DUELO. Olalla intenta dejar en el camino a Vanemerak.
“Es el logro más importante en la historia de Concepción Fútbol Club. A nivel provincial me parece que sólo lo supera lo que hizo Atlético en los últimos años o el 6-1 de San Martín a Boca”. Pedro Olalla no tiene dudas; está convencido de que fue parte de unas las grandes proezas que entregó el fútbol tucumano a lo largo de su historia.
Como el buen vino, que mejora con el paso de los años, “Oso” mira hacia atrás y entiende que el tiempo ayudó a que la participación del “Cuervo” en la liguilla pre Libertadores de 1986 sea mucho más gloriosa hoy.
En aquel tiempo, y producto del siempre firme desorden del fútbol argentino, AFA debió crear ese método de definición al no haber dejado en claro en el reglamento de sus torneos el reparto de cupos para el máximo torneo continental. Argentinos se había consagrado en la edición anterior de la Libertadores y además había gritado campeón en el Nacional de 1985.
Como AFA no sabía qué criterio aplicar para otorgar la tercera plaza (la segunda era de River campeón del Nacional 85/86), creó la inédita competencia que le permitió a Concepción Fútbol Club escribir uno de los mejores pasajes de su historia.
“En 1985 jugamos la final de la Liga Tucumana que otorgaba dos cupos para el Regional. San Martín nos ganó por penales en Monteros una final memorable, pero logramos la clasificación como subcampeones”, recuerda Olalla en diálogo con LG Deportiva, feliz de revivir un momento que lo tiene fresco como si hubiese sucedido apenas ayer.
Ese dolor por caer en el duelo decisivo pasó rápido. Un “Cuervo” tan feroz como lírico, hizo pata ancha en el torneo Regional. En la primera fase eliminó a los pesos pesados de su zona: San Martín, Central Norte de Salta y Gimnasia de Jujuy y fue el único equipo del norte en acceder a la siguiente fase. “Después jugamos con Belgrano y Alianza de Cutral Có y también superamos la fase”, relata “Oso”.
Por aquellos tiempos la “Perla del Sur” parecía ser la capital provincial del fútbol. Ese Concepción FC en el que brillaban Héctor Centeno, Carlos Suárez, Hugo Barrionuevo, Gustavo Bassitta, Francisco Pacheco, José Tártalo y el mismo Olalla, entre otros futbolistas que después alimentaron a los grandes de nuestra provincia, era cosa seria. No se achicaba ante ningún oponente ni en ningún escenario. Por eso cuando Vélez apareció en su camino nadie tembló en el sur.
“Era un equipo de una enorme categoría, con futbolistas que estaban capacitados para jugar en cualquier nivel. Algo que demostraron después. No creo que Concepción pueda volver a tener otro equipo de esa categoría; además, con la mayoría de jugadores tucumanos”, afirma “Oso”.
De acuerdo a lo que reflejaban las páginas deportivas de LA GACETA de aquellos tiempos, daba gusto ver jugar al “Cuervo”. Es por eso que sus límites excedían la ciudad. “Es algo inolvidable para todos nosotros para Concepción y para toda la zona. En aquel momento jugábamos a cancha llena y nos acompañaba gente de Alberdi, de La Cocha, de Trinidad, de Monteros y de casi todo el sur”, asegura Olalla.
Pero el sueño dorado no pudo completarse. En parte por el impacto que generó jugar contra un grande del país para un equipo que sólo usaba el amor propio como combustible. “Yo jugaba y no cobraba. Lo hacía porque me gustaba”, sentencia el goleador, que tras la serie ante la “V” iba a ser transferido a América de Cali. “Cuando me fueron a buscar al hotel, no entendía nada. Fue un sueño”, agrega.
Esa liguilla pre Libertadores se dividía en fases que se disputaban a partidos de ida y vuelta. El primer “chico” contra Vélez se jugó en Octaviano Vera y Shipton y la ilusión se cortó en seco. Un Vélez lleno de figuras ganó 3 a 0 y prácticamente sentenció la llave. “Ese era el partido clave porque nosotros acostumbrábamos a hacernos muy fuertes como locales. Pero los nervios nos traicionaron y, además, la parte física fue determinante. Después de esa derrota es que como que sabíamos que el sueño se había terminado. Era casi un milagro dar vuelta la llave en Buenos Aires”, sentencia el punta.
Y no hubo lugar para la hazaña. Pese a eso en Concepción nadie perdía las esperanzas de seguir en carrera por el último cupo para llegar a la Copa. Pero eso se esfumó en el “José Amalfitani”. “Allá jugamos mejor, pero perdimos 2 a 1”, concluye “Oso”, que terminó ese duelo con el tabique fracturado.
Más allá del golpe que significó la eliminación, nada puede opacar una campaña heroica. En aquel tiempo, Concepción Fútbol Club demostró su grandeza y defendió con honor los intereses del fútbol tucumano. Sí, un “Cuervo” implacable que estuvo cerca de lograr un verdadero hito.








