
EN MANHATTAN. Estatua de Atlas, el joven titán que según la mitología griega fue condenado por Zeus, a cargar sobre sus hombros al Cielo. Se encuentra en El Rockefeller Center de Nueva York.

Por Regina Martínez Riekes, asesora financiera.-
El Mundo tiene miedo del propio miedo
Se inauguró el mercado bajista, luego de caer 20% promedio los principales índices bursátiles. La novedad esta vez, es la velocidad. En tan solo 20 días, el sentimiento negativo se apoderó de los mercados. “Es lógico que así sea. Hoy todos los movimientos se aceleran. Las subas y bajas son más exageradas, porque la operatoria es menos manual y más automatizada”. Sostiene, desde Rosario, este operador de derivados financieros. Resulta cada vez más lejana la imagen de Jordan Belfort. El “Lobo de Wall Street” manejaba una oficina de operadores, que cargaban órdenes desde sus teléfonos fijos. La tendencia hoy es utilizar inteligencia artificial, big data y toda la tecnología disponible para desarrollar algoritmos de ejecución automática. El mundo se enfrenta a lo desconocido. No solo es un virus. Es la parálisis global en una economía híper conectada, con hasta hace poco, libertad en el flujo de información, personas, mercadería y dinero.
El Mercado bajista llegó para quedarse
EEUU acumula 128 meses ininterrumpidos de crecimiento, exhibiendo de esta forma la fase expansiva de mayor duración en su historia. Las tasas de interés, negativas en términos reales, explican que los estímulos monetarios poco puedan hacer para incentivar esta economía. Para poner en cifras, el jueves pasado la Reserva Federal (FED), buscando garantizar liquidez, inyectó U$S 500.000 millones en préstamos a corto plazo. Ese monto, equivalente a un PBI de Argentina, fue absorbido por el mercado en tal solo dos horas. La FED ya tiene la experiencia previa de 2008, cuando siguiendo la teoría económica a rajatabla, decidió castigar a quienes apostaban por la teoría del “Demasiado grande para caer” y suponían que el mundo no dejaría sólo al gigante Lehman Brothers. La historia ya la conocemos. Esa decisión le costó a la economía mundial enfrentarse a la mayor crisis financiera, superando a la Gran Depresión de los años 30.
Guerra del Petróleo
“El problema aquí es gravísimo. No tenemos dimensión de la escalada del conflicto OPEP- Rusia. Imaginate vos que el break even (precio de equilibrio) para Arabia Saudita es de tan solo U$S 5”, afirma quien maneja carteras en Argentina por U$S 6.000 millones. El valor del crudo acumula un retroceso del 50% en los primeros 80 días del año, ubicándose apenas por arriba de los U$S 30. Ello explica la destrucción aberrante de valor observada en el último tiempo. A estos niveles, todas las explotaciones de gas no convencional (shale) se tornan inviables. La Argentina y los Estados Unidos concentran aproximadamente el 30% del potencial de oferta en este segmento. Por supuesto, la dependencia del país del norte es muy diferente a la nuestra, donde quizás toda la esperanza, estaba concentrada en el yacimiento de Vaca Muerta.
Argentina y el futuro en manos de Goose-Man
“Es sabido que en Wall Street no cae bien Martín Guzmán. No se lo ‘bancan’ demasiado. Tan es así que le hacen bullying y le dicen ‘Goose Man’ (hombre ganso en inglés)”. Publica en twitter el periodista Leandro Gabin. ¿Es real esta afirmación? ¿Debería preocuparnos?“Riekes, no somos tan importantes. Ahora pregunto, pero dudo que nos tengan en cuenta”, responde ante la consulta un portfolio manager desde sus oficinas con vistas al hermosísimo Bryant Park, en Manhattan. Aunque duela asumirlo, con los problemas que enfrenta el mundo, ¿qué relevancia podría tener Argentina, equivalente al 0,5% del PBI global? En el actual contexto, el ministro Guzmán anunció la postergación de la oferta de canje de deuda prevista para esta semana. “Si yo fuera portfolio manager, no entraría a ningún canje. La única razón de aceptar con quita un nuevo bono, es que éstos tengan liquidez. Hoy, ¿quién te va a comprar riesgo argentino? Para eso me siento, espero y negocio con el próximo gobierno”, proponen desde un café situado en el Bajo Porteño. Los inversores extranjeros, con un porcentaje muy bajo de sus activos en Argentina, podrían darse ese lujo. Distinto es el caso de inversores locales, fondos, cías de seguro y bancos. Desde hace años son obligados por el Estado a invertir dentro del país. La línea es delgada. Las autoridades gubernamentales, mientras tengan cerrados los mercados internacionales, deberán mantener una cordial relación con ellos, única fuente de financiación por ahora viable.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
El mundo está enfrentando una pandemia sin precedentes en el siglo XXI. A nivel sanitario, los sistemas están colapsados. A nivel económico, el cierre de fronteras y las conexiones, lleva a un corte de las cadenas de suministro, que rápidamente provocará paralización de la cadena de pagos. Se vendrá probablemente, una ola de masiva de quiebras. A nivel local, el nerviosismo se percibe en todas partes. El sector privado siente la opresión de un Estado omnipresente, socio en las ganancias, pero jamás en las pérdidas. De distintos sectores convocan hace un tiempo la “rebelión fiscal”, “rebelión productiva”, rebelión …¿de Atlas? El libro publicado en 1957, relata un supuesto levantamiento de grandes empresarios contra el gobierno. En palabras de Ayn Rand, autora de la novela: “Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodillas doblándose, con sus brazos temblando, pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus hombros, ¿qué le diría usted que hiciese? [...] Que se rebele”.







