Todo es historia: el "Ruso" jugó su propio Mundial en 1986

Todo es historia: el "Ruso" jugó su propio Mundial en 1986

Diego inventó la “Mano de Dios” y el “Bandeño” llegó al Nacional B de la mano de Villafañe.

EN FAMILIA. Walter Villafañe con su esposa, Claudia Albornoz, y sus hijos Victoria y Leandro. EN FAMILIA. Walter Villafañe con su esposa, Claudia Albornoz, y sus hijos Victoria y Leandro.

En el calendario histórico del fútbol argentino, 1986 no es un año más. De la misma manera, junio es un mes especial. Ya pasaron más de tres décadas de aquel inolvidable momento, cuando los argentinos disfrutaban del mejor Diego Maradona de su carrera y eran protagonistas de la recordada “mano de Dios”, además del mejor gol de los Mundiales, que le marcó a Inglaterra antes de consagrarse campeón. Mientras el país seguía con atención la actuación del conjunto nacional, en Tucumán se jugaba una instancia clave: la ronda final del Anual organizado por la Liga y cuyo ganador obtendría como premio un pasaje para el futuro campeonato Nacional B que formaba parte de la reestructuración de los torneos. Lógicamente, los candidatos eran San Martín y Atlético. Sin embargo, el campeón fue Atlético Concepción, el equipo dirigido por Rafael González que mostró su mejor repertorio en el cuadrangular final.

“Teníamos un plantel reducido y muy joven. Éramos los 11 titulares y dos cambios que se repetían todos los partidos: el ‘Cabudo’ Zelaya y el ‘Maestrito’ Gómez. Yo, con 19 años, era el capitán. Una de las virtudes fue que nos cuidábamos mucho para no sufrir lesiones ni suspensiones. No podíamos darnos el lujo de faltar a algún partido”, recuerda en diálogo con LG Deportiva Walter Villafañe, una de las figuras de aquel conjunto que salía de memoria para los hinchas “bandeños”: Juan Ibáñez; Rafael “Caniche” Medina, Villafañe, Rolando Nieva y Miguel Acuña; Jorge Fanjul, Alpidio Elizeche y Jorge Raimundo; Jorge López, Daniel González y Luis Ruiz.

Los cuatro mejores equipos del torneo avanzaron a la instancia decisiva. San Martín se cruzó contra Atlético en una de las semifinales. Un gol de Pedro Monteros le alcanzó para imponerse en el clásico y avanzar a la serie decisiva. Atlético Concepción enfrentó a Central Norte y tuvo que llegar hasta la definición con remates desde el punto del penal para acceder a la final. Allí, los “Bandeños” vencieron 4 a 1, de local, y 3 a 2, en La Ciudadela. “Ellos eran superiores, pero nos subestimaron. El primer partido lo jugamos una noche lluviosa en nuestra cancha. Salieron con todo. Mi marca era Oscar ‘Pájaro’ Juárez y sólo lo veía pasar. No podía ni cometerle una falta. Tenían tanta confianza que se descuidaron atrás y de contragolpe definimos el partido. Yo hice un gol de penal. Ganamos 4 a 1 (Ruiz anotó dos y Raimundo el otro; descontó Juan Carlos Daza). En la revancha, en La Ciudadela, ellos se vinieron con todo. Apenas empezó les dieron un penal insólito y anotó Daza. Un par de minutos después, Medina sacó de la línea un cabezazo de Monteros. Si esa pelota entraba, tal vez todo hubiese cambiado”, recuerda el “Ruso”, como le dicen desde entonces. Cuando se calmó el aluvión “santo”, Atlético Concepción se soltó y llegaron los goles de González, Juan Horacio Maguna, en contra. y Ruiz. Descontó Campos para el 3 a 2.

“Maguna tuvo la desgracia de hacerse un gol en contra. Lo juzgaron mal. Yo lo conozco y sé que nunca haría nada malo”, sale el exdefensor en defensa del exarquero de San Martín que ese día pasó de héroe a villano y nunca más defendió el arco de su equipo.

Unas semanas después, Atlético Concepción debutó en el Nacional B, lo que actualmente es la Primera Nacional. La experiencia no fue la mejor. Al finalizar la temporada descendió. Nunca más pudo repetir una experiencia similar. “Se cometieron muchos errores. Había que contratar cinco o seis refuerzos de primera línea. En cambio, dejaron que se fuera Jorge (López), un jugador clave, y trajeron 14 o 15 refuerzos. No teníamos idea dónde estábamos parados. La puerta para acceder a Primera estaba delante nuestro y no pudimos verla”, recuerda.

HÉROES. Miguel Acuña, Rafael Medina, Alpidio Elizeche, Walter Villafañe, Juan Ibáñez y Rolando Nieva. Abajo, Jorge Orlando López, Jorge Fanjul, Daniel González, Jorge Raimundo y Luis Ruiz. HÉROES. Miguel Acuña, Rafael Medina, Alpidio Elizeche, Walter Villafañe, Juan Ibáñez y Rolando Nieva. Abajo, Jorge Orlando López, Jorge Fanjul, Daniel González, Jorge Raimundo y Luis Ruiz.

La revancha

El fútbol siempre da revancha y Villafañe la tuvo dos años después. A comienzos de 1988 llegó a San Martín junto con otros dos integrantes del plantel bandeño, Ibáñez y Jorge López, para reforzar el grupo que concretó la mayor hazaña del fútbol argentino: salir de la Liga y llegar a Primera sin escala. “Jugar en ese equipo daba placer. Nadie marcaba. Tenía tres delanteros. El cinco era el ‘Capo’ Noriega. A su lado jugaban Chazarreta y el uruguayo Giménez. Unali se proyectaba siempre y ‘Pichón’ Juárez agarraba la lanza y no volvía más. Me tenía que revolcar en toda la cancha para marcar por ellos. Cuando veía que el ‘Negro’ Monteros se preparaba para entrar sentía alivio porque le daba un poco de equilibrio al equipo. Nos defendíamos con la pelota y, sin importar el rival, generábamos cinco o seis llegadas claras por partido”, define al equipo conducido por Nelson Chabay.

Villafañe atiende actualmente su negocio de comestibles en Banda del Río Salí mientras espera que termine la cuarentena para reencontarse con sus ex compañeros. “Estamos en contacto y apenas se pueda nos reuniremos para celebrar lo que hicimos en 1986”, cuenta a 34 años de aquel momento histórico que fue en parte eclipsado por los goles de Diego, pero que en Banda del Río Salí nunca olvidarán.

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