma. La muestra analizada correspondía a restos de sangre que había sido tomada de debajo de las uñas de la Brito.

Otro aberrante caso

Ese Ledesma, según confiaron fuentes judiciales, estuvo involucrado en otro aberrante hecho ocurrido en La Cocha en 2013. Él, junto a su hermano, que se llamaría Marcelo Ledesma, de acuerdo a la versión policial, habría interceptado en una madrugada a una joven. Después de amenazarla, la obligaron a subir en una moto, abusaron de ella, la golpearon salvajemente y, pensando que la habían matado, la dejaron abandonada en un descampado. La causa, al parecer aún no llegó a juicio.

El tribunal no tuvo en cuenta este hecho, ni pidió que se ampliara la investigación para saber si tiene algún tipo de conexión con el crimen de Cecilia. Tampoco se indagó si “Chaveta” tenía algún tipo de parentesco con los acusados.

Ballestero fracasó en su intento de apelación del fallo en la Corte Suprema de Justicia de la provincia. Pero no se rindió, sino que llegó con su planteo hasta el máximo tribunal de la Nación, que hasta el momento no resolvió. “No puedo decir si Doldan o Aguilar son inocentes, pero sí estoy convencida que hubo más personas involucradas en este horrendo crimen. Lamento que no se haya podido saber toda la verdad”, concluyó la ahora jueza de instrucción.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios