Cartas de lectores

- Inseguridad I

¿Qué está pasando en Tucumán con la inseguridad? ¿Qué espera el Gobierno para dar fin a estas aberraciones que ocurren a cada rato en nuestras calles, segando las vidas de nuestra juventud inocente? Necesitamos mano dura contra estos delincuentes que actúan con total impunidad. Es el colmo. Hace días un chico de 21 años, ahora Facundo Fabersani, de 23, y se sigue matando a sangre fría en la vía pública. ¿Qué les pasa a los señores funcionarios? Esto es gravísimo. Urgente necesitamos que intervengan, nos están aniquilando. Tucumán se está transformando en un cementerio. No tenemos autoridad, a nadie le importa nada, somos una provincia sin timón.

Daniel Leccese


- Inseguridad II

Sepan disculpar el título de mi carta, pero creo que es el que mejor representa lo que se vive en nuestra amada provincia respecto de la violencia generalizada, civil y también institucional, que sumerge la vida de los comprovincianos en un caos como el que viven los ciudadanos de la ciudad Gótica de Batman, donde nadie está seguro a pesar de la presencia del héroe de capa negra. La diferencia sustancial es que aquí los crímenes son reales, las personas mueren a diario, y hay una paranoia respecto de la inseguridad que nadie puede contradecir ni, por el momento, contrarrestar. Como padre de hijos adolescentes comparto la angustia de todos, y muy especialmente de los que ya sufrieron la pérdida de algún familiar directo a manos de la delincuencia y de la injusticia imperante, que lejos de resguardar la seguridad y patrimonio de los buenos, se asegura de dejar libres a los que delinquen contra sus semejantes. Urge recomponer la Justicia, la protección integral de los individuos y la familia, para que Tucumán vuelva a ser el Jardín de la República, y no el paraíso de los emuladores de la delincuencia de aquella obscura y tenebrosa ciudad Gótica.

Juan Romero


- Alderetes

Hace días escucho, veo y leo respecto del dengue, del coronavirus y demás enfermedades. Pero parece que en Alderetes no existen preocupaciones. A diario transito por esta ciudad para visitar familia y sólo veo desidia y falta de atención de las autoridades. Desde hace más de dos  años que en el puente de Ayacucho y calle 12 de Octubre se observa un basural a cielo abierto y un caño de alta presión de agua potable dañado que derrocha litros de agua por día. Se encuentra “arreglado” con trapos que los vecinos pusieron, pero la pérdida se mantiene. También hay agua  estancada en Bartolomé Mitre y Chacabuco, un basural en la plaza ubicada entre Bartolomé Mitre, Chacabuco y Almafuerte. Solicito a las autoridades municipales y a la SAT que reparen y erradiquen estos  basurales y pérdidas de agua ya que en breve comienzan las clases. Todos los lugares mencionados son de tránsito para las escuelas Federalismo  Argentino, Divino Niño, Instituto Rivadavia y otras instituciones.

Matías Frías Peinado


- Tristeza

Es una inmensa tristeza pensar en los años que hemos desperdiciado. Desde el principio, siempre hemos tenido cosas que con el tiempo, lo lamentamos. Durante años, poco a poco, hemos ido perdiendo la fe y confianza en los que hemos puesto en el Gobierno. Entonces, pensamos que somos masoquistas. Solamente es culpa nuestra y no podemos descargarla en otras personas, grupos o elites. Desde que comenzamos la vida laboral, hemos cumplido con las leyes. Pero cuando nos decían “sólo puedo pagar en negro”, pensábamos que “de aquí a que lleguemos a 30 años de aportes, falta tantísimo tiempo”, y aceptábamos. La urgencia de procurar un ingreso nos presionaba. Sabíamos lo mal que hacíamos, pero “la necesidad tiene cara de hereje”. Pero cuando menos lo esperamos, los años nos estaban “golpeando” a la puerta. Ahí nos damos cuenta de que rápido se va la vida. En el momento de recibir las “migajas” que nos tira el administrador de nuestros fondos, levantamos presión. Es que han creído que ese dinero lo deben invertir en cosas productivas. Entonces, compran computadoras para regalar, sacan dinero para asignaciones para los hijos, quienes no han cumplido con las leyes, también reciben una jubilación. ¿Se la merecen? Por supuesto, pero que no salga de los dineros privados. Los políticos se asignaron sueldos de privilegio por ¿trabajar? cuatro días por mes. Que empiecen a separar lo que es una dádiva de lo que es un derecho. Hemos aportado, hemos juntado nuestros ahorros y se lo gastaron, como se han gastado todo lo que han tenido a mano. Pero eso fue ¿un robo? Ni más ni menos.

Norma Susana Munilla


- Modernos sofistas

Nací en 1947, estudié los ciclos primario y secundario en escuelas públicas y el universitario en una universidad privada. Con todos estoy muy conforme. Maestros y profesores sabían todo lo que enseñaban y enseñaban todo lo que sabían. Enseñaban mucho y bien. La palabra era sagrada, aún en la actividad comercial. Hoy,  jubilado como docente nacional, todavía puedo distinguir la verdad de la mentira, gracias a Dios. Los grandes paradigmas y los mandatos bíblicos, las palabras sacramentales, etcétera, han sido reemplazados por eufemismos que parecen encerrar verdades pero contradicen a los primeros principios, a la esencia de la verdad, justicia y sabiduría. Hoy la misma cosa es y no es al mismo tiempo, dando por tierra con el principio lógico de no contradicción: inclusión es tenida hoy como movilidad social ascendente y se olvidan que: “...con el sudor de tu frente ganarás el pan...”. La deslealtad del patrón, con la anuencia del Gobierno no es otra cosa que el vil engaño y transgresión a este mandato. Allí reside gran parte, cuando no todo, el gran engaño público en el que fue transformándose nuestra realidad sensible en la que debe imperar la verdad verdadera, esa verdad tal cual es, no crasa sin ningún tipo de consideración mental. Ya no es más la verdad del carpintero. El hombre se olvidó de ella. Los modernos sofistas se han encargado, con particular semántica y sintaxis, de presentarnos una realidad que realmente no es más que el mito de las cavernas: cuando maestros, médicos, obreros, empleados, etcétera reclaman una contrapartida justa por el trabajo que entregan se los envía al mundo platónico de las ideas , de los modelos eternos, pero cuando deben realizar efectivamente el trabajo deben hacerlo en el mundo de la realidad sensible. Mucho puede comentarse sobre el particular pero para no molestar su atención le envío estas breves consideraciones, fruto de mi observación de la realidad actual que cada vez me convencen más que no estoy viviendo, sino apenas permaneciendo.

José René Iovane

Pasaje Enzo Bordabehere 84

San Miguel de Tucumán


- Coronavirus

Cuando el mundo empezó a alarmarse con el corona virus, miles de bromas llenaron nuestros celulares. En en medio de ellos circulaba información seria, y empezamos mirar de reojo a los orientales, a descartar todo lo “Made in China” y a eliminar todo lo procedente de ese país, especialmente los productos alimenticios. Esto no es una película de terror, es real y si nadie lo puede controlar, entonces a rezar para que Dios nos proteja.

Francisco Amable Díaz
[email protected]


- Construir puentes

Es hora de construir puentes y demoler los muros que nos separan, expresarnos libremente, opinar, discrepar o apoyar los puntos de vista del otro, sin intención de imponer o manipular. Esto implica una interacción, una escucha en termino de igualdad. Es preciso dialogar y para que esto exista un factor esencial es el respeto por las diferencias; si reconocemos y aceptamos que somos diferentes podremos construir puentes que superen las eternas “grietas” que nos separan creando entre todos una patriótica realidad que nos abra las puertas a la cooperación, nos lleve al encuentro de la solidaridad y la colaboración en una relación de tolerancia y respeto mutuo, reconociendo al otro como una persona válida que merece respeto, es decir tomando en serio al otro; lo que siente, piensa, vive y dice. El respeto por la diferencia implica respetar la libertad de cada uno. Cuando practicamos el paradigma “veo al otro y lo acepto tal como es” conectamos con la empatía, podemos construir puentes y derribar muros. No más francotiradores en contra de la hermandad y la paz; unirnos es la gran empresa para que nuestra Argentina pueda contemplar ese nuevo amanecer que se merece, donde exista ese punto en común donde encontrarnos todos, dentro del marco de diferencias y del discernimiento de nuestros propósitos comunes. La reconciliación va íntimamente ligada a la verdad y es sobre ambas que debemos construir nuestra historia. Argentina ya a sufrido mucho, es duro estar recordando momentos de angustia y de dolor, pero hay que tener valor para aceptarlo, asumirlo y sólo así redimirnos. Para lograrlo la humildad debe ser el valor fundamental. A nadie le gusta tratar con egomaníacos, esas personas que se ven a sí mismas mejores que las demás o por encima de las reglas. Quienes abrazan la humildad en su trato con los demás crean un clima de confianza mutua y respeto. Mantenernos humildes hará que dejemos de tomar a nuestra patria como territorio en disputa y todos podremos ayudar a levantarnos, tener el coraje de jugarnos por nuestros sueños, sin recrearnos en nuestra desgracia.

Pablo Giunta

Jujuy 575 - San Miguel de Tucumán


Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected],  consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios