Por Guadalupe Norte
05 Enero 2020
EL PESEBRE DE “UNA NAVIDAD DIFERENTE”. El bebé que hace de Jesús también se llama Jesús en la vida real.
Con unos ojos de inocencia que evidencian que desconoce lo que ocurre alrededor, Agustín Tomás Díaz Peralta descansa sobre una cuna de paja. En el espacio, el mobiliario es mínimo y se sintetiza en cajones de madera iluminados por velas. Tampoco hay juguetes, pero puede notarse -como señal de regalo- el aroma de las flores y el pan recién hecho. El lugar también es inusual en la rutina del niño y, al cabo de un tiempo, genera más curiosidad saber porque tanta gente aplaude. ¿Qué está pasando?
Con apenas cinco meses, Agustín forma parte del grupo de bebés que fueron elegidos para representar al niño Dios en los pesebres vivientes tucumanos. Una tradición que en su simpleza transmite el gran misterio de la fe.
Durante el debut de Agustín de en la festividad “Servidores de esperanza” abundaron las bombachas de campo y las danzas y los cantos folclóricos.
EN EL ESCENARIO. Los pesebres vivientes son un clásico en Tucumán. credito
“Desde noviembre asistimos a los ensayos generales para que él pudiera conocer a María y ella sepa cómo alzarlo o responder ante cualquier inconveniente”, detalla Noelia Peralta, mamá del mini actor y organizadora del evento que pertenece al movimiento Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta).
La cita fue en la plaza Belgrano y unas 600 personas vivenciaron el mensaje del pequeño salvador. “Fue muy emocionante ver a mi hijo ahí por el sentido religioso que representa el pesebre para nuestra familia. Que a tan corta edad él forme parte es una linda oportunidad que nos permitió Dios”, agrega Noelia. Mientras, Agustín escucha atento los recitados de los tres gauchos que, en este pesebre criollo, hacen de Reyes Magos.
La revelación actoral
En el exterior de la Capilla San Antonio María Claret (Chile, entre Catamarca y José Colombres) David Exequiel Russo no se despega de la virgen María. Siempre a upa y con un pañal y manto rojo entrecruzado al pecho, el bebé encarna a un redentor de personalidad tranquila.
Según su familia, por una cuestión de sincronicidad, David nació casi con el papel reservado. “Los preparativos para armar el pesebre empezaron en octubre y él llegó al mundo en septiembre”, comenta Exequiel Russo, padre de este niño de 3 meses.
Sus hermanos Juana e Ignacio aplauden con fuerza y le sacan fotos a la estrella. Todas ellas enmarcadas entre los pilares de piedra (en realidad, planchas de telgopor) del rústico refugio. “Por más que dure poco y su rol sea ficcionado estamos muy emocionados. Se trata de la venida de Jesucristo y en estos momentos de reflexión es una caricia al alma”, agrega el familiar, quien mira sonriente a la Sagrada Familia.
Ante la marcada tendencia comercial y los mensajes consumistas que imperan en las fiestas, la familia Russo le aporta una dosis extra de tradición al pesebre. Exequiel pertenece desde hace 22 años a la Acción Católica de la parroquia Inmaculado Corazón de María (Corama). Y en el trayecto, su compromiso lo convirtió en Rey Mago, San José, ángel Gabriel y pastor. A Belén Juri, mamá de David, le pasó algo similar y tal parece que la carrera interpretativa se repetirá con las nuevas generaciones.
SERVIDORES DE ESPERANZA. Agustín Tomás Díaz Peralta a upa de Valentina Reyes, quien hace de Virgen María, en el evento navideño del movimiento FASTA.
En muchos barrios de escasos recursos, como Los Vázquez, armar un pesebre implica una apuesta por la colaboración mutua. Cuando crezca, Neithan (de 3 meses) podría ser futbolista, aunque ahora otras cuestiones de orden mayor lo convocan a la cancha de fútbol barrial. En una tarde a corazón abierto junto a la Pastoral de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, su silueta con enterito blanco y el abrazo de la estrella de Belén alude a todo un año de trabajo duro.
Además, las réplicas festivas se sintieron en la capilla Divino Niño (comuna Boca del Tigre) de Alderetes. Soledad Luna siente un orgullo inmenso al ver cómo Melchor, Gaspar y Baltasar (engalanados con túnicas de acetato rojo, azul y marrón) se acercan al establo. Una construcción hecha con palos de madera y luces blancas de arbolito.
PESEBRE CRIOLLO. En la plaza Belgrano, Agustín Tomás Díaz Peralta representó al pequeño redentor para las fiestas. Una noche embebida en religión, deseos de prosperidad y miradas tiernas.
Allí, Luciano Fernández patalea y, a su vez, los ángeles cantan, rezan y entrelazan sus manos. A los 2 meses el destino de este redentor fue mediado por la tecnología. “Me llegó el mensaje a través de un grupo de WhatsApp de que se necesitaba un niñito Dios para el pesebre de este año. Con mi marido ni lo dudamos, ambos sentíamos que Luciano debía ser Jesús”, afirma la madre del bebé con diminutas medias blancas y pañal de tela.
En busca de Jesús
Hay actuaciones que son un curioso misterio, como la de “Una Navidad Diferente”. El día de la cena, el papel del redentor fue oficializado por un pequeño al azar. Arriba del escenario, las sonrisas se escaparon al saber su nombre: Jesús.
Sin embargo, luego del acting surgió la búsqueda. “La mamá se llama Tiziana Barrionuevo, pero no tenemos ningún otro dato o contacto. Nos vendría bien encontrarla porque quizás hagamos una nuevo pesebre viviente”, comentan desde la organización.
EN ALDERETES. Luciano Fernández fue el redentor de la Capilla Divino Niño. Además, se realizaron otros dos pesebres por la zona.
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