Patricio García: “la naturaleza reacciona contra el reguetón”

Patricio García: “la naturaleza reacciona contra el reguetón”

El cineasta anuncia que abandona la producción audiovisual y critica el opio de las series. Con racha compositiva, en su último simple cambia el estilo.

EN LA CASA. Patricio García no extraña el afuera, recorre su terraza y tiene un pequeño estudio de grabación. EN LA CASA. Patricio García no extraña el afuera, recorre su terraza y tiene un pequeño estudio de grabación.

Músico, multiinstrumentista y cineasta, Patricio García admite que se le ha dado una “racha compositiva muy buena”. A pesar de que no encontró más tiempo libre que antes, la cuarentena le está siendo provechosa. “Me encanta cuando pasa, prácticamente todos mis intentos creativos están siendo fecundos y en estas semanas he compuesto muchísimo”, reconoce.

García ve pasar la vida por el balcón de un sexto piso en Barrio Norte. Fue uno de los fundadores del pop indie tucumano en la segunda mitad de la década del 90, con el grupo Los Chicles. Creador de películas como “Socket” (se proyectó en Cannes, en 2008), “Karaoke” (2006), “Ruido marrón” (2006) y “This is gasworks” (2008), también es corresponsable (junto a Rosalba Mirabella) de las dos temporadas de la serie “Muñecos del destino”, telenovela que se vio en Canal 10 y la Televisión Pública.

Algunas de sus producciones integran lo que se denomina falso documental: “siempre me llamó la atención esa mezcla de mentira y verdad, útil para juegos y diversión”, describe.

Con “Monotone talk” se propuso romper con todas las convenciones: forma parte del proyecto “Listen in awe”. “Construí este nuevo material sobre samples de discursos políticos, religiosos y mediáticos conservadores, que me suenan sumamente vacíos y monótonos. Quise convertirlos en música para darles algún sentido”, describe y le explica a LA GACETA qué voces se escuchaban allí. Cierta vez le pregunté sobre su estudio de grabación y me respondió con fotos de un pequeñisimo cuarto de servicio, con su teclado y computadoras.

En la comunidad artística nadie lo desconoce, saben de su talento, pero no pocos critican sus radicales críticas al sistema. Acaba de publicar “Este lugar”.

- ¿Qué recomendarías a tus colegas, qué deben escuchar o ver antes de desaparecer?

- Les recomendaría que no vean, más bien. Que apaguen la tele, que abandonen la desinformación de los noticieros y el opio de las series aquellos que no lo hayan hecho. Es una oportunidad ideal para vivir un poco como en el siglo XIX. También le diría a la gente que pare de escuchar reguetón, lo que vivimos es sin duda la naturaleza reaccionando al reguetón con la que se la ha venido atacando sin piedad.

- ¿El coronavirus te movió el piso profesionalmente? Pensaste, si mañana no estás, ¿me olvidé de hacer esto o aquello?

- No, para mí es una crisis, más en una existencia que es una crisis tras otra desde hace años. Espero fervientemente que esto ponga en jaque al sistema capitalista como dice (el filósofo esloveno) Slavoj Zizek y no lo contrario. Espero también que pase rápido porque hay mucha gente pasándola mal, que necesita el contacto social para comer y que no tiene una casa dondel quedarse. Finalmente le pido al sistema educativo que pare la mano porque los padres estamos haciendo nuestro trabajo y el trabajo de la escuela al mismo tiempo y es una carga tremenda; te aseguro que quienes tenemos hijos no nos estamos aburriendo en lo más mínimo.

- ¿Cambiaste tu estilo o reflexionaste sobre si tu camino podía ser otro?

- Ya estaba en medio de ese proceso antes de esta situación. Había decidido simplificar mi música y hacerla mas accesible y emocional, menos cerebral. Un amigo me dijo que mi último disco es una obra para la historia, pero no para la gente, y es la definición mas acertada de lo que he hecho. Ahora necesito un repertorio para la gente; hace una semana publiqué mi primer sencillo de esa etapa y es sumamente simple, solo piano y voz, y apunta a hacer una conexión emocional inmediata. También estoy explorando como nunca antes la cuestión del ritmo.

- Cuando se escucha “Monotone talk” (2018) se piensa en el pop psicodélico, en la contracultura o en el post punk de los 70.

- No he podido desoír esas influencias. Pero bueno, lo estoy dejando atrás. Mi nuevo repertorio va a ser sumamente minimal y rítmico. Era parte de un proyecto “Listen in awe”, en el que mi música fue frondosa, llena de pequeños detalles, conformada por decenas de pistas y montones de arreglos. Ahora la idea es mantener la instrumentación y la ornamentación al mínimo. “Que se pudra Tucumán” es de Los Chicles y ahora la trabajé en una nueva versión.

- Grandes revoluciones, por así decirlo, marcan profundamente nuestra vida.

- Creo que mas adelante voy a ser capaz de evaluar cómo me afectó eso personalmente más allá de la cuestión económica, que claramente nos está golpeando a la mayoría.

- Algo importante está faltando y es el cine.

- Doy por terminado mi trabajo audiovisual. Cuando empecé me parecía una buena salida laboral, algo a lo que podía dedicarme. La experiencia me ha mostrado que es inviable como salida laboral, es una carrera de demasiados sacrificios, pocas satisfacciones y que no me ha permitido ninguna continuidad laboral. Por otra parte, la narración audiovisual ya no me dice nada. El año pasado hice por puro placer una serie en la que la imagen y el sonido son abstractos y no narran nada, no están contaminados por el tedio de las relaciones humanas (“He hour of junk”). Y eso será lo último que habré hecho como una especie de declaración de principios.

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