Son voluntarios, reparten viandas y ahora construirán la casa de una familia de Los Pocitos

Son voluntarios, reparten viandas y ahora construirán la casa de una familia de Los Pocitos

En tiempos de pandemia, miembros de la organización "Un plato solidario" redoblan esfuerzos para ayudar a un matrimonio que los conmovió.

SOLIDARIOS. Por el aporte de voluntarios y de una familia del lugar, vecinos de Los Pocitos hacen fila para recibir el almuerzo. SOLIDARIOS. Por el aporte de voluntarios y de una familia del lugar, vecinos de Los Pocitos hacen fila para recibir el almuerzo. Foto: Organización "Un plato caliente"
20 Mayo 2020

La casa en la que viven no tiene contrapiso; está construida sólo con chapas y maderas. Pero todos miércoles, a la hora de la merienda, y los sábados, para el almuerzo, esta familia de un barrio de Los Pocitos -al sur del departamento Tafí Viejo- presta su hogar a grupos de voluntarios para que cocinen para unos 200 vecinos, niños y adultos. Luego, sobre un largo tablón montado en una rudimentaria cancha de fútbol, al lado de la precaria vivienda, todos juntos comparten la comida.

El gesto conmovió a los integrantes de la organización sin fines de lucro “Un plato caliente”, dedicada sobre todo a la entrega de viandas a personas en situación de calle. Por eso, a pesar de la cuarentena por coronavirus y del brote de dengue, decidieron literalmente poner manos a la obra. Y este sábado, por primera vez en los casi tres años que lleva el grupo, sus voluntarios comenzarán a construir una vivienda de materiales sólidos para esta familia, que está integrada por un matrimonio con cuatro niños, y cuyo único ingreso es una pensión por discapacidad.

Exequiel Medina, coordinador de “Un plato caliente”, le contó a LA GACETA que entre los 338 voluntarios del equipo hay un albañil y un arquitecto. Pero invitó a todos los que quieran participar -sobre todo si tienen conocimientos en construcción, aunque no es una condición excluyente- “a aportar su granito de arena”. “Vamos a empezar con el contrapiso. Después haremos las paredes y esperamos terminar la habitación completa cuanto antes, así se mudan allí hasta que finalicemos con la obra. La idea es pasar más adelante a hacer lo mismo con una familia de Alderetes”, afirmó.

El joven de 35 años explicó que en el voluntariado son conscientes de su exposición a posibles contagios de covid-19 o de dengue. “Pero nuestra visión es que si no se hace algo por la gente en situación de calle y por quienes más lo necesitan, el mayor riesgo para ellos no son el coronavirus o el mosquito, sino el hambre y todo lo que eso implica. Si bien tomamos todos los recaudos posibles, porque cada uno tiene su familia, la persona que está en la calle no mira tele, no lee diarios, no tiene internet. Está muy lejana a todo esto de la pandemia. Sería contradictorio para nosotros dejar de ayudarlos, justamente porque son personas que tienen la costumbre de recibir el rechazo de la sociedad. No queremos ser parte de eso. Y sabemos que, lo más factible, es que se terminen enfermando por el hambre”, argumentó Exequiel.

El coordinador de “Un plato caliente” contó que en Los Pocitos apadrinan a un comedor, “Despertando dones”, que fue la manera en la que se dieron con el caso de la familia a la que construirán su vivienda. Además, trabajan con otros merenderos de la Capital (por ejemplo, en Ciudad Oculta y en el hogar “El Cruce”) y de localidades del interior, como San José. Además, tienen programas de acción de reciclado, de alfabetización e incluso una murga. 

El joven explicó que los voluntarios trataron de redoblar esfuerzos por la pandemia. Así, teniendo en cuenta que otras organizaciones similares se vieron obligadas a cambiar los horarios por el aislamiento obligatorio -la mayoría ahora reparte las viandas durante el mediodía-, los integrantes de “Un plato caliente” siguen saliendo por las noches para asistir a personas en situación de calle.

Ahora, entre las precauciones por el virus y el afán por ayudar, comenzarán a construir la primera vivienda. “Lo hacemos sin ayuda estatal, privada y mucho menos de un partido político. Esto sale del bolsillo y de lo que puede poner cada voluntario. Lo lindo de este proyecto, lo que nos enorgullece, es que cuando empezamos algo es para terminalo. Y seguramente para esta familia de Los Pocitos será muy importante”, destacó.

¿Cómo sumarte?

Te podés contactar con los voluntarios de “Un plato caliente” a través de sus páginas de Facebook y de Instagram. Si les escribís un mensaje privado, Exequiel u otro de los coordinadores te contestará a la brevedad. 

CHAPAS Y MADERAS. La vivienda que los voluntarios comenzarán a modificar el sábado. CHAPAS Y MADERAS. La vivienda que los voluntarios comenzarán a modificar el sábado. Foto de
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