Una “cadena de favores” lleva alimentos a precios de costo

Una “cadena de favores” lleva alimentos a precios de costo

El delegado comunal de El Manantial ideó un circuito que ayuda a vecinos y a comercios por igual.

PRECIOS CONVENIENTES. Un cliente compra leche y yogur en uno de los locales comerciales de El Manantial. la gaceta / Foto de José Nuno PRECIOS CONVENIENTES. Un cliente compra leche y yogur en uno de los locales comerciales de El Manantial. la gaceta / Foto de José Nuno

El Manantial es el reino del revés: mientras el dólar sube, en esa comuna rural de 28.000 habitantes, los precios de los comestibles bajan. Pero ningún comerciante pierde, al contrario, ganan más clientela, mientras la gente cuida su bolsillo. Tres ejemplos bastan: un litro de leche cuesta $ 30, un kilo de carne de corte premium $ 190 y un kilo de pan $ 40.

¿Cómo lo logran? Es cuestión de charlarlo. Sí, de conversar y de pactar un precio justo, accesible al vecino y conveniente para el comerciante. Un valor que no obligue a caminar por el barrio buscando precios y mucho menos a tomarse un colectivo rompiendo la cuarentena. En eso pensaba el delegado comunal Juan Carlos Bernard como alternativa a la donación de mercadería, frente a las necesidades sociales cada vez más grandes. Se metió a internet, averiguó costos, conversó con varios emprendedores de la zona hasta que le cayó la manzana (como a Newton) en la cabeza.

“¡Es muy simple y una vez que uno logra hacer el círculo, el sistema funciona solo como una bicicleta” grafica, exultante de alegría y entusiasmo. Cuenta que primero habló con las empresas de alimentos (lácteos, legumbres, carnes y panadería cercanas), consiguió acordar precios muy bajos o al costo, y después llevó la propuesta a los comerciantes de la zona. Hizo una lista de los interesados, actuó de puente para que los negocios chicos pudieran comprar la mercadería a valores inimaginables en el mercado, y, por último, convino un listado precios máximos de venta al público, con el compromiso de los comerciantes de no subirlos.

“Arrancamos hace tres meses con 25 negocios y ahora son más de 80”, cuenta. “El 80% de los comerciantes está adherido a nuestro programa. Con esto conseguimos ayudar a las Pymes, llevar un precio al almacén mejor que el que ofrece el mayorista y entregar un beneficio al vecino, tan golpeado por el aumento de los precios de la leche, el pan y otros productos de primera necesidad”, ilustra.

“El primer acuerdo lo cerramos con Cerros Tucumanos. Conseguimos: yogur de un litro a $ 43, queso cuartirolo, el kilo, a $250 y el kg de dulce de leche a $ 130. Seguimos polenta (Baronesa) que se vende a $ 13 el paquete de 500 gr, y acordamos con un frigorífico para poder vender un kilo de carne a $ 189, y también un kilo de pan a $ 39”, dice.

“Dios me da lo que necesito para vivir. En las crisis hay que ayudar no pensar en ganar plata”, afirma el empresario Andrés Muhic, quien alimentaba a 50 familias hasta que pensó que ayudaría a más personas si vendía al costo y a la vez apoyaba a los negocios chicos. “Somos vecinos, ¿como no vamos a contribuir?”, dice Bernard Vuillermet, dueño de un molino de El Manantial. “Para mí será la oportunidad de reabrir la panadería familiar que había cerrado”, afirma Nazarena Prado que se sumará a fin de mes al programa.

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