Otro drama adolescente lleno de clichés

Otro drama adolescente lleno de clichés

"Outer banks"

JÓVENES, LINDOS... Y ABURRIDOS. En “Outer Banks” nada sorprende. Y amenazan con otra temporada. JÓVENES, LINDOS... Y ABURRIDOS. En “Outer Banks” nada sorprende. Y amenazan con otra temporada.

Mala

Serie / por Netflix

Cliché 1: ricos vs pobres.

Cliché 2: un tesoro escondido en una isla y una serie de pistas para encontrarlo.

Cliché 3: un joven pobre y huérfano y una joven rica se enamoran.

La lista podría seguir, incluso sin hacer muchos spoilers. No es nada que no hayamos visto antes. Adolescentes envueltos en una búsqueda llena de intriga, atravesados por el amor, los conflictos familiares y la amistad. Diálogos que ya hemos escuchado repetidos miles de veces. Personajes que no tienen ninguna escapatoria fuera de sus estereotipos: El bueno siempre bueno, el malo siempre malo. Alguna que otra “sorpresa” de la trama que ya hemos visto tanto que la adivinamos mucho antes de que sea revelada. ¿Por qué entonces “Outer Banks” está entre las series más vistas de Netflix?

El título corresponde al nombre del banco de islas de la costa de Carolina del Norte (Estados Unidos), donde las diferencias sociales están marcadas por los que pasan el verano en sus lujosas mansiones y los lugareños que intentan subsistir con las ganancias del período estival. En este contexto (con la voz en off del protagonista para explicarnos, por si no lo tenemos claro), están los “Pogues” y los “Kook”, términos empleados para hablar de los pobres y los ricos de la isla.

Un grupo de amigos, todos en sus 16 años y compuesto por John B (Chase Stokes), Pope (Jonathan Daviss), Kiara (Madison Bailey) y JJ (Rudy Pankow) da con la pista de un tesoro, vinculado con la desaparición del padre de uno de ellos. Todo esto mezclado, por supuesto, con romances prohibidos y el creciente conflicto entre las clases sociales. Sí, la nueva serie de Netflix tiene los ingredientes por excelencia que coinciden con los éxitos para adolescentes.

Un mar de referencias

La comparan con “The OC”, “Riverdale”, “One Tree Hill” y “Gossip Girl”, y si bien es cierto que mucho del drama y de la sobreactuación están allí, no tiene el encanto de sus predecesoras. Mucho menos el de contemporáneas como “Stranger Things”, “Esta mierda me supera”, “The End of the F***ing World” o “Sex Education”, todas apuestas actuales de Netflix, que sabe que tiene en el público juvenil a su audiencia más fiel.

¿Qué es lo que no funciona?. Para empezar, a lo largo de los 10 episodios de una hora que constituyen la primera temporada, los protagonistas no consiguen ninguna empatía con el espectador. Cuando entran en juego el naufragio ocurrido hace un siglo, un tesoro perdido, narcotraficantes, asesinos a sueldo y, sobre todo, las muchas y necesarias coincidencias para que la trama avance, todo se vuelve inverosímil, hasta ridículo. ¿Por qué entonces muchos de nosotros la seguiremos viendo hasta el final?

Aunque la receta falle, los ingredientes están y el misterio que va revelándose en cada capítulo nos atrapa en una red de pistas que empiezan a encajar. Y claro, el romance de verano… Ese amor eterno declarado en un día al conocer a tu media naranja.

La serie fue estrenada el 15 de abril, en los días de encierro, cuando las vistas de islas paradisíacas tienen su encanto. Y aunque el final queda abierto para una segunda temporada, veremos si “Outer Banks” consigue sobrevivir. Hay islas más hermosas para visitar.

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