Prevención íntima: cómo limpiar los juguetes sexuales

Prevención íntima: cómo limpiar los juguetes sexuales

Con respecto al sexo, la higiene personal es fundamental. Y más ahora que las medidas sanitarias debieron triplicarse

Tras la conmoción que generó alrededor del mundo la propagación del covid-19, la higiene se convirtió en una necesidad esencial para evitar nuevos contagios. La cuestión va más allá del acopio de alcohol en gel y, dentro del ámbito sexual, merece un capítulo aparte.

“Con la preocupación por el coronavirus el cuidado corporal adquiere un nuevo enfoque. Pese a no ser una enfermedad de transmisión sexual, muchas parejas se sienten reticentes a acostarse sin antes chequear la limpieza de las manos. En su punto máximo, esto también lleva a evitar el sexo o a minimizar los intercambios de fluidos genitales”, explica la sexóloga Constanza Escalante conciente de que la época de los besos con intercambio de saliva por litro quedaron atrás.

Entre las preguntas que se activan en su consultorio (ahora reducido a la asistencia virtual), existe un tema que volvió a tomar protagonismo: el cuidado de los sextoys. Un nicho que se maneja entre el deseo y la verguenza (innecesaria) en dosis igualitarias.

Solos o en pareja, la limpieza de estos juguetes es fundamental para evitar infecciones o que patógenos externos ingresen a nuestro organismo. “Los pasos son sencillos y te aportan mayor seguridad en el disfrute. Basta apenas con colocar en la superficie del producto un poco de jabón de pan o de tocador, y luego limpiar el excedente con agua”, especifica Constanza.

El guardado es otro elemento clave. Además de bajo siete llaves u oculto en el cajón de las medias, los artilugios XXX siempre deben almacenarse en sus respectivas cajas. Esto evitará que haya un contacto directo con las bacterias del ambiente. Y si, en los tiempos que corren: mejor prevenir que lamentar.

“El secado debe realizarse con una servilleta de papel o una toalla que no desprenda pelusas. Lo importante es guardar el dildo, las bolas chinas o el expansor cuando esté bien seco. Con la mayoría de los juguetes vibradores viene un papelito rectangular blanco. Ahí adentro es donde se colocan las pilas. Estas deben quitarse al acabar la ronda erótica”, agrega la sexóloga María Victoria Puertas.

Otra de las dudas es sobre el uso de preservativo. Muchos profesionales recomiendan sumarlo a la autoestimulación si los juguetes son compartidos con alguien más. “En la misma línea, para pasar del sexo anal al vaginal -o viceversa- hay que utilizar condón o campo de látex. Y al sumarle sextoys es aún más indispensable al realizar un intercambio”, comenta Constanza.

After party

Lo que para muchos es descrito como el clima postcoito ideal (una siesta, semidesnudos, con un menú de comida rápida y aire acondicionado) puede interferir en parte con la correcta higiene de las zonas íntimas.

“En realidad, al ‘acabar’ lo que deberíamos hacer es levantarnos e higienizarnos con agua y con jabón. Se trata de una limpieza sencilla, nada de refregarse dos o tres veces -detalla Victoria-. En el caso del pene, hay que bajar el prepucio y limpiar el sector circundante y el frenillo. En las mujeres, lo mejor es abrir un poco los labios vaginales”.

Otro consejo aftersex es evitar las “duchas vaginales” y -de no tener patologías que impliquen secreciones intensas o pérdida de orina- los protectores diarios. “La vulva tiene su propio ecosistema equilibrado y hay que respetarlo. Si nos limpiamos con toallitas húmedas, cremas o agregamos perfume estamos perturbando a los organismos que viven ahí y a su mecanismo defensivo”, destaca la profesional en Sexualidad.

Primero, al baño

Puede sonar un tanto extraño. Sin fetiches de por medio, previo a mantener relaciones sexuales nuestra orina es un elemento extra de cuidado. “45 minutos antes de tener sexo es el tiempo que se calcula para que, haciendo pis, expulsemos de la uretra los elementos bacterianos… aunque la cosa tampoco es salir corriendo al baño mientras miramos el reloj”, expresa divertida Victoria.

Yendo a un plano de gustos y de estereotipos, la sugerencia final de la especialista pasa por otro lado peculiar. Es el quinto día de cuarentena, estás encendida y querés cortar con la rutina de series y la ropa de entrecasa. ¿Es preferible sentirse sexy con un babydoll de encaje asfixiante o estar cómoda en pantuflas y top deportivo?

La respuesta es ambas, claro que con una excepción clave para la estación del año que atravesamos. Está comprobado que las ligas y la lencería de tejidos sintéticos y de látex encienden el termostato pero, antes que las ardientes llamas de la pasión, es preferible la salud.

“Olvidándonos de las noches hot la mejor alternativa para los días de calor es usar ropa interior de algodón o de materiales naturales. El uso constante de fibras que impiden una correcta ventilación o aprietan demasiado nos lleva a mayores dosis de transpiración”, enfatiza Constanza. En su lugar, la psicóloga propone una idea divertida: dejar de usar ropa interior, sin avisarle a nadie.

“Pícaro, osado y beneficioso para el aburrimiento. En las previas esto causa mucha sorpresa en las parejas porque desactiva la rutina. Hay que aceptarlo, hay casos en que el programa sexual es tan conocido que sabemos que prenda van a quitar primero. La sugestión hace maravillas en el sexo, y que nuestro amante sepa que estamos dispuestas a ser atrevidas suma muchos puntos”, finaliza.

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