Todo es historia: Una derrota "Decana" que se transformó en varios triunfos

Todo es historia: Una derrota "Decana" que se transformó en varios triunfos

El 1-3 que sufrió Atlético con Palmeiras en 2017 lo sacó de la Copa, pero le dejó varias lecciones.

HISTÓRICA NOCHE. Luis Rodríguez lideró al equipo durante ese partido y recibió el aporte de varios de sus compañeros. No alcanzó para ganar pero el equipo ya había hecho historia. credito xxxxxxxx HISTÓRICA NOCHE. Luis Rodríguez lideró al equipo durante ese partido y recibió el aporte de varios de sus compañeros. No alcanzó para ganar pero el equipo ya había hecho historia. credito xxxxxxxx

Hay determinadas situaciones en la vida que nos marcan. Episodios que no necesariamente son agradables pero cuya vivencia nos dejará más fuertes para el futuro. Eso mismo le pasó a Atlético hace exactamente tres años. El 24 de mayo de 2017, enfrentó a Palmeiras en San Pablo con la obligación de ganar para evitar la eliminación en la Copa Libertadores y pese a que perdió 1-3, los recuerdos de esa noche son positivos y fructíferos.

Para más detalles, el escenario era el siguiente: era la última fecha del grupo 5 y el equipo dirigido por Pablo Lavallén estaba tercero, con siete puntos. Un triunfo le aseguraba un lugar en los octavos de final. Una clasificación que hubiese sido histórica pero dentro de una participación en esa edición de la Copa que ya lo era (hazaña de Quito incluida).

“Me acuerdo mucho de la previa, el llegar al estadio, una cancha tremenda y jugar contra un poderoso de Brasil. Estuvimos cerca...”, recuerda hoy Leandro González, ahora en Quilmes, pero en ese momento, titular indiscutido del equipo “decano”. Un equipo que salió a jugar de igual a igual, golpe por golpe. El primero lo recibió Atlético con una jugada preparada que derivó en el gol de Jerry Mina. El colombiano luego se iría a Barcelona y posteriormente a Everton. Una pequeña muestra de lo que Atlético tenía en frente.

El “Decano”, alentado por aproximadamente 2.000 hinchas en la tribuna alta del Allianz Arena, respondió con otro golpe aunque con menos suerte. David Barbona remató al palo tras un contraataque. “Tuvimos varias situaciones que nos podrían haber dado la victoria. Fue un lindo partido de ida y vuelta”, agrega González en una charla que mantuvo con LG Deportiva. Un golpe aún más certero llegó en el segundo tiempo, de los pies de Luis Rodríguez. El “Pulguita” convirtió el empate pero se lo anularon por un offside muy cuestionado.

PIEZA CLAVE. Leandro González era esencial en el ataque “decano”. PIEZA CLAVE. Leandro González era esencial en el ataque “decano”.

Finalmente el simoqueño empató de cabeza y Atlético se lanzó a la victoria. La falta de puntería (González también tuvo sus chances) y la desesperación por anotar le terminaron jugando en contra. “La experiencia de ellos terminó haciendo la diferencia”, explica Leandro. El equipo encajó dos goles más después del empate, pese a que tranquilamente pudo haber empatado el partido en varias ocasiones y quién sabe lo que hubiese pasado. Y allí estuvo el aprendizaje.

“Con la frente en alto”, fue la frase más utilizada por los medios nacionales e internacionales para graficar la forma en la que Atlético se despedía de esa Libertadores. La frente en alto y la cabeza y el corazón llenos de lecciones. “Sin dudas después de esa buena participación, el club se ganó un respeto a nivel sudamericano y eso le permitió seguir por el mismo camino en los años siguientes”, analiza González.

De hecho, Atlético llegaría ese año a la final de la Copa Argentina y clasificaría a la Libertadores del año siguiente. Para la última fecha de la fase de grupos, el “Decano” llegaba con una urgencia similar a la última fecha: conseguir un buen resultado para clasificar a octavos de final. ¿Serviría el episodio vivido en Brasil de experiencia? ¿Lo marcó lo suficiente como para sacar cosas positivas en tan poco tiempo? Pues sí. Un año después del 1-3 viajó a Asunción en Paraguay, de donde necesitaba traerse al menos un empate ante Libertad. Pese a algunas complicaciones iniciales, mantuvo su valla en cero y logró el punto que necesitaba. Los octavos de final (y los cuartos después) lo esperaban.

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