El Ojo Crítico: “Penny Dreadful: City of Angels”

El Ojo Crítico: “Penny Dreadful: City of Angels”

Un nuevo ángel exterminador.

SEMBRANDO EL CAOS. Natalie Dormer interpreta varios personajes. SEMBRANDO EL CAOS. Natalie Dormer interpreta varios personajes.

BUENA

SERIE / POR SHOWTIME

Si en su primera encarnación “Penny Dreadful” escarbó el imaginario europeo por medio de fantasmas, hombres lobo, monstruos y vampiros; en esta nueva etapa cambia por completo el eje para sumergirse en el sincretismo fantástico latinoamericano. Allí donde se cruzan la religiosidad importada por los conquistadores y las creencias precolombinas. De uno u otro modo, el tema de “Penny Dreadful” sigue siendo el mismo: el enfrentamiento entre las fuerzas del bien y el mal.

Las redes sociales y los medios se embarcaron en un juego de las diferencias entre Eva Green y Natalie Dormer, una rivalidad trazada a partir de la estética de sus personajes y el poder que transmiten desde la imagen. Porque no hay más puntos de comparación. En la serie original, más allá de la ambigüedad y del tormento al que estaba sometida, Green representaba el fuego capaz de barrer con el mal en todas sus formas. Aquí, Dormer es la perversidad en estado puro, una representación -con múltiples caras- del demonio mismo pisando la Tierra y sembrando el caos a su paso.

“City of angels” hace alusión a Los Ángeles, la ciudad en la que John Logan -creador de la serie- ambienta la historia. Las tensiones se multiplican en un ramillete de arcos argumentales que Logan va uniendo lentamente a medida que pasan los capítulos, sin prisa.

Lewis Michener (Nathan Lane) y Santiago Vega (Daniel Zovatto) conforman una extraña dupla de policías: uno es alcohólico, judío y al borde del retiro. El otro es el primer detective de origen latino en la ciudad. Estamos en la década del 30, un limbo entre guerras marcado por la violencia y los cambios sociales.

El dúo investiga el crimen de una familia. Los cadáveres exhiben llamativas marcas ritualísticas que se remontan a prácticas aztecas. Obvio: la comunidad mexicana queda en la mira. A la vez, Michener sigue la pista de una organización nazi que actúa en las sombras y respalda un candidato títere para la alcaldía. Y Santiago padece el tironeo entre su trabajo y la defensa de su gente -incluida su familia- que es víctima de atropellos y humillaciones propias del más profundo racismo.

Dormer interpreta varios personajes malignos y cizañeros, cada uno dedicado a agitar la discordia y promover conflictos letales. En esos momentos en los que todo se descontrola aparece su contraparte, Santa Muerte (Lorenza Izzo).

De la “Penny Dreadful” anterior sólo sobrevive Rory Kinnear en el reparto. Se suman, entre otros, Kerry Bishé, Michael Gladis, Amy Madigan y Brent Spiner. La serie salta del policial noir a las teorías conspirativas, la denuncia social y el misticismo, en un vaivén que suena excesivo y por momentos la desenfoca. Está varios escalones por debajo de la original, pero de todos modos funciona.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios