Evitan un robo por el plan de seguridad en el que participan los empleados

Evitan un robo por el plan de seguridad en el que participan los empleados

El “escruchante” estaba haciendo un boquete en el techo para escaparse. Se estaba por llevar casi $100.000 de la firma.

LAS PRUEBAS SECUESTRADA. En la mochila del acusado encontraron casi $100.000 en efectivos y varias herramientas con la que ingresó al local.  LAS PRUEBAS SECUESTRADA. En la mochila del acusado encontraron casi $100.000 en efectivos y varias herramientas con la que ingresó al local.
19 Enero 2020

El ladrón no tuvo tiempo para nada. Ingresó confiado, pensando que podría dar el golpe de su vida. Pero no se dio cuenta que la concesionaria de autos ubicada en San Martín al 1.100 tenía un sistema de alarmas. Tampoco sabía que la empresa contaba con un plan de seguridad para evitar ser víctimas de un robo. Por eso fue detenido por la Policía cuando intentaba cometer un “escruche”.

Alrededor de las 3, la alarma de seguridad del concesionario despertó a vecinos del barrio céntrico y a los encargados del local, quienes a través de una aplicación instalada en sus celulares, pudieron ver que las cámaras de seguridad registraban a un intruso en las instalaciones.

“Estoy muy satisfecho con la rapidez con la que procedieron los efectivos. Vi las cámaras en la madrugada y en cuatro minutos ya estaban los agentes del servicio de seguridad que contratamos, acompañados por policías. Conté al menos 10 efectivos que ingresaron al salón”, enfatizó el gerente Santiago Yalour. “Eso no es todo: esta mañana me encontré con 14 policías que revisaron todo el lugar buscando pruebas y cuidaron los bienes de la empresa”, subrayó.

La empresa, según confirmó el ejecutivo, cuenta con un particular mecanismo para defenderse de la inseguridad. “Tenemos empleados de la zona que se turnan para llevarse las llaves del local y quedar de guardia en caso de una situación así. Los que estaban de turno estuvieron rápidos para asistir a la Policía. Demore 15 minutos en llegar al concesionario y el invasor ya estaba en el suelo, detenido”, reconoció el ejecutivo.

Los empleados, personal de la agencia de seguridad y los policías, revisaron el salón de venta donde no encontraron nada extraño. Luego se trasladaron al primer piso, donde están las oficinas administrativas de la concesionaria. Allí encontraron todo revuelto y descubrieron a un joven que intentaba esconderse.

El ladrón, según consta en las actuaciones policiales, se resistió al arresto e intentó atacar a uno de los efectivos con una de las herramientas que había usado para violentar las cerraduras de los cajones. Sin embargo, fue rápidamente reducido e identificado como Lautaro Gómez, domiciliado en Monteros.

Las autoridades encontraron una mochila donde ya había escondido casi más de $100.000 y tenía una barreta metálica, varias pinzas y destornilladores, una maza, un martillo, cables, antiparras, llaves y un juego de guantes.

“El acusado del robo ingresó por una ventana con rejas del primer piso que da hacia el sector trasero de la concesionaria. Cuando rompió los barrotes, comenzó a sonar la alarma, pero evidentemente él creyó que iba a contar con más tiempo”, describió el gerente.

El ejecutivo declaró además que el detenido había roto cajones de armarios y de escritorio. Evidentemente buscaba sólo plata porque no tocó celulares ni computadoras. Lo atraparon intentando hacer un boquete en el cielorraso para escapar, pero después iba a tener que romper el techo de chapa”, explicó Yalour en una entrevista con LA GACETA.

Los vecinos no se sorprendieron por el hecho. “No es la primera vez que suena la alarma de esa empresa, pero por lo que sabemos, esta vez se detuvieron a un hombre”, explicó Juan Manuel Solórzano, que alquila un inmueble por la zona.

Según palabras del gerente, efectivamente solo habían sufrido sustos anteriormente por parte del sensor. “Es la primera vez que logran entrar”, sintetizó el gerente de la concesionaria.

“Vi móviles policiales pero no noté el movimiento, como la empresa está cerca de la otra esquina pensé que eran patrullas haciendo controles de rutina”, mencionó Fernanda Medina, empleada de un comercio de calle San Martín al 1.100.

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