Por Magena Valentié
12 Febrero 2020
ESTUDIO. Disciplina, límites y armonía son los pilares para conseguir el hábito de estudio, dice una experta. PRENSA MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Terminaron las vacaciones y a estas horas los docentes ya comienzan a imaginarse cómo serán los cursos en los que tendrán que enseñar. Pero atención, que todavía falta que rindan unos 70.000 alumnos secundarios (el 45% del total de la matrícula de ese nivel). Las asignaturas que más se adeudan siguen siendo Matemática, Lengua, Literatura, Lengua Extranjera, Física, Química, Historia y Biología, es decir, las que requieren más estudio y concentración.
Sin embargo, hay algo que va cambiando, y es - según el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer- la calidad educativa en las escuelas de Tucumán. Asegura, “en base a proyecciones estadísticas, que a partir de la implementación de las clases de apoyo gratuitas, en 2017 (ver nota aparte), y de los programas para abordar distintas asignaturas con las que tenemos un desafío por delante, logramos reducir la repitencia en un 3,5%”. Además sostiene que “más de la mitad de los estudiantes (55%) del nivel secundario culminan las mesas de diciembre sin adeudar materias. Por lo que en el mes de febrero al 45% le queda pendiente rendir al menos una”.
Las clases de apoyo son una punta de lanza esencial para combatir la repitencia. Porque son gratuitas y están destinadas a todos los alumnos, no sólo a los de escuelas estatales. “La situación económica que afronta el país, de la cual Tucumán no está exenta, nos llama a estar cerca de todos los sectores”, reconoce Lichtmajer.
Es tiempo de descuento: mañana comienza el período de “Trayecto de acompañamiento docente para alumnos con espacios curriculares pendientes de aprobación” en todas las escuelas de la provincia. Los exámenes con tribunal se tomarán entre el 19 y el 27 de este mes.
Cómo estudiar en casa
Además de las clases, el estudio siempre debe ser una actividad individual. Consultada por LA GACETA la psicóloga Cecilia Belén Benito señala que “para que el estudio entre en la dinámica del hábito se requieren tres pilares: disciplina, límites y armonía”, explicó. La disciplina es lo más importante, sobre todo la “disciplina consciente” que trata de que mente y cuerpo actúen de manera armónica. “Por ejemplo si me he propuesto estudiar tres temas en un día, primero debo reflexionar si esa meta es realista, ya que de no hacerlo, caeríamos en una ‘disciplina absurda’ que no muestra ningún resultado”, advierte la psicóloga.
Lo ideal es que el estudiante entrene sus capacidades para alinearlas con la disciplina. A partir de eso, es posible conseguir resultados fructíferos.
Cuando hablamos de límites, lo hacemos enfocándonos en la persona misma. “Es saber cuando el cerebro me dice basta para evitar caer en un estrés académico”, prosigue.
Los casos de estrés académico se producen cuando el alumno a días del examen, estudia durante horas, sin parar, sin descanso de por medio. Lo que consigue no es nada bueno. Los síntomas pueden ser: dolores de cabeza y cuerpo, alergias y bajar sus defensas. El rendimiento, entonces, desciende abruptamente.
También es importante en tiempo de exámenes armonizar las esferas de la vida social, laboral, amorosa y académica. En todo debe haber un equilibrio.
Las técnicas de estudio
La elección de las técnicas de estudio correctas es esencial para que la persona no sólo apruebe el examen “sino también para que ‘aprehenda’ los conocimientos”, dice la profesional. Recomienda hacer la prueba de explicar lo que ha aprendido a otro compañero para ir generando mayor seguridad en sí mismo. De esa manera bajará la ansiedad y el temible “no sé nada” desaparecerá de su mente.
Para los afortunados que tienen memoria visual, la elaboración de cuadros conceptuales es una herramienta a la hora de relacionar y memorizar los contenidos.
Otro dato a tener en cuenta: “cuando estudiás de apuntes prestados es probable que no los entiendas porque están hechos desde la percepción y experiencia de otra persona. Hay que tener resúmenes propios”, remarca.
Algo a tener en cuenta es evitar sentirse influenciado por comentarios negativos acerca de una materia. No hay ninguna asignatura imposible de aprobar. Hay que tratar de consultar con las personas que realmente estuvieron en esas condiciones y lograron superarlas, dice la experta.
Aves nocturnas
Muchos estudiantes prefieren estudiar de noche y llegar desvelados a la mesa de examen. Por ejemplo, María José Ávila (20), estudiante de Comunicación Social se sienta a las 20 a estudiar y se va a dormir a las 7. “Si descanso antes de rendir, me olvido todo, así que desayuno un café bien cargado y salgo de casa”, cuenta.
Paula Yafar (21), futura veterinaria, también estudia de noche. “Me acostumbré desde la secundaria. No me hace mal ir a rendir desvelada, con un café estoy lista”, desafía. Sin embargo, para la licenciada Benito son costumbres muy dañinas. “El descanso es importante. Cuando nos damos cuenta de que perdimos la atención sobre lo que estamos estudiando, es hora de salir a tomar aire o de dar un paseo con amigos para cortar la rutina”, sugiere.
A Bianca Racedo, estudiante de Química, le cuesta mucho controlar sus nervios, “sólo se van cuando salgo de rendir”, confiesa. La psicóloga reconoce que “la génesis de la ansiedad es el hecho de saber que van a poner a prueba nuestros conocimientos. Por eso la clave del éxito es conocer las propias capacidades”. Lograr un equilibrio entre estudio y descanso es fundamental. (Producción periodística: Milagro Molina).
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