Peleas entre hermanos: ¿cómo hay que resolverlas?

Peleas entre hermanos: ¿cómo hay que resolverlas?

Psicólogos recomiendan que, al surgir conflictos entre nuestros hijos, es bueno convertirnos en mediadores y crear contratos de convivencia.

DESACUERDOS. Los adultos deben intervenir, alternarse en la tarea de resolver conflictos, y dar el ejemplo. DESACUERDOS. Los adultos deben intervenir, alternarse en la tarea de resolver conflictos, y dar el ejemplo.

Tras 28 días de aislamiento social obligatorio, la convivencia en familia puede volverse un poco complicada. El malestar a veces presente en los habitantes del hogar, al encontrarse con el descontento de otra persona, puede generar situaciones angustiantes. Sobre todo en los niños, quienes por lo general más anhelan volver a su rutina.

“La situación de dos niños peleando se puede comparar con la de dos personas que hablan lenguas distintas. Ambos conversan y escuchan, pero aun así no se entienden y necesitan un traductor que sepa ambas lenguas. Este es el rol que cumplen los padres”, relaciona el psicólogo Gonzalo Guerrero.

El profesional insiste en que la persona que intervenga en una pelea tiene que hacerlo para mediar y buscar una solución que no solo sirva en el momento, sino que también enseñe a resolver conflictos en el futuro. “Con estas pequeñas peleas se empieza a formar un adulto que enfrentará sus desacuerdos de manera violenta, sumisa u optará por la plática”, añade.

Guerrero recomienda la intervención de los padres sólo cuando sea necesaria, ya que la relación fraternal esta cargada de códigos. “¿Cuántas veces hicimos algo con nuestros hermanos sin que se enteren los padres? Al mismo tiempo, esta persona que es mi cómplice es la primera que suele generarme celos”, comenta.

Cuando un adulto considere necesario intervenir es recomendable que no siempre lo haga la misma persona. “Si los chicos viven con ambos padres, tienen que compartir la tarea entre los dos. Al intervenir solamente uno de ellos puede asociarsele la imagen de juez. Es necesario la alusión a un adulto que escucha, comprende y permite que el diálogo fluya”, informa el profesional.

Resolución de conflictos

En el mundo de la psicología hay muchas técnicas abocadas a la resolución de conflictos. Sin embargo, no siempre logran su cometido. Guerrero recomienda que las personas intenten resolver sus problemas a mediano plazo.

“Un conflicto entre hermanos es como una montaña rusa: comenzamos a subir y llegamos a un auge que se hace más bullicioso. Ahí es cuando los padres suelen darse cuenta del problema. La montaña rusa llega a su cúspide y, como toda conducta humana, si le damos un tiempo mayor o menor, va a tender a bajar. Es necesario intervenir para que este se dé lo más rápido posible y con menores daños para los involucrados”, explica.

El psicólogo recomienda que cada miembro del hogar tenga un lugar físico para sentirse tranquilo y pensar. “Los padres mediadores deben coordinar y establecer tiempos de palabra para que hablen todos. Es bueno escribir las conclusiones y los compromisos. Se puede crear un contrato de convivencia que se revise periódicamente para saber si lo cumplieron o debe flexibilizarse”, agrega.

Con esta actividad asegura que el conflicto irá quedando atrás. “Aunque pareciera que los interlocutores siguen hablando idiomas diferentes, en realidad empiezan a escucharse y a generar canales de diálogo (que no necesariamente deben ir por lo verbal) con mayor entendimiento”, añade. Con estos acuerdos el padre se quita la imagen de juez. Ahora, el que va a juzgar el comportamiento de cada integrante de la casa va a ser el contrato de convivencia que fue aceptado por todos.

Mucha energía

La cuarentena modificó la rutina y los hábitos de gran parte de los tucumanos sin estar preparados. “Esto genera en los niños incertidumbre, frustración y aburrimiento. Para evitar estas sensaciones hay que generar una nueva rutina en la casa y ayudarlos a comprender la situación actual”, recomienda la psicóloga Julieta Naval.

“Hay niños con padres separados que cuando cambian de espacio no entienden porque no hay nadie afuera. Muchos no ven a sus abuelos y eso les afecta. Escucho seguido que las exigencias de los maestros con la tarea también se intensificó. Es importante que los padres organicen el cronograma diario de los niños para evitar que se frustren”, agrega.

La profesional recalca que es importante que los adultos sean un “ejemplo” porque los más pequeños tienden a imitarlos: “los hermanos, por lo general, se pelean y lo importante es la función del adulto. Hay niños con mucha energía y que necesitan descargarla de alguna forma. Varios tenían actividades extras que ahora tuvieron que suspenderse”.

Naval da como ejemplo las peleas que surgen a causa de la tecnología. “Con la tablet, la computadora o las consolas deben establecerse tiempos de uso. Recomiendo que los padres estén atentos a lo que ven los niños. Tengo muchas consultas -cuenta- en que ellos notan a sus hijos enojados o agresivos. Y a veces es porque imitan a la gente que ven en internet. Hay mensajes que no son para ellos”.

“Es bueno que los chicos realicen otras actividades para descargar su energía. Si extrañan a los amigos podemos ver de hacer videollamadas. Es bueno enseñarles que lo que estamos haciendo en casa es muy importante”, concluye la psicóloga.

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