Según una encuesta de la Unsta, en Tucumán hay más miedo al dengue que al coronavirus

Según una encuesta de la Unsta, en Tucumán hay más miedo al dengue que al coronavirus

Una maestra cuenta que el 50% de sus alumnos interrumpió sus clases por unos 10 días a causa de que el dengue los afectó a ellos o a sus padres.

LUCHA SIN CUARTEL CONTRA EL DENGUE. La epidemia se encuentra en la cúspide de la curva contagios y se ha cobrado cinco víctimas.  LUCHA SIN CUARTEL CONTRA EL DENGUE. La epidemia se encuentra en la cúspide de la curva contagios y se ha cobrado cinco víctimas.

“No conocemos a nadie con coronavirus, pero con dengue está todo el barrio 11 de Marzo. Solo en mi cuadra hay cuatro familias con enfermos. Mi hijo, de 12 años, ha estado dos días internado y 10 sin poder hacer la tarea de la escuela. Me han dicho que si le vuelve agarrar ya le puede venir más grave, así que lo tengo con Off permanente, la casa está llena de espirales y a la pieza de él la limpio con lavandina y le echo Raid. La verdad es que tenemos mucho miedo y más que al coronavirus”, reconoce Viviana Veliz.

Su temor refleja una tendencia fundada en la creciente epidemia de dengue que azota Tucumán (con más de 3.700 casos y cinco muertos en cinco meses). De esto da cuenta la segunda edición de la encuesta sobre cómo afecta el aislamiento social preventivo y obligatorio realizado por la cátedra de Sociología de la carrera de Psicología de la Unsta. Entre otros temas destaca que el 70% de los consultados se siente más expuesto a la posibilidad de contraer dengue que coronavirus (solo el 55%).

El nivel de preocupación en la población es mayor por la epidemia del virus que transmite el mosquito Aedes aegypti (81%) que por la pandemia extendida en todo el mundo (el 77%). Quizás esto se deba a la cercanía de los casos: la maestra Teresa Porcel cuenta que de 64 alumnos de dos divisiones de 6° grado, de la escuela “Doctor Agustín Justo de la Vega”, donde enseña, la mitad ha debido interrumpir sus clases porque han tenido dengue, ellos o sus madres, que son las que manejan el único celular de la casa (ninguno tiene computadora). “La zona de Villa Alem donde queda mi escuela está llena de infectados. Durante 10 días no pueden conectarse a causa del dengue”, cuenta la seño. “Ya tuve tres alumnos internados en terapia intensiva”.

Como tarea, la señorita Tere les pide a los chicos investigar sobre el mosquito Aedes y las medidas de prevención que se pueden realizar en la casa. La mamá debe ayudarlos a confeccionar un afiche y después graba un video de su hijo dando la lección.

En Lules, donde el virus no da tregua, Nelson Sidan confiesa que el dengue para él es lo más peligroso. “Vi como atacó a mi esposa y dos de mis vecinos estuvieron en terapia intensiva. En la otra cuadra hay una familia con cinco personas con dengue, y en otra con cuatro. Nos encomendamos a todos los santos para que no nos vuelva a dar de nuevo porque dicen que podría ser fatal”, confiesa.

¿Bien informados?

Las campañas de prevención contra las epidemias son grandes, pero llega de diferente manera a la población. Según la encuesta de la Unsta, tomada a 1.200 personas (se informa por separado) el 91% refiere que recibe información sobre covid-19, pero el 20% de ese porcentaje califica “poco útil” lo que recibe y un 9% se siente ya “harto” del tema y no presta atención. Con respecto al dengue, el 88% percibe que se informa sobre la situación, pero el 40% cree que el contenido que se difunde es “muy poco útil” y el 11% señala hartazgo y decisión de no querer ser informado.

“Estos datos también reflejan el estado de situación, ya que en los medios de comunicación copa la atención lo referido a la covid-19, mientras que en lo que respecta a dengue se encuentra en un plano secundario”, observa el profesor Francisco Javier Viejobueno, psicólogo de la Unsta y uno de los autores del trabajo.

La docente Porcel cuenta que en su barrio, de Jujuy al 4000, todos los vecinos sacaron los cacharros a la vereda con la promesa de que la municipalidad los haría sacar. “No vinieron nunca y terminamos pagando un carro para que se los lleve”, cuenta.

Crisis y aislamiento

En otro orden, la encuesta indaga sobre la ayuda recibida por las personas para atenuar los efectos de la cuarentena. El 82% indicó que no recibió ningún tipo de asistencia socio-económica y el 9% dijo que le otorgaron a familiares directos o amigos. De los beneficiados, el 5% percibió una ayuda estatal y el 4% una ayuda de entidades religiosas, ONGs y otro tipo de instituciones.

Si bien el 50% no brindó ningún tipo de ayuda solidaria a otra persona, el 30% asistió socio-económicamente a familiares o amigos que la estaban pasando mal por no poder trabajar. El 26% lo hizo a través de instituciones religiosas, ONGs u otro tipo de instituciones de ayuda mutua. El 4% ayudó a través de organismos estatales. “Observamos un significativo grado de solidaridad, lo cual habla del compromiso de los ciudadanos por sobreponerse a la situación de manera colectiva”, remarcan Viejobueno e Irene María Gutiérrez.

Niveles de afectación

“En relación a la primera encuesta (https://www.lagaceta.com.ar/nota/842326/actualidad/recuperar-hobbies-fortalecer-vinculos-replantearse-objetivos-saldo-positivo-cuarentena.html) se profundizó el nivel de afectación. El 91% se siente afectado psicológica y emocionalmente. “Evidentemente, el encierro no es una situación propia del desarrollo del ser humano ni de la familia. Sus facultades lo habilitan para el ejercicio de la libertad y la vida en sociedad. Por ello hasta que las cosas retornen a lo que debieran ser veremos alterados, reducidos en algunos casos y modificados en otros los mecanismos habituales para la expresión y realización de nuestra existencia y el desarrollo de nuestra integralidad como personas”, reflexiona Viejobueno.

“El encierro no nos quita la libertad, ella no deja de ejercerse por estar confinado en la casa. Pero sí marca nuevas formas de vincularnos con los otros y con nosotros mismos. Plantea maneras distintas de vivir nuestra realidad, un desafío para superar los cuadros de ansiedad o angustia, y las vías de escape a la realidad a través de la TV o el reposo en cama, para seguir funcionando positivamente”, reflexiona.

A su vez, Irene Gutiérrez observa que aumentaron las consultas a psicólogos por temas que tienen como base del problema el consumo excesivo de alcohol. “Pero no consultan directamente por la adicción, sino por otro tema, como la violencia familiar. Pero al indagar aparece el consumo que está naturalizado y que aumenta durante el aislamiento”. Gutiérrez ve en el entorno familiar el escenario donde, por estos días, surge el problema de la adicción, pero también el lugar de donde se deben sacar las herramientas para trabajar el conflicto.

Hubo 1.200 encuestados: estudio de docentes y alumnos de sociología de la carrera de Psicología de la Unsta

La Segunda Encuesta sobre Covid -19 fue realizada de manera conjunta entre los profesores Luis Britos y Francisco Viejobueno y los alumnos de la cátedra de Sociología de la carrera de Psicología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Unsta. Participaron en el análisis de los resultados la licenciada Irene Gutiérrez de la cátedra de Antropología Socio Cultural. El estudio analiza en profundidad sobre las conductas y comportamiento durante la cuarentena iniciada el 20/3/20 con motivo de la pandemia. Fueron consultadas 1.200 personas vía Facebook, mails, Instagram y WhatsApp. El 64% de los encuestados vive en Tucumán, el 20% en Buenos Aires y en resto en otras provincias. La encuesta revela los niveles de afectación que produce el aislamiento social en las personas, en los órdenes laboral, afectivo, familiar, social, psicológico, espiritual y físico. Profundiza temas indagados en la primera encuesta y añade la relación entre dengue y covid -19.

Cómo nos afectó la cuarentena

- El 70% de los encuestados percibe el fin de la cuarentena y de la situación actual como una posibilidad lejana.

- El 91% se siente afectado a nivel psicológico- emocional.  

- El 76% se siente afectado a nivel espiritual.

- El 91% se vio inclinado hacia la creatividad en algun modo.

- El 64% tuvo necesidad de fuga y ruptura de la cuarentena.

- El 27% tuvo deseos de muerte (3% lo pensó seriamente).

- El 83% vivenció sentimientos de angustia.

- El 72% desea de tener algún momento de soledad.

- El 64% tuvo sensación de apatía o desinterés generalizado.

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